“La mujer que sigue a la multitud generalmente no va más allá. La mujer que camina sola probablemente se encuentre en lugares en los que nadie ha estado antes”. –Albert Einstein
¿Qué tienen en común Mary Barra (General Motors), Ginni Rometty (IBM), Indra Nooyi (PepsiCo), y Meg Whitman (HP)? Son 4 de las 32 mujeres CEOs en la lista de Fortune 500. Eso significa que el 6.4 por ciento de las empresas más grandes en los Estados Unidos son dirigidas por mujeres. Esta es la mayor proporción de mujeres CEOs en los 63 años de historia de Fortune 500.
Estas son las estimaciones de mujeres CEOs vs la realidad.
¿Por qué más mujeres no consiguen el puesto de CEO?
Deborah Gillis, presidenta y directora ejecutiva de Catalyst que impulsa el avance de las mujeres en los negocios, dijo que debe haber consecuencias tomando en cuenta estos números. Ella sugiere retener bonificaciones si los líderes no promueven lo suficiente a las mujeres o minorías, y aumentarlas si lo hacen.
Esto es lo que piensa Sheryl Sandberg al respecto.
El New York Times hizo varias entrevistas largas y dolorosas a varias mujeres que casi lograron conseguir el puesto de CEO. Al contar sus historias, algunas eran filosóficas, otras se culpaban a sí mismas. Lo que muestran sus experiencias es que las mujeres que aspiran al poder evocan mucho más resistencia de lo que esperaban. Ninguna llega al puesto de CEO sin ser audaces y valientes, al mismo tiempo que son buenas en su trabajo.
Frecuentemente ven a las mujeres como confiables y menos como visionarias. Ellas tienden a estar menos cómodas con la autopromoción y existen más probabilidades de que las critiquen cuando logran destacar. Algunas se desaniman y abandonan la meta a mitad del camino.
Historias de mujeres que casi logran el puesto de CEO
Según Julie Daum, quien ha dirigido los esfuerzos para reclutar mujeres en los consejos de administración de Spencer Stuart, existe un sesgo real y sin la capacidad de realmente medirlo, nada va a cambiar.
Jan Fields empezó como miembro del personal en un restaurante de McDonald’s para convertirse en presidenta de la marca en los Estados Unidos, la segunda posición en la compañía. Fields fue despedida en 2012 con la excusa de la primera caída mensual en las ganancias desde 2003, durante un esfuerzo estratégico por precios más altos. Ella considera que estaba haciendo cambios audaces necesarios porque McDonald’s se encontraba luchando en medio de la creciente conciencia del consumidor sobre la salud. De acuerdo con Fields, tener ese puesto significa ser la única mujer, algo muy solitario. Ella dice que nunca intentó ser uno de los chicos. En vez de eso, gastó más energía en el rendimiento.
Fields logró ganarse la confianza y el respeto de los hombres, aunque en un inicio fueran muy celosos y competitivos. Cuando empezaron a trabajar para ella, se dieron cuenta que no era mala en su cargo. Ella piensa que todo se calcula por la métrica de las ganancias, que todo tiene que ver con el dinero y recuerda que tenía que ser mejor que nadie para que la consideraran igual.
Fields cree que no se convirtió en jefa ejecutiva por su decisión de no trabajar en el extranjero, y por pensar que muchos de los países en los que McDonald’s estaba entrando estaban en contra de las mujeres. Después de tres años en el segundo puesto, su jefe comenzó a no estar de acuerdo con la estrategia que ella proponía. Fields defendió con firmeza los cambios que sugería, y por eso ya no está en ese puesto.
Muchas investigaciones muestran que, cuando las mujeres actúan con fuerza, es muy probable que los hombres reaccionen mal. Una encuesta de Lean In/McKinsey & Company realizada en 2016 a 132 empresas y 34.000 empleados, descubrió que las mujeres que negociaban para promociones eran 30 por ciento más propensas que los hombres a ser etiquetadas como intimidantes, mandonas o agresivas.
Otra ejecutiva que insistió en el anonimato, pasó 30 años en compañías Fortune 500, subiendo a los puestos directivos más altos. Ella describió su experiencia en detalle, contando que logró hacer crecer empresas de maneras que otros no podían hacerlo, doblando a menudo el rédito de sus divisiones. La veían como una posible sucesora del CEO, pero admitió que no se sentía preparada para la política corporativa en el más alto cargo.
Al final, un colega al que ella ayudó a conseguir un puesto entre los directivos comenzó a menoscabar su trabajo y, durante una reorganización corporativa, la aventajaron todos sus compañeros hombres, a pesar de que ella rediseñó toda la estrategia de la compañía y duplicó el precio de sus acciones. Considera que ser mujer fue el obstáculo en el progreso de su carrera.
