Cambio climático, sostenibilidad, energía verde y más, son conceptos y estrategias que se escuchan con frecuencia en la actualidad. Entre ellos destaca el saber qué es cero neto, un concepto que han adoptado cantidad de empresas para sus objetivos actuales y a futuro.
Tan relevante es, que en la actualidad 1 de cada 5 grandes empresas tienen objetivos cero neto, un medio para hacerle frente a la crisis climática.
Qué es cero neto
De acuerdo con las Naciones Unidas, cero neto consiste en tener cero emisiones de gases de efecto invernadero o cero carbono para la organización o empresa y toda su cadena de valor. Implica reducir las emisiones indirectas desde los proveedores hasta las y los usuarios finales. Este objetivo es fundamental en especial para mantener a 1.5 grados centígrados la temperatura del planeta.
Ahora bien, frente a esta definición aún quedan muchas interrogantes, cómo entender de qué van los Gases de Efecto Invernadero.
Gases de Efecto Invernadero (GEI)
Los GEI son un fenómeno natural. Según la Agencia Estadounidense de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés), los GEI son gases que atrapan el calor en la atmósfera. Esto implica que en la historia planetaria los Gases de Efecto Invernadero permitieron la temperatura ideal para generar vida compleja en la Tierra.
Sin embargo, el exceso de GEI está afectando la vida en el planeta. Entre estos gases se encuentran:
Dióxido de carbono (CO2)
El dióxido de carbono es un gas incoloro que se genera cuando se quema cualquier sustancia que contenga carbono, también es producto de la respiración y la fermentación. El CO2 ingresa a la atmósfera a través de:
- Quema de combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo).
- Desechos sólidos, árboles y otros materiales biológicos.
- Resultado de ciertas reacciones químicas (por ejemplo, la fabricación de cemento).
Este se elimina de la atmósfera (o «secuestra») cuando las plantas lo absorben a través de la fotosíntesis como parte del ciclo biológico del carbono. El CO2 es el principal GEI que contribuye al cambio climático, y una de las razones son los combustibles fósiles, por ello, la necesidad de transitar a una energía verde.
Metano (CH4)
El metano se produce en la naturaleza por la descomposición de materia orgánica, ¿Has visto algún animal muerto qué se empieza a inflar? ¿O el olor de las heces del ganado? Eso es metano y también se emite durante la producción y el transporte de carbón, gas natural y petróleo.
Las emisiones de metano también son el resultado de la ganadería y otras prácticas agrícolas y del uso de la tierra.
Óxido nitroso (N2O)
El óxido nitroso se produce de forma natural por las bacterias y en la atmósfera contribuye al cambio climático, además también se emite por:
- Procesos de la agricultura intensiva.
- Quema de biomasa y combustibles fósiles.
- Uso de fertilizantes nitrogenados.
- Deforestación.
Es un gas que puede durar hasta 100 años dentro de la atmósfera, es decir, que mucho del óxido nitroso actual esta en la atmósfera desde las primeras décadas del siglo XX.
Gases fluorados
Dentro de los gases fluorados se encuentran: los hidrofluorocarbonos, los perfluorocarbonos, el hexafluoruro de azufre, clorofluorocarbonos, hidroclorofluorocarbonos y el trifluoruro de nitrógeno; estos son GEI sintéticos y provienen de procesos industriales.
Como se observa, tales GEI contribuyen al calentamiento global y perduran décadas. Incluso un siglo dentro de la atmósfera, por lo que reducir dichas emisiones resulta urgente tanto para el presente como para el futuro.
Compromisos con el cambio climático
La ONU ha apostado por tomar acciones para alcanzar el cero neto. En especial al hacer énfasis en la contaminación que generan ciertos países, ya que los tres principales emisores de gases de efecto invernadero (China, Estados Unidos y la Unión Europea) aportan 16 veces más emisiones que los 100 últimos países; estos solo contribuyen con el 3% de las emisiones de GEI.
El camino hacia el cero neto inició en 1997 con el Protocolo de Kyoto, para en 2015 continuar con el Acuerdo de París, mismo que fue adoptado por 196 países para reducir el calentamiento global y aumentar la resiliencia al cambio climático. Su objetivo general: limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados como máximo compromiso, el cual quedo renovado en la COP26 (2021).
Además, otros organismos como la COP25 lanzaron (2018) la estrategia Race to cero que tiene por objetivo reunir el liderazgo y acción de todos los actores no estatales, para lograr un futuro resiliente y sin emisiones de GEI.
De hecho, muchas compañías alineadas a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no solo se han comprometido a trabajar con sus grupos de interés para alcanzar el cero neto para 2050 o antes, sino que se esperan que los stakeholders establezcan objetivos intermedios para reducir las emisiones para 2030, de acuerdo con la ciencia climática.
Tan lejos han llegado los objetivos que según un nuevo informe de la Unidad de Inteligencia de Energía y Clima del Reino Unido, el 21% de las 2.000 empresas públicas más grandes del mundo ahora tienen metas de descarbonización.
No obstante, a pesar de todo lo que se habla de cero neto, pocas empresas se han comprometido a reducir sus emisiones de acuerdo con la ciencia, y menos aún tienen planes de hacerlo para 2030.
¿Qué están haciendo los mayores emisores de gases de efecto invernadero?
Signal Climate Analytics en asociación con Reuters, sacó a luz lo que están haciendo los 250 mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo en la batalla contra el cambio climático en una serie de artículos de esta revista.
