En esta temporada de frío es muy común que las personas enfermen de gripe y otras enfermedades relacionadas, las ausencias debido a estos problemas de salud suelen ser numerosas y llegan a alarmar a los líderes de las organizaciones, quienes con frecuencia solicitan comprobantes médicos para justificar las inasistencias.
Algunos trabajadores deciden presentarse en la oficina aún con fuertes resfriados, y aunque es probable que muchos jefes relacionen esta conducta con un enorme compromiso laboral, la realidad es que se trata de una acción que puede poner en riesgo la productividad de toda una organización, ya que expone a otros colaboradores al contagio y prolonga el tiempo de recuperación.
De ahí la importancia de que las empresas generen políticas responsables que les permitan proteger la salud de sus colaboradores sin sacrificar su productividad en el proceso y sin actuar de forma poco responsable, por lo que en las últimas semanas el mensaje de un médico canadiense ha llamado la atención de las redes sociales y algunos medios de comunicación. En él se hace un llamado a las organizaciones a revisar sus políticas de ausentismo por enfermedad y dejar de solicitar justificantes médicos.
Esta política crea una innecesaria carga en el sistema de salud y también expone a pacientes seriamente enfermos en mi oficina a algunos virus que podrían causar consecuencias perjudiciales para su salud. En la mayoría de los casos, el mejor remedio para un paciente con una enfermedad aislada (por ejemplo, virus gastrointestinal o un resfriado común) es quedarse en casa, descansar y tomar fluidos. Venir a la oficina del doctor o a una sala de emergencia por una nota médica no complementa su recuperación.
Aunque hasta ahora pocas empresas los cuentan entre sus filas, considerar la presencia de un médico dentro de la organización es una excelente alternativa para resolver y prevenir problemas de salud entre tus colaboradores, facilitando la evaluación del estado de salud de cada uno de ellos.
Además de reducir el ausentismo laboral, esta práctica constituye una excelente herramienta de prevención de problemas como la obesidad, estrés y otros malestares profesionales que afectan la productividad y atraerá beneficios económicos a largo plazo.
Finalmente la presencia de un médico en la oficina produce una sensación de bienestar entre los colaboradores, quienes se sienten más valorados por la organización, por lo que se produce un circulo importante de confianza y comunicación.