¿Qué hace una empresa cuando entra en una crisis de reputación? Además de disculparse y en algunos casos hasta despedir al responsable, un paso lógico es aliarse con activistas u OSCs expertas que puedan ayudarle a crear campañas y políticas para asegurarse de que no se vuelva a dar un escándalo. El problema viene cuando se intenta arreglar el daño desde lo superficial, sin arrancarlo de raíz.
Algunas empresas han logrado mejorar su reputación recibiendo la ayuda de OSCs respetadas por el público. En ocasiones, estas organizaciones civiles incluso comenzaron siendo críticas de la compañía, como fue en el caso de la alianza creada por Greenpeace y Kimberly Clark. Lo que comenzó como rivalidad se convirtió en una colaboración de cinco años gracias a la cual Kimberly Clark acabó con algunas de sus prácticas más irresponsables.
Por desgracia, no todas las organizaciones en crisis están dispuestas a hacer un trabajo a largo plazo, porque están desesperadas por cambiar su imagen lo más pronto posible. Esto lo está viviendo, por ejemplo, la NFL, que se alió con No More después de recibir duras críticas por su manejo de casos de violencia doméstica y de género por parte de sus jugadores.
Como reporta el portal especializado en deportes Deadspin, No More tiene el objetivo específico de «dar a la violencia doméstica y sexual algo que estos problemas nunca habían tenido: una marca unificadora.»
Virginia Witt, directora de No More, dijo a Deadspin que sus fondos provienen de aliados corporativos como Viacom y Verizon y aunque el grupo pretende crear conciencia y recursos para otras OSC dedicadas a luchar contra la violencia, Witt no pudo decirle al portal cuánto dinero han recaudado, solamente afirmó que no se aceptan donaciones individuales y que su sitio dirige a quienes quieren ayudar a estas otras organizaciones, las cuales pueden también crear productos con el logo e imagen de No More.
Después de su investigación para Deadspin, la autora Diana Moskovitz llega a la conclusión de que NO MORE es una estrategia pura de marketing apoyada por marcas y expertos en branding, que por lo tanto no tiene un valor social tangible y cuantificable. No sorprende que la NFL, en busca de una forma rápida de acallar a sus críticos, haya elegido a este aliado.
Pero la organización deportiva no es la única que toma estos caminos fáciles. La entrega de los premios Grammy el pasado domingo 8 de febrero también recibió críticas por incluir un llamado a acabar con la violencia de género al mismo tiempo que nominó a dos artistas famosos por las acusaciones en su contra: R. Kelly y Chris Brown.
Las agresiones contra mujeres son graves, por lo que el tema se merece algo más que palabras vacías o buenas campañas de marketing. Es imposible acabar con la violencia doméstica sin mirar fríamente los mecanismos dentro de los gobiernos, empresas, organizaciones y familias que permiten que se den estos casos y sin desmantelarlos uno a uno mediante trabajo arduo. Un logo bonito o un discurso inspirador no son suficientes.