Declarado presidente por 2da ocasión Donald Trump podría resultar un obstáculo para el impulso de políticas climáticas. Durante su primer mandato, hizo que EE.UU. saliera del Acuerdo de París, apoyó el desarrollo de combustibles fósiles y eliminó diversas regulaciones ambientales para facilitar la explotación de recursos naturales. Su postura sobre el cambio climático ha sido generalmente de escepticismo, rechazo y negación de la relación entre las actividades humanas y el cambio climático. De acuerdo a un estudio publicado en The Guardian, con su regreso a la Casa Blanca el país podría significar la pérdida de miles de dólares si es que no se mantienen en la carrera por las energías limpias. ¡Te contamos!
Trump en contra de las políticas climáticas
Un informe realizado por especialistas de la Universidad de Hopkins ha concluido que el crecimiento de Estados Unidos como superpotencia de energía limpia podría verse frenado por Donald Trump. Su promesa de revocar importantes políticas climáticas aprobadas durante la presidencia de Joe Biden amenaza con impulsar 80.000 millones de dólares de inversión a otros países y costarle a Estados Unidos hasta 50.000 millones de dólares en exportaciones perdidas y fortaleciendo aún más el liderazgo chino y perdiendo decenas de miles de millones de dólares de inversión a favor de otros países.
“Estados Unidos seguirá instalando un montón de paneles solares y turbinas eólicas, pero deshacerse de esas políticas perjudicaría la apuesta del país por el liderazgo en este nuevo mundo”
dijo Bentley Allan, experto en políticas ambientales y políticas de la Universidad Johns Hopkins
Su regreso representa un retroceso significativo en los compromisos adquiridos por EE.UU. hacia el desarrollo sostenible y la economía verde. Escenario que afectará las políticas climáticas nacionales y los esfuerzos globales para reducir emisiones y promover un crecimiento económico sostenible.
Bajo el gobierno de Biden, Estados Unidos promulgó la Ley de Chips, la Ley de Infraestructura Bipartidista y la Ley de Reducción de la Inflación, todas ellas destinadas en distintos grados a abordar la crisis climática y al mismo tiempo impulsar la industria manufacturera estadounidense. Sin embargo, Trump ha calificado este gasto de despilfarro y ha prometido eliminarlo.
“Pondré fin de inmediato a la nueva estafa verde”, dijo el presidente electo poco antes de su victoria electoral. “Será un gran honor. La mayor estafa en la historia de cualquier país”.
Donald Trump presidente de los EE.UU.
De acuerdo con los expertos, la transición energética es inevitable y la prosperidad futura de los países depende de su participación en la cadena de suministro de energía limpia. Afirmaron que si EE.UU. sale de la competencia de la energía limpia será muy difícil volver a entrar. El informe advierte que si el plan de Trump prevalece, los proyectos de manufactura planeados en Estados Unidos se cancelarían, lo que dejaría a las empresas estadounidenses dependiendo de proveedores extranjeros para los componentes.
Las afectaciones de mercado
El análisis también predice que las exportaciones se verían afectadas, lo que permitiría a los competidores estadounidenses hacerse con una cuota de mercado. Según las declaraciones de los coautores del análisis, los planes sustentados por Trump sugieren una completa incomprensión de cómo funciona la economía global. Advirtieron que si no se tiene una base manufacturera el mercado energético podría verse muy afectado.
Trump ha hablado de forjar un “dominio energético estadounidense” basado enteramente en combustibles fósiles, con más perforaciones de petróleo y gas, acompañadas de la promesa de desechar proyectos eólicos marinos y poner fin a la “locura” de los subsidios a los autos eléctricos. Se espera que el presidente electo lidere un desmantelamiento de amplio alcance de las normas ambientales y climáticas una vez que regrese a la Casa Blanca.
Estas prioridades, que surgen en un momento en que se pronostica un pico en la producción mundial de petróleo y aumenta la presión para evitar el colapso climático, podrían consolidar aún más el liderazgo de China en la producción de energía limpia.
La carrera por la energía limpia no se detiene
Las energías renovables son hoy económicamente atractivas y seguirán creciendo, aunque de forma más irregular. Por ejemplo, la energía solar, cuyo coste se ha desplomado un 90% en la última década, se incorporó a la red eléctrica estadounidense a un ritmo tres veces superior al de la capacidad de gas el año pasado. Si Donald Trump flexibiliza las normas de permisos, incluso podría llevar a que se ponga en funcionamiento más energía limpia.
De acuerdo con Li Shuo, especialista en clima del Instituto de Políticas de la Sociedad Asiática, China ya se siente desconcertada y escéptica ante la Ley de Reducción de la Inflación. Si a eso le sumamos a Trump, el escepticismo chino se profundiza.
«Esto es un auge y una caída política. Cuando se trata de vender energía limpia a mercados de terceros países, China no se preocupa en absoluto»
Li Shuo, especialista en clima del Instituto de Políticas de la Sociedad Asiática
En las conversaciones de la COP29 de la ONU en Azerbaiyán, que comenzaron el lunes 11 de noviembre, los países nuevamente hablaron del compromiso de Estados Unidos para enfrentar la crisis climática. La administración saliente de Biden, que está tratando de promover la acción estadounidense en curso en las conversaciones, espera que sus políticas climáticas tengan suficiente fuerza para sobrevivir a un ataque trumpiano.