“Reconocimientos en una Tarde de Verano”, bien pudiera ser el título adecuado para la espléndida velada que la semana pasada se vivió con motivo del evento anual de la Fundación Merced y que estuvo acompañada de la entrega de los Premios Razón de Ser, además de las notas que Don Carlos Prieto obsequió al auditorio provenientes de su cello.
En el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, majestuosa sede producto de la imaginación del Arq. Pedro Ramírez Vázquez, la Fundación Merced recibió a empresarios, miembros de organizaciones de sociedad civil, autoridades públicas, familiares y amigos de las instituciones homenajeadas con la finalidad de presentar también los resultados obtenidos por un año de trabajo.
El Informe Anual de la Fundación Merced se ha convertido en uno de los eventos más esperados del sector filantrópico, pero igualmente importante por su significado. Es un homenaje a la memoria de la familia Munguía que decidió ejemplarmente legar un patrimonio para apoyar a la niñez a través de la administración de esta fundación. Después de muertos, los Munguía siguen trascendiendo por su obra, pero sobre todo por el mandato de apoyar iniciativas que permitan que este grupo de población cuente con una organización que los apoye profesionalmente.
Parte de la trascendencia de este evento se fundamenta en que se ha convertido en un acto de Dar. Dar las gracias, reconocer a quienes profesionalmente trabajan a favor de otros; agradecer a empresas que impulsan los programas de su socio confiable en filantropía; mostrar lo que las alianzas entre empresas y OSC pueden lograr a favor del desarrollo comunitario.
De acuerdo a las palabras de Margarita Olmedo, Presidenta del Consejo Directivo, la Fundación Merced al rendir su informe, en 2009 la institución tuvo presencia prácticamente en todo el país, al dirigir no sólo recursos para inversión social sino también desarrollando importantes iniciativas para el fortalecimiento de organizaciones de sociedad civil, acompañarlas para su profesionalización e involucrando a otros profesionales en acciones ciudadanas.
La manera en que la Fundación Merced dispuso desarrollar su evento fue novedosa, pues Eva Janovitz Klapp, quien destaca por su vocación de cuenta cuentos, condujo al auditorio a vivir este encuentro contándonos un “doble cuento”. Por un lado, narró la historia de la institución pero involucró al auditorio a ser parte de las hojas de un cuento que aún no acaba y que con el esfuerzo de todos, las páginas del libro se seguirán llenando con otras historias de éxito.
En las páginas del cuento que esa tarde habría que repasar, destacó la entrega de los reconocimientos Razón de Ser, que está viviendo ya su 11ª edición. Fundación Merced reconoció a una mujer tan trabajadora como sencilla, tan comprometida como efectiva, tan discreta como ejemplar: Pilar Servitje de Mariscal, quien por más de dos décadas condujo el navío de estos premios a puerto seguro, construyendo una embarcación de gran prestigio, dando la bienvenida a bordo de diversas instituciones civiles y a marineros ejemplares que navegan en este mar de la filantropía.
Fundación Merced reconoció con los Premios Razón de Ser (que consisten en un Diploma y una escultura de la inspiración del Arq. Pedro Ramírez Vázquez), a Aldeas Infantiles y Juveniles SOS México, por atender en forma ejemplar a niños que de carecer de una familia, son beneficiados al establecer relaciones afectivas y construir un verdadero hogar. El reconocimiento lo recibió Alberto López de Nava Pérez, Presidente de la Junta Directiva. Aldeas ha incursionado exitosamente en desarrollar proyectos que apalancan el crecimiento de los infantes y los hace hombres y mujeres con valores y dispuestos también a retribuir.
La Fundación Esposos Rodríguez de Sonora fue la segunda institución reconocida también por sobrados méritos. Esta organización por décadas recibió el mandato que su legado se dirigiera a apoyar a jóvenes con becas para concluir sus estudios. Hoy, Sonora cuenta con centenares de profesionales egresados de prestigiosas universidades públicas y privadas e institutos de formación que refrendan por qué la educación es un tema al que le apuestan todos los empresarios. El reconocimiento lo recibió Don Federico Soria Salazar, Presidente del Patronato, quien además es un importante promotor de la profesionalización de las organizaciones en su estado.
El cuento de Eva y la Fundación Merced no estaría completo sin el capítulo que homenajea y reconoce la iniciativa de don Alfredo Achar Tussie, Presidente del Consejo Directivo de la institución a la que dio vida, Fundación Pro Empleo Productivo. Esta organización en corto tiempo ha brindado servicios para impulsar la creación de auto empleo y de pequeñas empresas. La metodología de Pro Empleo ha sido exitosa porque primero centra el esfuerzo a constituir confianza en las personas que se acercan a ella para iniciar un negocio propio, les ayuda a recuperar y fortalecer su autoestima; luego viene la enseñanza de las técnicas y habilidades gerenciales y administrativas para que cada quien vea que es capaz de alcanzar los objetivos que se proponga.
De alguna manera se puede reflexionar que este primer cuento que nos ofrece Fundación Merced nos muestra modelos de intervención replicables y valiosos.
Eva ofreció a continuación un cuento dentro de otro cuento, al compartir con el auditorio su nuevo programa “Impulso a la Lectura” por parte de Toyota en alianza con IBBY de México (iniciativa Bruno Newman). Eva hizo del Auditorio Torres Bodet un Kodomo y Eva invitó a Alejandro Velasco Sousa, directivo de la empresa automotriz, a compartir su gusto por la lectura y juntos ofrecieron lectura del segundo cuento “Mi día de suerte”. En el auditorio se percibió atención al cuento pero muchos rostros remembraban su infancia cuando papá o mamá compartían un cuento justo antes de dormir. Al concluir este segundo cuento en coexistencia con el primero el auditorio rió por la audacia del cerdito de la historia por invitarse a comer a casa de animales que deseaban devorarlo.
La lectura de esta mezcla de cuentos no podía tener un mejor final al solicitar la presencia del mejor cellista del mundo: Don Carlos Prieto quien deleitó con notas de J. S. Bach y mostró la sencillez del maestro y la grandeza de su interpretación. Personaje que al revisar su obra, su trabajo por todo el mundo y que se ha traducido en innumerables conciertos ofrecidos en las mejores salas del mundo y su compromiso con su persona, con su familia y su comunidad hacen de él uno de los grandes mexicanos con los que esta nación cuenta.
El auditorio pudo atestiguar la valía de una institución profesional que con su trabajo encuentra decenas de senderos por donde empresas en asociación con la Fundación Merced, se puede Impulsar RSE. Los testimonios se pueden leer en su informe anual para tener mayor aprecio de los beneficios de la inversión social.
Emilio Guerra Díaz
Sociólogo, articulista en diversos medios impresos desde 1988. Ha colaborado en el sector filantrópico por más de 20 años. Es Voluntario desde 1989. Autor del libro “La política de planificación familiar del estado mexicano”, UAM-Xochimilco, 1991. Consultor en Desarrollo Institucional para OSC. Fue subdirector de la Fundación Cultural Bancomer y Director de Información y Servicios del Cemefi. Actualmente es Gerente de la Fundación ADO.
Excelente reseña de una velada que nos encantó a todos los asistentes.
Gracias Emilio.
Gracias Emilio por dar contuidad a este cuento, del que tú tambien eres parte.
¡Saludos!
Teresa rodríguez M.