Durante meses, miembros del Partido Republicano en los EE. UU. han emprendido una serie de acciones contra la inversión de ESG. En el ataque más reciente, el gobernador de Florida, Ron DeSantis —un posible candidato republicano a la presidencia en 2024— lideró una resolución para evitar que los fondos de pensiones del Estado consideren los principios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) que guían la inversión responsable.
Estos movimientos en los que los republicanos atacan ESG han despertado la preocupación de los administradores de activos, de la comunidad internacional —que ha instado a prescindir de los combustibles fósiles causantes del cambio climático y acelerar la inversión y adaptación en tecnologías limpias—, inversores y sociedad en general. Pero, ¿qué hay realmente detrás de las reacciones contra la inversión responsable? Este artículo de Vox realiza un análisis a fondo.
Líderes republicanos critican ESG
Los líderes republicanos han calificado el reconocimiento de la ciencia del clima por parte del mundo empresarial como un síntoma de «despertar» —un término complejo que se utiliza para llamar a la consciencia de temas sociales y políticos—.
Es así, que en una reciente publicación en un libro blanco, la minoría republicana en el Comité de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Senado de los Estados Unidos llamó a las tres mayores firmas de inversión del planeta: BlackRock, Vanguard y States Street «como nuestros nuevos emperadores», discrepando de su participación en una coalición no vinculante que apoya alcanzar una cartera de emisiones netas cero para 2050.
Al respecto, BlackRock que ha sido el objetivo más frecuente en el ataque ESG ha respondido: «Esas conclusiones se basan en premisas defectuosas y corren el riesgo de dañar a millones de inversionistas cotidianos que dependen de fondos mutuos y fondos cotizados en bolsa para ayudarlos a jubilarse con dignidad».
ESG se ha vuelto un tema político
En 2004, el secretario general de la ONU desafió a las instituciones financieras a dar mejor cuenta de los problemas ambientales, sociales y de gobierno corporativo. Pero ESG ganó visibilidad en los últimos años, especialmente después de que el CEO de BlackRock, Larry Fink, escribiera una carta a los CEO en 2021 instando a ESG como el nuevo estándar en las inversiones.
Aclaremos que ESG se usa principalmente como un término general para cualquier inversión que considere la responsabilidad social y ambiental. De hecho, lo que cuenta como ESG está tan mal definido y maleable que ha sido criticado como una forma de greenwashing de las acciones corporativas.
“Hay un gran elemento político en esta [reacción negativa de ESG por parte de los republicanos]”.
Michael Littenberg, socio del bufete de abogados Ropes & Gray.
Una de las ideas definitorias de ESG es las ventajas de contabilizar los informes los riesgos ambientales y sociales a los inversores y clientes, en lugar de cegarse deliberadamente al mundo que la rodea. Ello puede incluir una amplia gama de problemas como la dependencia de una empresa del petróleo, el gas y el carbón, o la exposición al aumento del nivel del mar en las operaciones costeras, las violaciones de los derechos humanos de los países en los que opera y la falta de diversidad en la junta y la transparencia en la dirección general.
Republicanos van contra la Responsabilidad Social Empresarial
No obstante, los funcionarios republicanos atacan ESG, en los estados de West Virginia, Texas, Louisiana, Missouri y ahora Florida se han retirado miles de millones de dólares de la gestión de BlackRock, bajo discursos como el de Jimmy Patronis, director financiero del estado de Florida.
«La División del Tesoro de Florida se está deshaciendo de BlackRock porque han declarado abiertamente que tienen otros objetivos además de generar rendimientos».
Jimmy Patronis, director financiero del estado de Florida.
A nivel federal, los legisladores republicanos de la Cámara están preparando investigaciones antimonopolio. En octubre, los fiscales generales estatales republicanos exigieron que Bank of America, Citigroup, Goldman Sachs, JPMorgan Chase, Morgan Stanley y Wells Fargo entreguen información sobre su participación en la Alianza Bancaria Net-Zero de la ONU, que pide a los miembros que se comprometan a descarbonizar sus portafolios.
Al respecto, Riley Moore, tesorero estatal de West Virginia, uno de los partidarios que lideran el ataque contra ESG señala que a lo que él ve, los bancos están coaccionando el capital de las industrias del carbón, gas y petróleo, en estados que dependen financieramente de la economía de los fósiles.
ESG el nuevo estándar de la inversión
La reacción violenta comenzó a principios de 2021 cuando tres eventos enviaron la señal de que ESG había llegado para quedarse. El primero fue la adopción de ESG por parte de Larry Fink, señalando en su carta de 2021 que: “Ningún problema ocupa un lugar más alto que el cambio climático en las listas de prioridades de nuestros clientes. Nos preguntan al respecto casi todos los días”.
El segundo movimiento tuvo lugar en marzo, cuando la administración del actul presidnete de EE. UU., Joe Biden, propuso una regulación para exigir la divulgación de riesgos climáticos de las empresas que cotizan en bolsa, en paralelo a las normas que está adoptando la Unión Europea.
