La vida diaria de las mujeres en el mundo está rodeada de situaciones de riesgo, a tal punto que ni siquiera su hogar es un lugar seguro. Y, aunque las dificultades que enfrentan por haber nacido con sexo femenino pueden ser diferentes según las circunstancias particulares de cada una, no se puede negar que la violencia machista atraviesa a todas sin distinción. Por ello, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el ODS 5, plantea distintas metas para que todas puedan tener una vida digna y libre de violencia.
Asimismo, en nuestro país, la violencia contra las mujeres es un problema grave, ya que aproximadamente 10 mujeres al día son víctimas de asesinato a razón de su sexo y de las expectativas de género asociadas con este. Sin embargo, la violencia se puede mostrar tanto de manera física como verbal y simbólica, generando brechas de desigualdad e inseguridad que impiden el desarrollo pleno de niñas, adolescentes y adultas.
Por lo tanto, y considerando que las mujeres de la población mundial, es imperante que gobiernos, instituciones públicas, organizaciones privadas y la sociedad en general se interesen por cambiar la realidad a través del ODS 5. Puesto que el progreso y el desarrollo sostenible no se puede lograr si un porcentaje tan grande de la humanidad sufre opresión, ya que esto les impide participar en la toma de decisiones que afectan al mundo.