La moda rápida no es atractiva. Pensando en eso y en el impacto negativo que la industria textil genera, marcas como H&M decidieron apostar por un modelo de negocio más sostenible y con ello en una inversión más ambiciosa.
Una huella que no debería ser tendencia
La industria de la moda tiene un problema de contaminación. Si continúa por este camino, podría usar más de una cuarta parte del presupuesto de carbono asociado con un camino de 2 grados Celsius para 2050, según la Fundación Ellen MacArthur.
Otro dato importante a destacar es que, a nivel mundial, cerca del 87% del material utilizado en la producción de ropa se vierte en vertederos o se incinera después de su uso final, y menos del 1% del material es utilizado para producir ropa nueva.
De acuerdo con Elizabeth Cline, autora de The Conscious Closet: The Revolutionary Guide to Looking Good While Doing Good (2019), la forma en que reciclamos ropa no ha cambiado en un siglo.
Para muchas prendas post-consumo, la reutilización no es una opción. Para los desechos textiles generados en Europa, por ejemplo, un promedio de solo 5 al 10% era adecuado para su reutilización. «Esto destaca la necesidad de detener el flujo global de residuos textiles», se menciona en un estudio realizado por el instituto de investigación sueco Mistra Future Fashion.
Para hacer frente a esta problemática, algunas empresas han creado y propuesto alternativas para aprovechar las prendas usadas e integrarlas nuevamente a una cadena de producción.
Como Newcell, una marca que actualmente se encuentra trabajando en un sistema de reciclaje químico de prenda a prenda. Este proceso de reciclaje químico puede separar mezclas de diversas telas mientras retienen la integridad de la fibra.
Además, los solventes utilizados en el proceso, a menudo se pueden recolectar después del uso y reutilizar continuamente.
Hacemos posible volver a confeccionar ropa con ropa. La mayoría de los materiales reciclados que encuentras en la moda hoy en día no se reciclan de textiles sino de botellas de plástico o redes de pesca de nylon.
Harald Cavalli-Björkman, jefe de comunicaciones de Newcell.
Así como el sistema de Newcell, existen otras alternativas que buscan abordar el problema que tiene la industria textil, sobre todo las marcas pertenecientes a la moda rápida.
No obstante, todos estos proyectos necesitan de aliados para introducirse en la industria y poner a prueba sus sistemas.
Newcell está buscando inversores para invertir dinero en la ampliación de su tecnología, lo que requiere gastos de capital mucho más altos que una puesta en marcha de software común y corriente. En pocas palabras: «Necesitamos edificios y máquinas», dijo Cavalli-Björkman.
Algunas empresas han reconocido esta falta de alianzas y han decidido colaborar; una de ellas es H&M.
¿Por qué H&M y otras marcas están invirtiendo tanto en esto?
Newcell compartió que las marcas suecas como H&M y KappAhl han sido pioneras en invertir en el sistema de reciclaje, y con su contribución han logrado extender las pruebas y obtener resultados positivos.
Enfocándonos en H&M, la empresa cuenta con un área en la que centran todos los esfuerzos de inversión, proyectos e iniciativas enfocadas en mejorar el impacto de la industria textil con las comunidades y medio ambiente.
Todo el trabajo de la Fundación H&M se esfuerza por impactar a toda la industria de la moda, no solo a H&M.
Erik Bang, líder de innovación de la Fundación H&M.
Esto resalta el compromiso de H&M por impulsar el uso de tecnologías y alternativas que ayuden a todas las empresas a mejorar su modelo de negocio, y con ello apoyar a las pequeñas empresas que están invirtiendo en encontrar soluciones.
La industria no podrá satisfacer la demanda de moda de una población mundial en crecimiento y una clase media mundial que depende de los recursos naturales. Simplemente no hay suficiente tierra o agua disponible en una perspectiva a largo plazo de 10-20 años.
Erik Bang, líder de innovación de la Fundación H&M.
Timo Rissanen, profesor asociado de diseño de moda y sostenibilidad en Parsons, señaló que el reciclaje de prendas puede fomentar que la sobreproducción actual parezca aceptable, al igual que el reciclaje de plástico hace que los plásticos de un solo uso lo parezcan, sin embargo la realidad es que ninguno de los dos lo es.
Las empresas deben comprometerse realmente con laborar de manera sostenible y que toda la cadena de producción trabaje del mismo modo.
Necesitamos una reducción drástica en la producción de ropa en general: un decrecimiento estratégico de la industria de la moda que sea proporcional a la emergencia planetaria en la que nos encontramos ahora.
Para minimizar sus impactos ambientales, la industria de la moda debe combinar las inversiones en el reciclaje de prendas, y con ello reducir el uso de recursos vírgenes así como gestionarlos de manera adecuada, y capacitar a sus grupos de interés.
Así como es importante impulsar un consumo más responsable. Al final, abordar los conflictos de la sociedad y el medio ambiente es responsabilidad de todos. Pero la verdadera pregunta es: ¿será posible reparar todo el daño a tiempo?