De no reducir las emisiones de gas efecto invernadero, producto de la actividad humana, el promedio de temperatura de la superficie aumentará de 1.8 grados centígrados a 4.0, revela el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC).
Las evidencias de este fenómeno ya se han hecho presentes; en los últimos años huracanes, inundaciones, sequías, incendios, derretimiento de los casquetes polares se han incrementado y, con ello, se ven afectadas la vida y economía de los habitantes de este planeta.
El turismo tiene una fuerte responsabilidad para reducir los impactos a la ecología, pues a pesar de que una persona no le dedica más de cinco semanas por año a las actividades turísticas, la cantidad de emisiones producidas por este sector es mayor que la generada anualmente por la vida cotidiana y trabajo de los de miles de millones de habitantes de ciudades industrializadas, revela un reporte de la United Nations Enviroment Programs.
El impacto que los excursionistas pueden llegar a ejercer sobre un sistema, comienza desde la forma de trasladarse. Sus costumbres y actividades durante su periodo de receso son de suma importancia para que los destinos se conserven y no se agredan la flora, la fauna y el clima de la localidad, dijo Dulce María Ramos, coordinadora del Programa de Medio Ambiente de la Universidad Iberoamericana.
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