Este jueves pasado refrendé mi creencia en el sentido de que México, a pesar de sus tribulaciones actuales, que son síntoma de un cambio profundo en nuestra sociedad, tiene un futuro en armonía con la Naturaleza. Además, la nación mexicana está haciendo aportaciones positivas para el mejor conocimiento de la Vida, y de cómo timonearla exitosamente hacia el siglo XXII.
Una empresa que yo respeto por su compromiso con el Desarrollo Sostenible, Volkswagen de México, ha instituido desde hace seis años el premio a la Conservación mejor dotado de toda Latinoamérica: “Por Amor al Planeta”. Este premio que se da en las categorías a la Investigación Científica y a un Proyecto de Manejo en un Área Natural Protegida, ha identificado con gran rigor a los mexicanos que más están contribuyendo a que desarrollemos las herramientas para preservar nuestra biodiversidad. Este año le fue otorgado el premio a la Investigación Científica a dos grandes biólogos mexicanos de renombre internacional, que nos deben llenar de orgullo a ti y a mí, querida, querido lector. Para que compartas el gran gusto que experimenté el jueves, y percibas la esperanza que estos dos investigadores le dan a México, te transcribo aquí un breve resumen de lo que han hecho por la Vida:
El doctor Mario González Espinosa nació en 1950 en la ciudad de México, donde vivió su niñez y adolescencia en un ambiente familiar que colocaba el aprecio y la práctica de la música y las artes en un lugar central. Sin embargo, sus frecuentes y largas vacaciones en la casona de su abuelo materno, en el antiguo poblado de Jonacatepec, Morelos, le dieron la oportunidad de tratar desde muy pequeño con vaqueros y campesinos, así como la de conocer distintos ambientes naturales, y los ciclos de las plantas, animales y de las prácticas agrícolas.
Entre 1967 y 1974 estudió la carrera de ingeniero agrónomo especialista en zootecnia en la Escuela Nacional de Agricultura, hoy la Universidad Autónoma Chapingo.
Su interés por el desarrollo de su familia lo llevó a aceptar en 1987 una invitación para establecerse en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, como investigador titular del Centro de Investigaciones Ecológicas del Sureste (CIES), hoy El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), donde continúa sus labores. Fue en Chiapas donde inició sus investigaciones sobre ecología y conservación y, más recientemente, la restauración de bosques y selvas. Su trabajo ha incluido estudios en prácticamente todos los tipos de ecosistemas boscosos que se encuentran en Chiapas, y aunque ha aprovechado las oportunidades y ventajas que para ciertos trabajos representan las áreas naturales protegidas, ha realizado muchos de ellos en los territorios de comunidades indígenas que realizan aprovechamientos tradicionales de los bosques.
A su interés de muchos años en la ecología de poblaciones y comunidades como fundamento para el manejo y conservación de los recursos naturales, se ha sumado, a raíz de su trabajo en el sureste mexicano, una profunda preocupación por comprender las relaciones del cambio del uso del suelo con la conservación y la restauración de los bosques como proveedores de servicios ambientales para el desarrollo rural en regiones montañosas e indígenas de Chiapas. Es de su especial atención el aporte que la biodiversidad puede brindar a la provisión de los servicios ecosistémicos esenciales para la vida: abastecimiento de agua, fertilidad del suelo para la producción agropecuaria y forestal, regulación climática y goce estético de la naturaleza y del ámbito rural.
Es autor o coautor de más de 80 artículos especializados y de divulgación y es también coeditor de cuatro libros de su especialidad: Diversidad biológica en Chiapas (2005), Restauración de bosques en América Latina (2008), Árboles y arbustos de los bosques de montaña en Chiapas (2010) y The Red List of Mexican cloud forest trees (2011).
Ha sido investigador visitante en la Academia de Ciencias de California, en San Francisco; en el Departamento de Botánica de la Universidad de Georgia, en Athens; en el Departamento de Ecología de la Universidad de Alcalá, en Alcalá de Henares (España); y en el Departamento de Ecología y Evolución de la Universidad de Burdeos, en Francia.
En años recientes su labor no se ha limitado al ámbito estrictamente académico y ha tenido participación en organizaciones relacionadas con el cuidado del ambiente. Es miembro fundador y vicepresidente del patronato de la Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas (FIRE), que aglutina a más de 35 miembros en España y una docena de países de América Latina y es presidente de Biodiversidad, Conservación y Restauración, A.C. (BIOCORES, A.C.) en San Cristóbal de Las Casas, Chis.
El Dr. Víctor Sánchez-Cordero Dávila
estudió la licenciatura en la Facultad de Ciencias de la UNAM y la maestría y el doctorado en la University of Michigan (School of Natural Resources) en EUA. Es Investigador Titular “C” de Tiempo Completo en el Instituto de Biología, con nivel D en el PRIDE y nivel 3 en el Sistema Nacional de Investigadores. Ha realizado estancias sabáticas en el Field Museum of Natural History (Chicago, IL) y en el Natural History Museum de la University of Kansas (Lawrence, KS) y, estancias cortas, en la University of Texas-Austin. Es investigador asociado de la University of Kansas (2001-presente) y fue del Field Museum of Natural History (1992-2002). Actualmente, es Consejero del Consejo Nacional de Áreas Naturales Protegidas y del Consejo Técnico del Fondo de Áreas Naturales Protegidas.
Su área de especialidad incluye el modelado de distribución de especies en aspectos de biogeografía y conservación predominantemente de mamíferos en México. Su grupo de investigación ha hecho contribuciones teóricas sobre la evolución de nichos ecológicos de especies, proponiendo que dichos nichos ecológicos se conservan a lo largo de tiempos evolutivos, lo que ayuda a explicar procesos de especiación vicariantes. También se han aplicado estos enfoques teórico-metodológicos para identificar áreas prioritarias de conservación de la biodiversidad a diferentes escalas geográficas y demostrar que las áreas protegidas de México son instrumentos efectivos de conservación de la biodiversidad. Asimismo, estos enfoques teóricos se han usado para identificar zonas geográficas de riesgo de zoonosis emergentes de importancia en salud pública, como la leishmaniasis y la enfermedad de Chagas, modelando la distribución de sus reservorios y vectores potenciales, respectivamente.
Ha publicado 83 artículos científicos arbitrados incluyendo publicaciones en Science, Nature, Proceedings of the National Academy of Science y PLoS ONE (2), 4 libros en ediciones nacionales, 35 capítulos de libro en ediciones nacionales e internacionales y 2 artículos in extenso. Sus trabajos han recibido 1600 citas. Ha sido responsable de 25 proyectos de investigación financiados, cuyos apoyos incluyen agencias como World Wildlife Fund, National Science Foundation, The MacArthur Foundation, PAPIIT, CONACyT, INE, PNUD, CONABIO y Pemex.
Con su dirección, ha concluido 21 tesis de licenciatura, 21 de maestría y 9 de doctorado (51 tesis en total). Varias tesis han sido reconocidas, como de maestría y de doctorado en el Posgrado en Ciencias Biológicas y en el Programa Universitario del Medio Ambiente, UNAM.
¿Verdad que se le renueva a uno la esperanza en México?
Fuente: Cronica.com.mx
Por: Luis Manuel Guerra.
Publicada: 25 de marzo de 2012.