Son varios los estudios de impacto ambiental que se deberían hacer antes de la construcción de un Tren en la zona Maya, sin embargo, hasta el momento no existen. Es por ello que organizaciones y especialistas están solicitando de forma urgente un estudio para medir el impacto de las vibraciones, y de esta manera evitar daños en la zona.
Algunos expertos dicen que habrá un muro que pondrá en peligro a los jaguares, además de que se presentarán daños por aguas residuales y tala desmedida.
El Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos de México tiene inscritos mil 709 vestigios arqueológicos en el trayecto planeado del Tren Maya, cifra que seguramente crecerá con los estudios que se realicen en la ruta, de acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Los vestigios registrados hasta el momento se distribuyen en los estados de Yucatán (649), Campeche (481), Tabasco (295), Quintana Roo (142) y Chiapas (142).
«Hay desde pequeños caseríos mayas hasta estructuras más relevantes, cenotes y campos de desechos de cerámica», dijo a EFE Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del INAH.
Los lugares más afectados serán los que están abiertos a la visita pública, y en los que no reciben visitantes habría 24 cenotes que se estima contienen vestigios arqueológicos.
El grueso de los sitios registrados actualmente corresponden con los niveles arqueológicos más superficiales, pero en algunos cenotes se podrían encontrar vestigios de fauna del Pleistoceno, era geológica que se extiende aproximadamente de hace 2.6 millones a 11 mil 700 años.
Tren Maya
Serán 15 kilómetros los que tendrá el Tren; un espacio que necesitarían las «obras colaterales o inducidas» de la mencionada infraestructura, como estaciones, campamentos, caminos de acceso o instalaciones eléctricas.
«Hay una evaluación por parte del INAH para clasificar estos restos en aquellos de menor relevancia, que podrían moverse sin que implique cambiar la ruta, y otros que sí requerirían la alteración del recorrido del tren», indicó a EFE el subdirector de Estudios y Proyectos del Tren Maya del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Juan Javier Carrillo.
Para hacer una evaluación de la importancia de los restos se utilizarán técnicas como imágenes satelitales, vuelos con dron o la tecnología lidar, con la que se cubrirá una superficie de 38 mil 414 kilómetros cuadrados.
En la tecnología Lidar se emplea «una aeronave tripulada equipada con un proyector de rayo láser». Cuando el haz proyectado rebota en la superficie terrestre es captado por un sensor que determina la distancia hasta un punto determinado. Al realizar «distintos disparos de láser en una misma franja» se logra «una malla de puntos sobre la superficie terrestre», expuso Carrillo.
De acuerdo con él, se podrán lanzar más de 10 mil disparos de láser por segundo, con «una potencia tal que lograría penetrar a través de las hojas e impactar en la superficie terrestre».
«Para los ojos expertos de un arqueólogo, ello permitirá observar ciertas formas con geometrías muy marcadas que no parecerían de origen natural, y ofrecerán un primer indicio de lo que podría ser un vestigio arqueológico», indicó.
Costos
Para el recorrido total del Tren Maya, el monto podría superar los 70 millones de pesos (unos 3.6 millones de dólares). FONATUR entregará al INAH los resultados del uso de esta tecnología para que el instituto realice la posterior prospección arqueológica.
El Tren Maya es una ambiciosa infraestructura con la que el presidente Andrés Manuel López Obrador propone impulsar el desarrollo del empobrecido sureste del país.
El proyecto contempla el tendido de más de mil 500 kilómetros de vías a través de los estados de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, con una inversión prevista de unos 7 mil 389 millones de dólares, que incluirá fondos públicos y privados.
«El Tren Maya es un corredor cultural, un proyecto estratégico de este Gobierno, que tiene como objetivo dar un espacio de dignidad, de reconocimiento y fortaleza a una de las culturas más importantes que nos preceden y que están vivas», declaró en su momento la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto.