Más de un tercio de las casi 200 personas que se han reunido con el Presidente electo estadounidense, Donald Trump, desde su elección, el mes pasado, donaron cantidades generosas para su campaña y la de otros republicanos.
En suma, los 73 donantes, entre ellos varios que han sido considerados para puestos en la Administración Trump, aportaron 1.7 millones de dólares al magnate y a grupos que lo apoyaban, y otros 57.3 millones de dólares al resto del partido, con un promedio de más de 800 mil dólares por donante.
Esto, de acuerdo con un análisis del portal Politico.com de los registros de la Comisión Federal de Elecciones.
Los donadores representan el 39 por ciento de las 119 personas que Trump ha considerado para puestos gubernamentales de alto nivel, y el 38 por ciento de los que eventualmente eligió, según el análisis, el cual se basó en los candidatos nombrados por el equipo de transición y en noticias.
A menudo, los donantes de campaña son aprovechados para ocupar cómodos puestos diplomáticos alrededor del mundo.
Sin embargo, la medida en que los donantes de Trump están acaparando puestos en su Administración no tiene comparación en la historia presidencial moderna estadounidense, debido en parte a la decisión de la Corte Suprema de relajar las restricciones a las contribuciones de campaña, de acuerdo con tres expertos en la materia.
El dato es además relevante dado que, durante su campaña, Trump presumió que el hecho de que echara mano de su fortuna personal para financiarse significaba que no estaría comprometido con grandes donantes, como muchos de sus rivales.
«Si las personas que van a aconsejar al Presidente electo son la clase de donantes que, según palabras de Trump, quieren algo a cambio, no obtendremos las políticas que los votantes esperaban», consideró Trevor Potter, un abogado electoral que asesoró las campañas presidenciales de John McCain en el año 2000 y en 2008, y que fundó el Centro Legal de Campaña.
«El riesgo aquí es la desilusión de los votantes que optaron por un cambio y van a terminar con una plutocracia», agregó Potter.
Un portavoz del equipo de transición de Trump declinó emitir comentarios a Politico.com sobre el tema.
Tras atacar a Jeb Bush y a Marco Rubio por aceptar mucho dinero para campañas, Trump comenzó a recaudar fondos de manera más activa y aceptó dinero de algunos de los donantes más grandes del Partido Republicano. Ahora varios de ellos se unen a su Administración.
Trump ha abastecido a su gabinete tentativo con seis donantes principales, muchos más que ninguna otra Administración.
El mayor donante que se ha reunido con Trump desde la elección es Todd Ricketts, quien ha sido elegido para la Subsecretaría de Comercio.
Ricketts proviene de la familia fundadora de TD Ameritrade, dueña de los Cachorros de Chicago y que es de los principales benefactores del Partido Republicano.
La familia Ricketts dio más de 15.7 millones de dólares para la elección de 2016 y más de 26 millones en elecciones anteriores.
La familia también organizó un super PAC llamado Future45 que se convirtió en el mayor grupo de donaciones ilimitadas que apoyó a Trump.
Todd Ricketts donó 63 mil dólares personalmente a los republicanos.
Por otra parte, Betsy DeVos, la nominada de Trump para liderar el Departamento de Educación, y su familia, quienes son dueños de fortunas en el sector de autopartes y del mercadeo multinivel, gastaron 10.4 millones de dólares en esta elección, incluyendo unos 445 mil dólares para el comité conjunto de recaudación de fondos de Trump (conocido como Trump Victory) y otro de los super PACs que lo apoyaban.
DeVos y su esposo, Dick, también contribuyeron a las campañas de 17 senadores que, de hecho, tienen que votar en el Congreso si confirmar su nominación en el cargo o no.
Linda McMahon, la magnate de la lucha libre que Trump nombró para dirigir la Administración de Pequeños Negocios, dio 6 millones de dólares a un super PAC pro Trump.
Ella y su marido, Vince, son también los donantes más grandes de la fundación caritativa de Trump.
El designado como Secretario de Trabajo de Trump, Andy Puzder, CEO de la compañía matriz de Carl’s Jr. y de las cadenas de comida rápida de Hardee, donó, junto con su esposa, 160 mil dólares a Trump Victory y más de 600 mil dólares a otros candidatos republicanos de esta elección general.
El nominado de Trump para ser Secretario del Tesoro, el inversionista Steven Mnuchin, perdió 425 mil dólares, pero fue posiblemente el responsable de casi todo lo que Trump captó como presidente de finanzas de su campaña.
Además de sus donantes y ahora miembros de gabinete, dos de sus mayores benefactores están ejerciendo más influencia en la transición que cualquier donante único en la historia del país.
Rebekah Mercer -quien junto con su padre, el multimillonario de fondos de cobertura Robert Mercer, dio más de 22 millones de dólares para apoyar a republicanos esta elección- está estrechamente ligada con el jefe estratega Steve Bannon y la consejera especial de Trump Kellyanne Conway.
Robert Mercer, además, dio 2 millones a un super PAC pro Trump.
Peter Thiel, capitalista de riesgo de Silicon Valley quien desempeña un papel influyente en el equipo de transición de Trump, gastó casi 3.3 millones en este ciclo, incluyendo 250 mil dólares que dio a Trump Victory y un millón a otro super PAC.
Trump también se ha reunido con el ex director general de AIG, Maurice «Hank» Greenberg, quien dio a los republicanos más de 10 millones de dólares en este ciclo electoral -a través de su empresa, CV Starr & Co.-, y con Steve Feinberg, CEO de Cerberus Capital Management, quien dio 339 mil 400 dólares a Trump Victory y 1.47 millones de dólares a un super PAC pro Trump.
No se sabe aún si estos últimos son considerados para un puesto en la Administración.
Fuente: Reforma