Desde que Harvey Weinstein fuera acusado por diversas mujeres por acoso y abuso sexual, varias más han comenzado a señalar que fueron víctimas de la misma situación e incluso han denunciado a sus atacantes.
Es así que ahora, ante alguna acción inapropiada por parte algún compañero de trabajo, jefe, alto directivo o alguna persona desconocida, algunas mujeres ya se atreven a «acusar».
Un ejemplo claro de esto, son las porristas de los equipos deportivos profesionales, quienes se están enfrentando a la convivencia con los aficionados en los partidos y eventos promocionales. Es ahí donde, según un texto del periódico The New York Times, resultan comunes los tocamientos y el hostigamiento sexual.
De acuerdo con entrevistas, docenas de porristas y exporristas, la mayoría de la NFL, describieron una explotación sistemática de equipos que las envían a reuniones previas a los juegos donde son objeto de ofensivos comentarios sexuales y tocamientos no deseados que les hacen los aficionados.
Según Labria Lee Holt, exporrista de la NFL, “cuando uno trae un sostén que realza y un falda con flecos, desafortunadamente a veces parece que son gajes del oficio”. “A mí nunca me pasó nada en lo que alguien del personal profesional del equipo dijera algo o me hiciera sentir así. Pero definitivamente eso pasa cuando uno se topa con gente que ha estado tomando cerveza”.
Sin embargo, según información del The New York Times, los funcionarios de los equipos saben de dicha situación pero hacen poco para prevenir el acoso.
En su mayoría, las porristas deben convivir con los fanáticos en los partidos y eventos promocionales donde pueden resultar espantosos los contactos.
Una exporrista de los Pieles Rojas recordó una encomienda particularmente incómoda: a ella y cinco compañeras las mandaron al domicilio de un aficionado, donde varios hombres estaban tomando y viendo un juego de futbol americano.
Cuando visitan los estacionamientos donde se congregan los fanáticos, en ocasiones las porristas van de dos en dos o en grupos reducidos para sentirse más seguras.
“No había ninguna protección para eso”, dijo Holt. “Uno tiene que andar donde están acampando, ir a las tiendas de campaña, departir con los aficionados y mover los pompones. Y en ocasiones hay desagradables hombres mayores que han estado bebiendo y dicen algo indebido. Es común, y la industria lo sabe”.
En algunos equipos, se les capacita a los integrantes de la porra sobre el acoso sexual, sin embargo, las mujeres siguen siendo enviadas a las fiestas en los estacionamientos, las suites de aficionados importantes o las tribunas.
Cuando ellas son enviadas a hospitales, fiestas de cumpleaños o de oficinas para ayudar a promover a sus equipos, las mandan sin medidas de seguridad.
Según el NY Times, Los Vaqueros de Dallas enseñaban a sus porristas y bailarinas qué decir a las personas que les dijeran cosas ofensivas o las tocaran en forma indebida. Ellas tenían instrucciones de nunca molestar a los seguidores.
Los Vaqueros de Dallas enseñaban a sus porristas y bailarinas qué decir a las personas que les dijeran cosas ofensivas o las tocaran en forma indebida. Ellas tenían instrucciones de nunca molestar a los seguidores.
“Nos enseñaron cómo responder si alguien nos tocaba”, dijo la veterana porrista de los Cowboys. “Nos dijeron que dijéramos cosas como, ‘eso no es muy agradable’. Ser tiernas, no groseras. Decir, ‘¿puedo pedirte que no te pares aquí?’. Usar el lenguaje corporal para ayudar a prevenir la situación. Nunca portarse fea. Nunca. Siempre ser cortés. Porque de no ser por los aficionados no estaríamos aquí —así es como se su supone que pensemos sobre esto”.
“Ahora… yo creo que nos deberían entrenar a levantar la mano y decir, ‘seguridad, ¡alejen a este hombre de mí!”.
Un vocero de la NFL dijo en un comunicado que la NFL y todos los clubes miembros de la NFL «respaldan las prácticas de empleo justo. Los empleados y colaboradores de la NFL tienen derecho a trabajar en un entorno positivo y respetuoso donde no exista ningún tipo de hostigamiento”.
Una de las medidas que se han tomado es acudir a la materia legal, donde la abogada Debra Katz, quien ha llevado casos de acoso sexual, dijo que los equipos deportivos profesionales tienen la obligación legal de proteger a las porristas de contacto no deseado con los seguidores.
Ella dice que la porristas rara vez interponen casos por acoso, ya sea por creer que es lo que se espera en su trabajo o por temor de ser despedidas por quejarse.