Por qué invertir para crear una fundación de la empresa

Por: Emilio Guerra Díaz

Hemos visto ya las características del modelo de fundación empresarial, pero ¿Por qué conviene que una empresa invierta recursos para crear una propia? Existen diversas razones para abordar esta interrogante, sin embargo es imprescindible empezar por las económicas pues los criterios de inversión y ganancia establecen los fundamentos para persuadir a los empresarios a crear una fundación.

Una institución de esta naturaleza reporta beneficios prácticos e inmediatos en la administración de la inversión social empresarial, ya que organiza, sistematiza y focaliza el presupuesto a causas sociales de su elección. De esta manera es conveniente definir el destino de los recursos, tanto en población a atender, problemática social y área geográfica de influencia.

La dispersión de recursos que ocurre a menudo en la empresa carente de un programa o una fundación responde a diversas necesidades, demandas o intereses de apoyar variadas solicitudes de apoyo que recibe cada unidad del negocio. Unos desean patrocinar un evento, apoyar la operación de un asilo, de un albergue, etc. Otros más estiman que valdría la pena apoyar con un donativo una campaña de reforestación o contribuir económicamente para apoyar a la institución que trabaja para sacar a los niños de la calle.

Alguien más sugiere que es conveniente tener un programa de atención a desastres para apoyar a la comunidad en situaciones de emergencia. Desde otra área se percibe que la apuesta de México para cambiar a su población es educarla, por lo que sugieren financiar proyectos de esta naturaleza.

Como se observa, existen ilimitadas necesidades con un presupuesto finito y si se desea apoyar todas las solicitudes, entonces se tendrá como resultado un bajo impacto social y una sensación de desorganización.

Dentro de la empresa que así trabaja, algunos directivos podrían cuestionar justificadamente ¿Cuál es el beneficio directo para la empresa por apoyar tantas y tan variadas instituciones, proyectos y solicitudes?
Pero entonces ¿Por dónde empezar?, ¿Cómo se definen las causas para apoyar?, Una empresa que desee invertir en lugar de gastar en su programa de inversión social deberá reflexionar que una fundación empresarial funge como una unidad de negocio más y que ésta debe cumplir con los lineamientos y políticas con los que trabaja toda la empresa.

Es decir, debe contar con un ejercicio de planeación, definir sus estrategias, definir metas que se desean alcanzar (desde luego para el negocio), destinar un presupuesto y contar con los recursos humanos necesarios, pero además facilitar la interacción de todas las áreas de la empresa. Puede considerarse además la interacción con el área de RSC o bien con el Comité respectivo.

Es necesario recordar que de contar con una Fundación, la empresa podría asignarle gran peso del trabajo de vinculación con la comunidad y por lo tanto deberá contar con herramientas para registrar, medir y comunicar el retorno de inversión, parte fundamental de la utilidad de una institución de esta naturaleza.

Definir las causas sociales que atenderá. A pesar de lo que sugiere la teoría, en la práctica se toman decisiones distintas a las que propone un manual para seleccionar las causas sociales de interés. La teoría dice que conviene que las causas sociales que atenderá la fundación estén perfectamente alineadas al quehacer de la empresa, a los bienes y servicios que brinda al mercado.

Pero la práctica también dice que los accionistas, socios, directivos de alto nivel y quienes toman las decisiones en la corporación tienen inquietudes, deseos de colaborar, una problemática que les preocupa más o un grupo de población que desean ayudar y por lo tanto desean incluir su causa social. Pero ¿qué hacer?

Hay buenas noticias que concilian a la teoría y a la práctica. Las personas que nos hemos ocupado de fomentar estas organizaciones, comprendemos que cada iniciativa representa elaborar un traje a la medida y que el sastre deberá trabajar para conciliar todos estos intereses con los fundacionales. En este mar de posibilidades radica precisamente un gran estímulo para trabajar con imaginación y elaborar un proyecto único. Por lo tanto estos argumentos alientan que la empresa puede hacer lo que decida emprender.

Ahora bien, es indispensable precisar que en México como en otros tantos países del orbe, existen intereses que son constantes en la clase empresarial: les interesa apoyar la educación y por obvias razones, el medio ambiente, por lo que estas áreas están bien respaldadas con diversas variantes, por ejemplo en la educación, las instituciones bancarias que operan en México, casi todas ellas tienen su programa de educación financiera y todas tienen un programa de apoyo a la naturaleza.

De tal manera, una empresa que se dedica a la comercialización de alimentos a gran escala puede considerar que es pertinente para el negocio, para los empleados, para la comunidad y para las autoridades públicas invertir recursos en el rubro “seguridad alimentaria (en una futura colaboración hablaremos de cómo se elaboraran programas de inversión social para ser administrados por la fundación empresarial).

Definir población a atender. Otra estrategia muy útil para definir qué causas apoyar puede resultar de “estudiar el mercado”, es decir, conocer en la zona de influencia de la empresa cuáles son las causas sociales más apoyadas por otras fundaciones empresariales, programas públicos o por la comunidad.

Cuáles son las áreas más necesitadas que no reciben financiamiento. Cuáles están siendo atendidas insuficientemente, no sólo en cuestión de financiamiento, sino también por falta de conocimientos, investigación, de claridad en la problemática (al respecto recuérdese cuando el VIH-SIDA se hizo presente en la comunidad mundial en la década de los ochenta del siglo pasado y los estigmas y prejuicios que abarcaba la pandemia, en muchos países se retrasó la acción de organizaciones sin fines de lucro). Sin embargo, afortunadamente se cuenta ya con suficientes investigaciones e información clasificada y ordenada que facilita este trabajo.

Definir Grupos sociales. A la par de estudiar el universo de causas, también es necesario definir qué grupo social se atenderá. Por ejemplo, mujeres en condición de violencia, niños en situación de calle, adulto mayor desamparado, jóvenes, estudiantes, mujeres, indígenas, etc. Son grupo sociales que comparten ciertas problemáticas por lo que existen organizaciones civiles que se han especializado en la atención a condiciones específicas de vulnerabilidad, exclusión o subdesarrollo y que van a ser excelentes socios de la fundación empresarial.

Definir zona geográfica de influencia. Resulta también muy útil definir en qué localidades, municipios, estados o regiones se pretende tener presencia. Desde luego este punto lo determina el negocio. Por ejemplo, una empresa de tiendas de autoservicio que solo tiene presencia en el norte del país, no tendría caso que invirtiera donde no tiene presencia. Como es el caso de S-Mart que focaliza sus esfuerzos en la parte septentrional.

Gestión de la RSE. Existen otras razones prácticas de naturaleza empresarial. Un parámetro de la responsabilidad social empresarial medida, por ejemplo, por la metodología del Distintivo Empresa Socialmente Responsable considera si una corporación cuenta con una Fundación o un programa de vinculación con la comunidad. Pero ¿por qué? Adelantamos algunas ideas que expresaremos en un artículo especialmente dedicado a este tema, pero por el momento podemos señalar, porque define un presupuesto, clarifica las acciones a realizar, selecciona a los socios más adecuados, da seguimiento a la inversión empresarial, contribuye al fortalecimiento de sus socios, mide el impacto social, pero sobre todo, construye a partir de la experiencia concreta de inversión, el retorno de la inversión para la empresa y todos los involucrados.

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