Ya hace más de una década que las marcas comenzaron a dejar atrás la publicidad que se enfoca en los defectos de sus consumidoras para centrarse en impulsar el amor propio y la seguridad. Sin embargo, este discurso de empoderamiento no sería necesario si las mujeres no aprendieran, desde muy pequeñas, a criticar sus cuerpos.
Recientemente, revista Discovery Girls cometió un error que es grave en publicaciones dirigidas a mujeres adultas, pero mucho peor cuando las lectoras son preadolescentes de entre 8 y 12 años: generar ansiedad sobre el cuerpo y qué tan atractivo es.
En un artículo dedicado a recomendar trajes de baño para el verano, la publicación da sugerencias sobre qué modelos comprar para cada tipo de cuerpo («con curvas arriba», «rectangular en el medio» o «recto de arriba a abajo»), algo que con justa razón generó críticas por parte de madres y padres de familia, quienes opinan que no es necesario hablar de tipos de cuerpo al dirigirse a chicas tan jóvenes.
Un tuit lo así: «Mi hija no leerá Discovery Girls. No necesita consejos de trajes de baño para su figura. Tiene 8, no 20.» En esa línea, muchas mujeres han compartido en redes sociales cómo mensajes de este tipo las llevaron a tener problemas de autoestima o desórdenes alimenticios desde muy pequeñas.
My daughter will never read @DiscoveryGirls . She doesn't need bathing suit advice for her "figure" Shes 8 not 20.
— Author P.A Warren (@PeggyWarren) May 13, 2016
Estas opiniones no son exageradas, están basadas en estadísticas: un artículo de Huffington Post cita una según la cual el 38% de las jóvenes entre 11 y 21 años se han saltado comidas para perder peso.
Como respuesta a la oleada de críticas, Catherine Lee, editora de la revista, escribió en Facebook una extensa disculpa, en la que recuerda a sus lectoras y a sus madres que este artículo está muy lejos de los valores de la empresa: «Estoy de acuerdo con ustedes respecto a este artículo (…) Queremos asegurarnos de que nuestras niñas sepan que cualquier texto que te haga sentir mal sobre tu cuerpo es malo y debe ser cuestionado.»
«No somos inmunes a cometer errores, pero siempre estamos dispuestos a aprender de ellos para hacer mejor las cosas», continúa.
A diferencia de otras disculpas corporativas, en esta Lee acepta sin lugar a dudas que la empresa se equivocó. Sin embargo, también dedica dos largos párrafos a hablar de un libro que será publicado por la revista en el futuro y que se centra en promover una imagen corporal saludable. Su texto hubiera sido mucho mejor si se concentraba en aceptar el error, sin justificaciones y sin promover otros productos.
Dado que tanta de la publicidad de hoy en día se centra en hacer sentir mejor a las mujeres respecto a su apariencia, las empresas que tienen una mayor responsabilidad son aquellas que se dirigen a niñas, ya que si ellas crecen sin estos complejos, la idea del «empoderamiento» podrá quedar obsoleta.