Tomando en cuenta la tercera serie, Reuters analizó los 51-75 principales emisores que cotizan en bolsa y refinó su metodología para incluir si las empresas que han establecido objetivos alineados con la ciencia también han establecido metas para transformar sus negocios durante la próxima década. Los resultados indicaron que:
De las 25 empresas integrantes, 11 tienen objetivos alineados con la ciencia, pero solo seis cumplen con el listón más alto de establecer objetivos intermedios para 2030.
Estas seis empresas son:
- Repsol
- HeidelbergCement
- RWE
- Engie
- EDF
- Walmart
Y aquellas que se encuentran más alejadas de dichos objetivos son:
- Plains GP Holdings
- Consol Energy
- Baoshan Iron & Steel Co
- Indo Tambagraya
- Gazprom NEFT’PAO
- CNOOC Ltd
Repsol y RWE, que es el segundo mayor productor de energía eólica marina del mundo, también se destaca en una nueva referencia del grupo de inversores Climate Action 100+, que evalúa el rendimiento de descarbonización de 167 «emisores sistemáticamente importantes».
Más allá de establecer objetivos y rankings ASG
Como hemos mencionado, muchas empresas se han incluido en el establecimiento de objetivos cero neto, empero, esto va más allá. Es necesario determinar si realmente las compañías están avanzando en su reducción de GEI.
Para hacerlo, las partes interesadas deben observar los datos de evaluación comparativa industrial específicos del sector que generalmente no están disponibles en los proveedores de datos ASG.
Recordemos que ASG o ESG (Environmental, Social and Governance) es un área de la comunidad inversora que se centra en resaltar el riesgo en las carteras de inversores frente a una matriz de factores ambientales, sociales y de gobernanza.
Los rankings ASG son considerados un instrumento estratégico para respaldar a los inversores e identificar riesgos y oportunidades relacionados con la sostenibilidad en su cartera de inversiones, contribuyendo al desarrollo de estrategias de inversión sostenible activas y pasivas.
No obstante, puede que al usar los rankings ASG estemos dejando escapar datos importantes mientras nos alejamos más de alcanzar el cero neto. ¿Entonces cómo hacerlo?
Cero neto no es suficiente y tampoco los rankings ASG
Por infortunio en estos temas existen diferentes obstáculos como las exageraciones y el greenwashing, por lo que los inversores y partes interesadas deben encontrar candidatos dignos para una verdadera cartera neta cero.
Esto puede suceder al combinar un análisis de divulgación mejorado, que incluye objetivos a corto plazo, con un análisis de descarbonización en curso. Es posible lograr los objetivos climáticos a los que se comprometen gran cantidad de empresas.
Aún así, es importante recordar algunos principios y acciones regulatorias de la descarbonización energética que contribuyen a un marco sostenible y eficiente para combatir el cambio climático. Iberdrola nos comparte algunos:
Descarbonización eficiente
La descarbonización eficiente es aquella que logra avanzar en la neutralidad en carbono con el menor coste posible, propiciando que cada uso final de la energía reduzca sus emisiones utilizando la alternativa más competitiva.
La electricidad es el vector energético que permite una mayor integración de renovables y, por ello, es la opción más eficaz para descarbonizar otros sectores económicos al menor coste. Además, es la única alternativa que mejora la eficiencia energética, el principio básico de la descarbonización.
Sin embargo, hay ciertos usos finales de energía para los que la electrificación no es posible o competitiva. En estos casos, la reducción de emisiones requiere el uso de combustibles descarbonizados,que se encuentran en un estado tecnológico inicial y cuyo coste aún es muy elevado.
Descarbonización del sector eléctrico
El primer reto de una transición energética eficiente es descarbonizar al máximo el sector eléctrico, el más favorable para lograrlo de manera inmediata y competitiva, gracias a la creciente integración de las energías renovables en su mix de generación. Se espera alcanzar en torno al 65 % de generación eléctrica renovable en 2030 y el 85 % en 2050.
Se espera alcanzar en torno al 65 % de generación eléctrica renovable en 2030 y el 85 % en 2050, lo cual requiere ciertas actuaciones:
- Impulso a las renovables, incentivando los mecanismos competitivos.
- Desarrollo y digitalización de la infraestructura de red, con un marco regulatorio estable y predecible.
- Establecimiento de mecanismos de capacidad, que aseguren la firmeza y flexibilidad necesaria al sistema de forma sostenible.
- Fomento de almacenamiento eficiente, para facilitar la gestión de la alta penetración de las renovables.
Electrificación de la economía
Otro reto es descarbonizar otros sectores de la economía mediante una mayor electrificación, principalmente en el transporte (a través del vehículo eléctrico) y la edificación (a través de la bomba de calor eléctrica). Para ello, se deben sentar las bases para la creación de un terreno de juego equilibrado entre energías:
- Estableciendo una fiscalidad medioambiental homogénea (todas las energías asumen el coste de la descarbonización), basado en el principio de «quien contamina, paga».
- Eliminando las barreras a la electrificación, limpiando las tarifas eléctricas de costes ajenos al suministro y fomentando los usos finales eléctricos.
Cero neto por ahora no es suficiente, sin embargo, es necesario trabajar en ello y tener resultados medibles que estén aportando para alcanzar los objetivos de cero emisiones que cantidad de empresas se han establecido.