Un número creciente de compañías alrededor del mundo están comunicando información no financiera (social, medioambiental y de gobernanza). Para discutir las nuevas tendencias, retos y oportunidades de los informes no financieros, la Carroll School of Management Center for Corporate Citizenship del Boston College ofreció un simposio de un día auspiciado por la Red de Investigación en Educación Global (GERN, por sus siglas en inglés). Expertos prominentes de alrededor del mundo compartieron sus puntos de vistas y perspectivas acerca de la importancia y el desarrollo futuro de los informes no financieros.
De acuerdo con CorporateRegister.com hubo 1,000 nuevos informes en el 2010. Alrededor de 2000 compañías utilizaron los lineamientos del GRI en el 2010 y de acuerdo con Bloomberg, un total de 4,600 compañías hicieron referencia a los lineamientos del GRI en sus informes. Muchos países alrededor del mundo están empezando a exigir reportes no financieros –como por ejemplo Francia, Sudáfrica, Dinamarca y Singapur. La recesión de 2007-2009 aumentó las razones políticas detrás de la adopción de los informes no financieros –para aumentar la transparencia y la responsabilidad de las empresas en su forma de abordar los retos sociales, económicos y medioambientales. Expertos como Steve Lydenberg, socio de Domini Social Investing, cree que los informes no financieros obligatorios son sólo cuestión de tiempo. Los asuntos clave de hoy son cómo, qué y cuándo informar. Sin embargo, los informes en responsabilidad social corporativa voluntarios no van a desaparecer, según Lyndberg.
Las dos estructuras más prominentes para el manejo y los informes de la responsabilidad social corporativa son la Global Reporting Iniciative (GRI) y la ISO 26000 (Un estándar desarrollado por la ISO para la Responsabilidad Social Empresarial). ¿Qué deben saber las compañías acerca de estas dos estructuras y sobre su desarrollo futuro?
El GRI fue presentado en 1998 como una colaboración entre empresas, ONG’s, inversionistas y otros stakeholders con el fin primordial de crear una estructura e indicadores comunes para informar el desempeño en sustentabilidad. Doscientas organizaciones de 50 países participaron en el proceso para crear los primeros lineamientos. Hoy, el GRI es la regla de oro para los informes de sustentabilidad y responsabilidad social empresarial (RSE) en todo el mundo. A través de los años, ha sido sujeto a varias modificaciones, la última en el 2005 cuando se lanzaron los lineamientos de tercera generación (G3) para incluir suplementos por sector.
A pesar de la creciente popularidad del GRI, los lineamientos siguen siendo usados por pocas compañías como lo reconoce Nelmara Arbex, Director Ejecutivo Adjunto del GRI. Algunos expertos alegan que los mandatos gubernamentales son necesarios; otros creen que se necesita un grupo más pequeño de indicadores que pueden estar ligados a los informes financieros. La inclinación por los “informes integrados”, o por combinar los informes financieros con los no financieros, llevó a la creación en el 2010 del Comité Internacional para los Informes Integrados (IIRC, por sus siglas en inglés), que trabaja actualmente en el desarrollo de dichos lineamientos. Los retos clave a los que se enfrenta el GRI incluyen cuestiones como la armonización (asegurarse que las compañías estén reportando información comparable), la garantía y la validación de la información reportada y un mayor uso de esta información por los principales analistas financieros. Los nuevos lineamientos (G4), que serán presentados en Mayo del 2013, buscarán superar estos obstáculos. El proceso de consulta abierta para obtener retroalimentación de los stakeholders ya empezó, y a partir de agosto de 2011 habrá un periodo de 90 días en el que cualquiera podrá registrarse y enviar sus sugerencias.
En comparación con el GRI, que está completamente enfocado en los informes no financieros de las compañías, la nueva ISO 26000, lanzada en noviembre de 2010, está enfocada en el proceso de incorporar criterios de RSE en el sistema de administración de una empresa. No incluye indicadores, ni certificación. Un beneficio clave de la ISO 26000, de acuerdo con Dante Pesce, miembro electo de Post Publication Organization de la ISO 26000, es que promueve una mejor colaboración y comunicación interna (por ejemplo, los gerentes de producción se comunican con los gerentes estratégicos). Los trabajos para la ISO 26000 empezaron en el 2005 cuando 99 países establecieron grupos de trabajo. Empresas, ONG’s, grupos sindicales y el gobierno fueron participantes clave en el desarrollo de esta norma.
El fuerte apoyo internacional para lanzar dicha norma se demostró por el hecho que el 93.3 por ciento de los representante de los países participantes votó “sí” al hecho de adoptar los lineamientos en sus propios países. Para sorpresa de todos, al final de las negociaciones, los representantes de los Estados Unidos votaron “no” y China voto “sí”, de acuerdo con Pesce. El apoyo unánime de los miembros de la delegación era necesario para dar el “sí” y de los seis grupos de stakeholders de la delegación de Estados Unidos, sólo el empresarial estuvo en contra de que se adoptaran los lineamientos.
En los Estados Unidos, ANSI, la alternativa estadounidense de la ISO, ha desarrollado una norma para la responsabilidad social que es “idéntica a la ISO 26000”, dice Pesce. Todavía está por verse si la comunidad empresarial adoptará los nuevos lineamientos ISO para la responsabilidad empresarial ya que no son fáciles o sencillos de implementar y probablemente provocarán un número creciente de asesores de la ISO 26000. Sin embargo, el lanzamiento de la norma es un indicador más de la creciente importancia de la información no financiera para las empresas y para la sociedad.
La inclinación hacia el manejo de la RSE y los informes no financieros está cobrando impulso alrededor del mundo. Estimulada por la globalización, la conectividad a la red, las políticas gubernamentales y la presión de los stakeholders, es sólo cuestión de tiempo para que se convierta en la práctica común para cualquier empresa comprometida con el éxito a largo plazo. Pero aún hay obstáculos que vencer y éstos incluyen la armonización de la información reportada, más orientación acerca de la materialidad, incentivos para una mayor adopción de la garantía y la validación de la información reportada, un mayor uso de los inversionistas comunes, y el desarrollo de un menor número de indicadores de desempeño clave que sirvan como un “tablero de instrumentos” para los inversionistas y otras partes interesadas en el éxito a largo plazo de la empresa.
Fuente: Blogs.bcccc.net
Por: Vesela Veleva, Gerente de Investigación, Boston College Center