Un compromiso clave para el Papa Francisco ha sido enfrentar de manera decidida y transparente el problema del abuso sexual clerical. Sin embargo, activistas y críticos señalan al Papa porque las promesas de reforma y justicia proclamadas en la histórica cumbre de febrero de 2019 no se han cumplido del todo.
Pero ¿se trata de un tropiezo ocasional en su compromiso con la justicia, o es un patrón continuo que pone en tela de juicio su postura hacia las víctimas de abuso sexual clerical? Conozcamos un poco más de los detalles de estos acontecimientos.
Razones por las que activistas señalan al Papa
Desde la histórica cumbre de febrero de 2019, donde el Papa Francisco prometió un compromiso inquebrantable para llevar ante la justicia a los sacerdotes pedófilos y a los obispos que encubrían sus crímenes, se esperaba un cambio paradigmático en la postura de la Iglesia Católica hacia el abuso sexual clerical. No obstante, en los años transcurridos desde entonces, activistas y críticos aún señalan al Papa por una serie de casos que ponen en duda su palabra.
Anne Barrett Doyle, co-fundadora de BishopAccountability, entidad dedicada a rastrear casos de abuso clerical, ha presentado diez casos desde 2019 que sugieren que el Papa Francisco habría respaldado a obispos y clérigos acusados en lugar de respaldar a las víctimas. Entre estos casos se encuentra el de Marko Rupnik, excomulgado en 2020 por acusaciones de abuso sexual y psicológico contra monjas que se remontan a tres décadas. El cual, paradójicamente, en 2023, se integró nuevamente a una diócesis en su natal Eslovenia.
La preocupación expresada por Doyle se centra en lo que ella describe como un patrón continuo de respaldo del Papa a aquellos acusados de abuso, desafiando la percepción de que estas acciones podrían ser simplemente inconsistencias en medio de un esfuerzo genuino por la reforma.
Consecuencias de la falta de respaldo a las víctimas
Aparentemente, una de las razones más graves por las que activistas señalan al Papa Francisco es su supuesta preferencia hacia líderes eclesiásticos acusados sobre las víctimas. Lo cual no solo ha generado inquietud, sino que también ha desencadenado consecuencias palpables y desafiantes para aquellos que buscan justicia y reparación.
Muestra de ello es el escepticismo tanto dentro de la comunidad católica como en el ámbito más amplio. Puesto que la desconfianza en las instituciones eclesiásticas se ha profundizado, afectando la relación entre la Iglesia y sus fieles.
Además, la falta de respaldo a las víctimas ha creado un ambiente en el que muchos las y los sobrevivientes se sienten desalentados y temerosos de compartir sus experiencias. Esto debido a que el valor de aquellos que buscan justicia se ve socavado cuando las acciones del liderazgo eclesiástico parecen contradecir las palabras de apoyo y compasión.
Mientras que, por otro lado, el impacto social de estas consecuencias también se refleja en la disminución de la confianza pública en las instituciones religiosas. La Iglesia Católica, históricamente un pilar moral y espiritual, se enfrenta a desafíos significativos en la preservación de su integridad y legitimidad a medida que la atención se centra en la aparente falta de respuesta a los abusos cometidos por miembros de su clero.
¿Ha hecho algo bien el Papa?
Aunque activistas señalan al Papa Francisco por su manejo de casos de abuso sexual clerical, es esencial contextualizar su actuación evaluando otras acciones que ha tomado en relación con mujeres y la infancia. Puesto que la postura y las políticas del Papa en estos ámbitos contribuyen a la comprensión integral de su liderazgo y su compromiso con la justicia y la equidad.
Desde su ascenso al papado, Francisco ha expresado la necesidad de un enfoque más inclusivo y compasivo dentro de la Iglesia. En lo que respecta a las mujeres, el Papa ha abogado por una mayor participación femenina en roles de liderazgo dentro de la Iglesia. Aunque estas declaraciones han sido bien recibidas por algunos, otros sostienen que se requieren acciones más concretas para materializar estas intenciones.
Asimismo, ha instado repetidamente a la protección de los más vulnerables. Su emisión de nuevas normas que requieren que todos los obispos y superiores religiosos informen los casos de abuso infantil es un ejemplo de su esfuerzo por abordar este problema. Sin embargo, la eficacia de estas medidas y su implementación en la práctica sigue siendo objeto de escrutinio.
¿Por qué señalan la responsabilidad social del Papa?
La responsabilidad social de la Iglesia Católica en la creación y mantenimiento de espacios seguros es un elemento crucial en medio de las preocupaciones sobre la gestión de casos de abuso sexual clerical. Puesto que la noción de que la Iglesia debe ser un faro de seguridad y justicia para todos sus miembros, especialmente para los más vulnerables, es fundamental para preservar su integridad y confianza pública.
Por eso es importante comprender que la creación de espacios seguros no solo implica abordar los casos de abuso después de que han ocurrido, sino también prevenir activamente estos actos y garantizar que la Iglesia sea un entorno donde sus miembros y fieles se sientan protegidos y respetados.
De igual manea, la responsabilidad social de la Iglesia no solo recae en la erradicación del abuso sexual, sino también en la atención y el respaldo a las víctimas. Esto ya que las narrativas de abuso clerical a menudo dejan a las víctimas traumatizadas y, en muchos casos, sin apoyo adecuado. Por ello, la Iglesia debe reconocer este impacto y trabajar activamente para proporcionar recursos, apoyo emocional y justicia para aquellos que han sufrido.
Además, la responsabilidad social implica la promoción de la igualdad y la inclusión dentro de la Iglesia. La participación activa de mujeres y laicos en la toma de decisiones es esencial para garantizar una representación completa y equitativa. La inclusión de mujeres en el Sínodo de la Iglesia en 2019 fue un paso en la dirección correcta, pero se espera que se tomen más medidas para lograr una participación auténtica y significativa.
En última instancia, solo mediante la acción decidida y la rendición de cuentas se puede aspirar a restaurar la fe y la confianza en la institución que proclama ser un refugio para todas las personas.
