Recientemente, el pontífice ofreció una disculpa ante las delegaciones de las Primeras Naciones, los Inuit y los Métis. Pero, ¿por qué se disculpó el papa Francisco? Lo hizo porque reconoció el daño causado por los internados en Canadá y con esto marcó un paso crucial para que la Iglesia admita su papel en el abuso de las comunidades y niños indígenas.
De acuerdo con The Conversation, esta solicitud de perdón, por muy importante que sea, plantea cuestiones sobre lo que significa que una autoridad eclesiástica la emita.
La evolución de las disculpas papales
Antes era impensable que un Papa pidiera disculpas, porque admitir una culpa implica que la Iglesia es «pecadora». Sin embargo, el Concilio Vaticano II —una reunión de obispos, cardenales, jefes de órdenes religiosas y teólogos, realizada de 1962 a 1965, cuyo objetivo consistió en la modernizaron la Iglesia— modificó la perspectiva, instituyó importantes reformas y abrió la puerta a la admisión de la culpa.
Un ejemplo más cercano fue el del Papa Juan Pablo II quien pidió perdón por muchos errores pasados, este acto instauró el 12 de marzo de 2000 como el «Día del Perdón». En el documento que anunciaba dicha conmemoración, Juan Pablo II aseguró que «la Iglesia hoy, a través del Sucesor de Pedro, nombra, declara y confiesa los errores de los cristianos de todos los tiempos».
De este modo, se enviaba una señal de que las disculpas papales hablan en nombre de toda la congregación, más allá de la responsabilidad personal. Solo un año antes, la Comisión Teológica Internacional había afirmado que «en toda la historia de la Iglesia no hay precedentes de disculpas papales por ‘errores del pasado'».
Por tanto, esto sentó un nuevo e importante precedente. El teólogo cristiano Jeremy M. Bergen califica el Día del Perdón como «el caso de arrepentimiento eclesiástico más ampliamente recibido hasta la fecha». Las disculpas papales se basan en el entendimiento de que el Papa es el líder de la Iglesia una, santa, católica y apostólica, conectada por la tradición a través del tiempo.
En consecuencia, es posible que el líder espiritual pida disculpas por un acontecimiento del pasado cuando no era Papa, o quizás ni siquiera había nacido todavía, porque la Iglesia de hace mil años está conectada con la de hoy.
Cuando sucede esto, la disculpa a menudo aborda los sentimientos de las víctimas, pero no implica a la institución como responsable. Por ejemplo, el Papa Benedicto XVI reconoció el dolor de las víctimas de abusos sexuales cuando expresó, en 2008:
Lamento profundamente el dolor y el sufrimiento que han soportado las víctimas, y les aseguro que, como su pastor, yo también comparto su sufrimiento.
Papa Benedicto XVI.
Pero no habló mucho por el encubrimiento, al no admitir las malas acciones, estas disculpas se extienden a ambos lados de la línea de expresar arrepentimiento sin asumir la propiedad y la responsabilidad. Es similar a un amigo que dice “Lamento que te hayas sentido así” sin asumir su participación.
El Papa Francisco y las disculpas
El caso del Papa Francisco es peculiar ya que admite más a menudo la culpa de la iglesia. En un discurso de 2015, en Bolivia, donde abordó los «graves pecados» de la colonización en América, expresó:
Pido humildemente perdón, no solo por la ofensa de la propia Iglesia, sino también por los crímenes cometidos contra los pueblos nativos durante la llamada conquista de América.
Papa Francisco.
En esta petición, Francisco habló a nombre de toda la Iglesia, a pesar de que los actos de colonialismo comenzaron varios siglos antes. Esta disculpa afirmó la naturaleza universal de la Iglesia, así como el sufrimiento único de los bolivianos, al emitirla en el país. Incluso El ex presidente Evo Morales respondió a la disculpa afirmando que:
Por primera vez, siento que tengo un Papa: El Papa Francisco.
Evo Morales, ex presidente de Bolivia.
Desde un punto de vista particular, la disculpa de Francisco con respecto a los internados se sitúa en la misma línea ya que declaró que lo hacía «por la deplorable conducta de estos miembros de la Iglesia católica, pido el perdón de Dios y quiero decirles de todo corazón: Lo siento mucho». Al decir esto, puso distancia entre él y esos «miembros de la Iglesia católica» responsables de los abusos.
Las disculpas son acciones
Sin duda, hay quienes dicen que las acciones son más importantes que las palabras y que las disculpas papales son huecas sin las acciones correspondientes. Aunque ciertamente hay actos necesarios para reparar y restablecer la justicia, es importante reconocer que pedir perdón es un avance.
Se sabe que las disculpas son un paso en la justicia reparadora. Por ejemplo, el documento Llamadas a la acción de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá incluye una petición de disculpas por parte de la Iglesia.
Puede que las disculpas papales no lo digan todo, pero sí poseen algo importante: Como cabeza de la Iglesia Católica Romana y líder mundial, el Papa pide disculpas tanto a la Iglesia como en nombre de esta al mundo. Estas disculpas son puntos de partida necesarios en el camino hacia el perdón y la curación.
