A principios de 2022, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas lanzó una nueva iniciativa destinada a aumentar la inversión del sector privado en esquemas que promuevan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de acuerdo con Edie.
Fue así que nació la nueva Coalición de Directores Financieros (CFO) para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que busca garantizar que las empresas con compromisos y estrategias alineados con los ODS estén poniendo su valor financiero adecuadamente detrás de estos esfuerzos, particularmente en medio de los retrocesos en varias áreas geográficas debido a la pandemia de la COVID-19.
Con lo anterior se extiende que no solo el CFO debe relacionarse con los ODS, pero sí incluye un papel de liderazgo imprescindible en la sustentabilidad. Hace algunos años solo hubiera tenido que centrarse en la planificación económica de la compañía, pero hoy el CFO crea herramientas financieras y da forma a políticas para mover millones de dólares de inversión privada hacia el desarrollo sostenible.
CFO debe relacionarse con los ODS
Lanzados por primera vez en 2012, y adoptados formalmente en 2015, los ODS establecen una visión para un mundo social y ambientalmente más sostenible para 2030, que abarca todo tipo de cuestiones relacionadas con la naturaleza, el cambio climático, los residuos, la igualdad social y la calidad de vida.
No obstante, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cree que el progreso en casi todas las áreas cubiertas por los ODS está fuera de curso, ya sea regional o globalmente. Fenómenos como la pandemia, el cambio climático y el reciente conflicto bélico entre Rusia y Ucrania han interrumpido el progreso logrado hasta ahora.
Si bien la financiación de la ONU y de los gobiernos nacionales contribuye de alguna manera a cumplir los ODS, siempre se ha dicho que el apoyo del sector privado es necesario para su cumplimiento.
Con esto en mente, la Coalición ha consistido en conseguir que los responsables de la toma de decisiones en las inversiones «traten la sostenibilidad como una prioridad estratégica en lugar de una pieza secundaria, un programa de voluntariado», señaló Jerome Lavigne-Delville, asesor senior de finanzas sostenibles de El Pacto Global o el Pacto Mundial de Naciones Unidas (UNGC, por sus siglas en inglés).
El eslabón perdido… el CFO
En estos días, los inversores buscan activamente empresas con sólidas credenciales ambientales, sociales y de gobierno (ESG). Grandes cantidades de dinero se destinan a productos y fondos financieros etiquetados como ESG.
Esto no es una moda. La evidencia apunta a una fuerte correlación entre el desempeño financiero y ESG. Parte de esto se puede atribuir a los ahorros logrados mediante la reducción del consumo de energía, el uso más eficiente de los recursos, etc.
Consideraciones financieras como estas constituyen un caso convincente para que el CFO desempeñe un papel de liderazgo en el establecimiento y la alineación de los objetivos financieros y de sustentabilidad. Muchas de las habilidades necesarias para establecer, medir e informar sobre objetivos sostenibles, como la gestión de riesgos, la optimización y el control de costes, ya se encuentran en los equipos financieros.
Lo anterior también ayudará a combatir el greenwashing en las inversiones y promoverá las contribuciones para crear un mercado amplio, líquido y eficiente para las inversiones y los flujos de capital de los ODS.
Directores Financieros cierran la brecha para alcanzar los ODS
La ONU estima que actualmente hay un déficit de financiación anual de 3 a 5 mil millones de dólares para los ODS. Es decir, el nivel invertido de todas las fuentes es al menos 3 mil millones más bajo de lo necesario para que todas las metas se alcancen para 2030.
Sin embargo, al analizar los datos disponibles del Banco Mundial, Lavigne-Delville señala que, a través del trabajo en conjunto con CFO y directores ejecutivos, se ha calculado que entre el 30% y el 40% de este dinero podría alinearse de manera «creíble» con los ODS. En teoría, el sector privado por sí solo podría cerrar con creces la brecha de financiamiento para las naciones en desarrollo, o quizá con ambición para todo el mundo.
Por supuesto, alinear esta financiación con los ODS no es una hazaña lograda. Por lo que será necesario que existan parámetros claros, una mayor colaboración entre los miembros de la Coalición e informes conjuntos.