Para hablar sobre igualdad de género, nada como nombrar a Islandia, quien recientemente fue catalogado como el mejor país con igualdad de género por el Índice Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial.
El índice se basa en 144 países y además analiza las desigualdades entre sexos en el mundo del trabajo, así como en los sectores de la educación, la salud y la política.
Islandia el proceso de reducción de la brecha salarial se ubica entre un 14% y 18%, la participación femenina en puestos de gerencia está asegurada tanto para padres como madres.
Pero esto casi siempre ha sido así ya que en el año 1000 ya se reconocían a dioses y diosas en la religión, aunque con la llegada del cristianismo esto cesó, después en 1974 se nombró a la primera sacerdotisa y en 2012 se invistió a la primera obispo.
En 1915 las mujeres consiguieron el derecho a voto e incluso a ser candidatas políticas. En 1908 ganaron su primera elección, en el gobierno municipal, fue una victoria de las mujeres que no fueron apoyadas por ningún partido político tradicional, sino que una lista femenina.
«Una de las laves es la solidaridad de los defensores de los derechos humanos de las mujeres que desafían y protestan contra el monopolio del poder en manos de los hombres y el poder de los hombres sobre las mujeres».
En Islandia, la igualdad ha sido base del crecimiento del país.
Islandia el mejor país para ser mujer
The Economist colocó hace unos meses a Islandia en el lugar número uno del puesto de los países en los que las mujeres tienen mayor igualdad en el terreno laboral.
La lista que lo llevó a ese resultado tenía en cuenta estadísticas sobre educación superior, salarios, derechos maternales y paternales y el costo de los cuidados infantiles.
Para poder lograrlo, hubo momentos claves en la historia de igualdad islandesa. Uno de ellos, fue cuando los hombres embarcaban eternos viajes a través de los océanos; las mujeres debían llevar la economía de su hogar y se hicieron constructoras, agricultoras, amas de casa, cazadoras, hasta que en 1975, la sociedad ya había avanzado bastante pero se cansaron de ser olvidadas y además no recibían un salario igualitario.
Fue así que 25 mil mujeres islandesas, salieron a las calles a protestar por sus derechos y al mismo tiempo el 90% de las mujeres hicieron huelga profesional y doméstica.
Oficinistas, enfermeras, amas de casa y maestras no acudieron a su trabajo y tampoco hicieron la comida. No llevaron a sus hijos a la guardería, no limpiaron la casa. fue un paro total, con el fin de demostrar que ellas eran indispensables.