Ellen Kullman, ex directora ejecutiva de DuPont, dijo que a las mujeres nunca se les enseña a luchar por ellas. Cree que tendemos a enseñar la idea de que la vida es justa, que si uno prospera y se entrega, el resto se arreglará solo, pero eso solo funciona bien durante la primera parte de la carrera de una mujer y no en los últimos pasos antes de alcanzar el puesto más alto. Kullman decidió renunciar en 2015 porque pensó que se estaba interponiendo en el futuro de la compañía.
Sally Blount, decana de la Escuela de Administración de Kellogg en Northwestern y la única mujer en liderar una de las diez mejores escuelas de negocios, señaló que la mitad o más de las mujeres que obtienen un MBA abandonarán el trabajo a tiempo completo dentro de una década. Las razones van desde conflictos familiares, hasta restar valor a la posición o el dinero. Según Blount, eso explica, en parte, el bajo número de mujeres que alcanzan el cargo laboral más alto.
Una encuesta realizada por Korn Ferry a 786 hombres y mujeres altos directivos, encontró que…
- 43 por ciento piensa que el prejuicio continuo contra las mujeres como directoras ejecutivas, es la principal razón por la que más de ellas no llegan al puesto de CEO.
- 33 por ciento considera que a las mujeres no se les da la oportunidad de convertirse en líderes de las empresas donde trabajan.
Kullman encontró que los hombres consiguen la promoción dentro de dos años, y las mujeres en tres. La excusa siempre es la misma: no estar seguros de que esté lista para ese trabajo.
La encuesta Lean In muestra un sentido generalizado de que las mujeres enfrentan desventajas estructurales. Ellas son menos propensas que los hombres a creer que podrán participar en reuniones, recibir tareas desafiantes o que sus contribuciones sean valoradas. Solo el 29 por ciento de las mujeres negras piensa que las mejores oportunidades en sus compañías van a los colaboradores más merecedores, en comparación con el 47 por ciento de las mujeres blancas.
Shelley Diamond se convirtió en directora de clientes de Young & Rubicam después de dirigir su oficina en Nueva York y liderar varias cuentas claves a nivel mundial. Su talón de Aquiles era confiar en sí misma.
Dina Dublon, ex directora financiera de JPMorgan Chase, dijo que los colegas varones a veces le comentaban que se sentían reacios a salir a cenar con subordinadas femeninas porque podría ser visto como insinuante. Ella cree que el desafío para las mujeres es entrar en el mundo masculino. Dublon afirma que, una vez que se llega a la cima de la empresa, en la mayoría de los casos, la mujer entra en un reino masculino y el éxito depende mucho más de su capacidad para adaptarse a los hombres que a la capacidad de ellos para confiar en ella. Dublon no cree que se trate de ser justos, sino tolerantes.
Todo esto no significa que no existan hombres que realmente quieran que las mujeres alcancen el puesto de CEO, pero muchos siguen viendo a las mujeres asertivas como una amenaza. Resulta difícil identificar cuál es el papel que desempeña el género en cualquier decisión que tiene que ver con eso, sobre todo si una mujer debe obtener la posición más alta.
Si eres mujer y estás leyendo esto con ambiciones de alcanzar el puesto de CEO, no olvides los consejos de estas tres mujeres exitosas:
- “La pregunta no es quién va a dejarme. Es quien me va a detener”. –Ayn Rand
- «Siempre apunta alto, trabaja duro y preocúpate por lo que crees. Cuando tropieces, mantén la fe, y cuando seas derribada, recupérate y nunca le hagas caso a nadie que te diga que no puedes o no debes continuar». –Hillary Clinton
- «Si tienes una idea, tienes que creer en ti mismo o nadie más lo hará» –Sarah Michelle Gellar
¿Estás de acuerdo que no hay suficiente mujeres CEOs en el mundo? ¿Qué crees que se puede hacer para cambiar eso? ¡Déjanos un comentario!
Mi experiencia me lleva a 3 reflexiones sobre el papel de la mujer en el trabajo:
1. Debemos de partir de una realidad: hay una inercia restrictiva para dar el mejor puesto a una mujer, vista como normal por hombres o mujeres en mayor o menor medida en todo el mundo.
2. Entonces, el desafío de las mujeres al entrar al reino masculino, es aceptar la realidad (justa o injusta) y aumentar su capacidad de adaptación, sin perder su visión y su estrategia.
3. La estrategia consiste entonces en saber hacer una negociación estratégica, porque de otra forma se pierde todo. Y la mujer es experta en el «todo o nada».
En el mundo si hay mujeres que alcanzaron y el CEOS , el el caso de Cristo Lisbet en Houston .
Pueden escucharla en :
http://WWW.ReyDeSalem.com
Interesante artículo, gracias por compartir. Pregunta: ¿Saben si existe algún estudio que haya identificado a mujeres como CEO o Directoras Generales en Organizaciones No Gubernamentales? Lo pregunto porque, Greenpeace Internacional está encabezada por dos mujeres CEO, sería interesante saber qué pasa con estos puestos en el sector social, ¿no creen?
Saludos cordiales,
Buen punto, no conocemos de ninguno pero bien vale la pena hacer ese research. Lo de Greenpeace es notable. Gracias por comentar.