La propagación del COVID-19 es inminente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recientemente la declaró una pandemia. A México ha llegado más tarde que a otros países; no obstante, día tras día la tasa de contagios incrementa y, con ella, el número de sospechosos e infectados.
El gobierno indica que estamos apenas en la fase 1. No obstante, la rapidez con la que se expande, aunado al número bajo de pruebas que se realizan y la respuesta a nivel nacional, señalan que nos encontramos en la antesala de la segunda etapa.
Independientemente de las indicaciones y las decisiones de política pública que el gobierno dictamine, el sector privado y la sociedad civil debemos actuar en conjunto para amortiguar los impactos económico y social, así como para enaltecer el sentido humano.
La contingencia, las medidas de precaución, la renuencia a invertir y la disminución del consumo afectarán a las empresas y, con ello, a la fuerza laboral.
Habrá empresas que no puedan flexibilizar sus esquemas de trabajo; algunas cuyas situaciones presupuestales las inclinarán a recortar personal; y, sobre todo, micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) que no sobrevivirán el naufragio. Recordemos que la mayoría de los empresarios en nuestro país pertenece a este grupo.
Muchas de ellas carecerán de los recursos y reservas para solventar un periodo extendido de contingencia. Por otro lado, en un país donde más del 50% de la población económicamente activa pertenece al sector informal, no muchos podrán dejar de atender sus comercios por semanas.
En ese sentido, la Alianza para la Responsabilidad Social Empresarial por México (AliaRSE) exhorta a las empresas a ejercer su responsabilidad social teniendo presentes la empatía, la ética, la integridad y el bien común. Si bien debemos preocuparnos por la repercusión económica de las empresas, no olvidemos que lo que está en juego en esta crisis son la salud y el bienestar de todos los ciudadanos y sus familias.
Tal vez sean necesarios ajustes, sacrificios o medidas extremas; sin embargo, invitamos a hacer un esfuerzo muy importante para preservar los empleos y los salarios, así como, garantizar mayores oportunidades de empleo formal, crecimiento y desarrollo para el bienestar de nuestros colaboradores y sus familias.
Las empresas y la sociedad civil continuaremos con nuestro compromiso y responsabilidad como hasta ahora, con las medidas que sean necesarias a fin de preservar la salud y el bienestar de todos los ciudadanos.
Nuestro sentido social debe ser la base sobre la cual edifiquemos un plan de acción que involucre a los tres órdenes de gobierno, los empresarios, sociedad civil y todos los actores de nuestra sociedad. Mientras más voces tenga nuestra petición, mayor será el eco. “Tú compromiso hoy, nos dará seguridad de un futuro mejor para todos”
Comunicado de prensa.