Hace unos años, las princesas de Disney no eran vistas sino como una marca más. Las niñas pequeñas soñaban con ser alguna de ellas y a sus imágenes se les dedicaron cientos de miles de fiestas infantiles. No es que esto haya dejado de suceder, sino que, gracias a la imaginación de artistas de todo el mundo, las princesas han tomado otro significado: el de luchadoras por diversas causas sociales.
Es casi imposible pasar tiempo en internet sin encontrarse a princesas reimaginadas para generar conciencia sobre temas como la violencia de género, los estándares de belleza, la discapacidad y un largo (larguísimo) etcétera. Todos decimos estar cansados de este enfoque, y sin embargo es muy difícil vencer la tentación de hacer clic para conocer la más reciente causa de estos omnipresentes personajes.
Algunos de los creadores de estas imágenes afirman tener un propósito de activismo, mientras que otros declaran que solo le dieron rienda a su imaginación al hacer cambios en personajes tan reconocidos alrededor del mundo. Sea como sea, gracias a los medios en línea y al interés constante del público, es muy fácil que las variaciones de las princesas se hagan virales en un dos por tres. ¿Es una forma válida de dar a conocer temas sociales?
Se puede argumentar no hay nada malo en generar conciencia sobre una causa social, sin importar si se hace a través de personajes que pueden ser calificados como superficiales, infantiles y corporativos. Sin embargo, este enfoque tiene sus críticos. En un texto para The Daily Beast, Mike Kelemen argumenta que, al reimaginar una y otra vez a las princesas estas han perdido por completo su capacidad para impactar: «Cuando un símbolo ha sido retocado y reutilizado como una plantilla para imponer ideología, la imagen original pierde su significado (…) No es retador, revelador o innovador. Es señal de un impostor flojo que grita de forma desafiante al vacío de las redes sociales», declara el autor.
Escribiendo para Reductress, Sarah Esocof parece estar de acuerdo, aunque con un texto enteramente cómico en el que declara «Antes de ver a Ariel reimaginada como una mujer con proporciones femeninas reales, literalmente no tenía otra forma de comprender cómo las mujeres son implacablemente ridiculizadas por los medios y sometidas a estereotipos dañinos”.
Efectivamente, existen muchos medios para conocer situaciones tan importantes como el abuso sexual, los desórdenes alimenticios y demás temas que los artistas han plasmado a través de las princesas, pero por desgracia estos pocas veces llegan al gran público. Tal vez la solución esté en no limitarse a reproducir las imágenes de Ariel, Aurora, Bella y compañía, sino en intentar profundizar y ver más allá de estos personajes, pensando en los seres humanos reales que viven las situaciones que ellas solo retratan.
Si todo cambia, los personajes en las películas no podrían ser la excepción. En lo personal, me gusta que los personajes que solían mostrar estereotipos de género, ahora estén «ofreciendo» otros ideales para las niñas sobre todo, como el caso por ejemplo, de «Valiente». Por otro lado, también en lo particular, creo que es una gran oportunidad que hay que aprovechar, el hecho de que los personajes puedan ser transmisores de mensajes que favorezcan la convivencia, pues considero que hay que buscar todos los medios para poder incidir en una mejor forma de relacionarnos y de construir una sociedad más responsable.
Saludos cordiales,