Tal parece que todos los días podemos leer una noticia sobre un líder empresarial o un colaborador que muestra poco juicio y falta de ética. Desde los grandes escándalos como el de Volkswagen hasta las transgresiones que suceden todos los días en todas las oficinas del mundo, estos casos muestran que, por desgracia, el comportamiento poco ético no es una excepción, sino una constante dentro de las empresas.
Incluso las personas que se consideran honestas y que no están cómodas realizando actos irresponsables pueden caer en este tipo de actitudes, y un reciente estudio se preguntó por qué sucede esto. Francesca Gino, profesora en la Escuela de Negocios de Harvard compartió recientemente los resultados en un artículo en Harvard Business Review.
La respuesta es al parecer muy sencilla y su clave está en la memoria: «Cuando las personas no logran estar a la altura de sus propios estándares morales, este conocimiento es desagradable y amenaza su autoimagen. En consecuencia, tienen ciertas estrategias para reducir su angustia, incluyendo el olvidar estos recuerdos. Estos sesgos y distorsiones de la memoria no son accidentales, sino que son motivadas para apoyar nuestra identidad y autoconcepto», explica Gino en el texto.
Para llegar a esta conclusión, se realizaron nueve experimentos en poblaciones diversas, desde estudiantes universitarios hasta adultos que participaron en línea. En ellos se comparó la calidad de los recuerdos (qué tan vívidos y detallados eran) de diferentes tipos de eventos, para compararlos con sus recuerdos de actos poco éticos.
Lo que se encontró es que es más probable que las personas olviden sus actos poco éticos a que olviden otro tipo de eventos, tanto positivos como negativos y neutros, o incluso las acciones poco éticas de otros. Los investigadores llamaron a esta tendencia «amnesia poco ética» u «ofuscación de los propios actos poco éticos a lo largo del tiempo» y la definen como un mecanismo adaptativo para afrontar el estrés psicológico y la incomodidad de comportarse de forma poco ética.
Según los investigadores, el hecho de que las personas no recuerden con claridad sus acciones poco éticas explica por qué las repiten tiempo después pero también puede ayudar a ver con otra luz los escándalos de irresponsabilidad y a promover un comportamiento más ético dentro de las organizaciones.