El tercero y último fue el golpe a los accionistas del gigante petrolero Exxon, Engine Nº 1, un fondo de cobertura que ha criticado la estrategia de la compañía energética ganó tres asientos en la junta en la votación de los accionistas. La votación fue un hito importante en la batalla contra la crisis climática, porque es la primera lucha por el control del directorio en una de las principales empresas estadounidenses en que el argumento para el cambio es la necesidad de alejarse de los combustibles fósiles.
Aún así, ESG podría no ser lo suficiente para lograr contener la crisis climática, y tampoco hay requisitos vinculantes para conseguirlo. Pero lo que los republicanos atacan de ESG es realmente que el mundo financiero se alinee con la ciencia del clima y no ve plantas de carbón y perforación como proyectos viables para financiar.
Republicanos atacan ESG presionando a la banca
La presión podría estar cediendo. En un aparente guiño a las investigaciones en curso del Partido Republicano Vanguar anunció que se retiraría de la coalición Net Zero Asset Managers, en la que las empresas se comprometieron voluntariamente a alcanzar cero emisiones netas en sus carteras para 2050.
» [Vanguard se retira de Net Zero Asset Managers] para proporcionar claridad a nuestros inversores sobre […] cómo pensamos sobre los riesgos materiales, incluidos los riesgos relacionados con el clima, y dejar en claro que Vanguard habla de forma independiente sobre asuntos de importancia para nuestros inversores»
Vanguard.
Las acciones de republicanos atacan ESG comenzó a tomar mayor forma a partir del golpe de Engine No. 1. Particularmente de dos grupos: Consumers Research y State Financial Officers Foundation, organizaciones conservadoras sin fines de lucro también financiadas por grupos con financiamiento anónimo.
Para Jacey Bingler, activista senior de comunicaciones del grupo de defensa de las finanzas climáticas Sunrise Project, la reacción negativa de ESG no está siendo liderado por las partes interesadas financieras, sino por las partes interesadas políticas.
Acciones de los republicanos para derrocar ESG
Existen particularmente cuatro acción en la estrategia de los republicanos para desbancar ESG, las cuales ya están en acción. Emprender acciones de investigación antimonopolio el próximo año a nivel estatal y federal contra los gigantes bancarios.
La segunda acción, es el movimiento de continuar retirando los fondos operativos estatales de BlackRock y la administración de otros bancos que consideren los factores ambientales, sociales y de gobierno en las inversiones.
Las dos puntas finales se consideran potencialmente las más dañinas para los contribuyentes y pensionistas en los estados republicanos. Uno es el proyecto de ley modelo que está circulando en los estados republicanos, llamado Ley de Protección de Jubilación de Empleados del Gobierno Estatal. Desinvierte las pensiones de maestros, policías, enfermeras empleadas por el estado y otros empleados de empresas que están en una lista de boicot.
Particularmente, a los expertos en la materia les preocupa que estas medidas puedan significar que las pensiones estén sobreponderadas en combustibles fósiles y sean menos diversas, dejando a las personas que dependen de su jubilación sujetas a una mayor volatilidad del mercado. La táctica final es una lista de boicot, donde el Estado solo busca contratos con financiamiento de empresas que no consideran el cambio climático en sus cálculos.
Republicanos señalan de «injustificadas» preocupaciones climáticas
Si bien no es clara la razón de que republicanos atacan ESG, una última teoría apunta al no reconocimiento de la ciencia del clima. El tesorero de West Virginia, Moore, es uno de ellos.
«Dígame, exactamente, para un beneficiario de pensión, que se jubilará en los próximos 10 años, cómo las emisiones de carbono afectarán los resultados financieros y la vitalidad de una determinada empresa que cotiza en bolsa».
Moore, tesorero de West Virginia.
Durante más de una década, la plataforma principal del Partido Republicano ha ignorado la ciencia del clima, dando vueltas a varias excusas para no tomar medidas sobre las emisiones de gases de efecto invernadero. Los republicanos podrían estar retrasando la acción climática, sin admitir que lo están haciendo.
Jacey Bingler de The Sunrise Project señaló: «Los republicanos esencialmente han creado una nueva entrega en esta guerra cultural en la que tienden a elegir temas relativamente especializados que no necesariamente resuenan en gran parte de la sociedad sin este intento artificial de continuar avivando las llamas”.
Los activistas climáticos, e incluso algunos inversores, han dicho que el rechazo del Partido Republicano contra ESG es un problema político, no principalmente económico. Y si bien muchos se mostraron escépticos de que alguna vez ESG se volviera un tema político, preocupa el resultado final.
Para Ivan Frishberg, director de sustentabilidad de Amalgamated Bank, un banco con una misión socialmente responsable, el retroceso en ESG es esencialmente una negación del capitalismo. En última instancia, los clientes impulsarán los productos y los enfoques que se adopten guiarán la forma en que responden las empresas.
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