Por: Emilio Guerra Díaz
¿De qué valdría para una empresa crear una fundación si tan sólo su finalidad sería destinar donativos?, ¿Qué no podría buscar legítimamente un retorno de inversión?, pero para la comunidad, ¿Debería existir un valor adicional por contar con una empresa cuya fundación retribuye y se convierte en actor para el cambio social? Abordemos esta última cuestión.
Un valor agregado adicional a la inversión social que hace la empresa a través de su fundación que trasciende socialmente y que ofrecen las fundaciones, en particular las empresariales, consiste en estimular la generosidad de los grupos de interés y del público en general para apoyar causas sociales. Es decir, las fundaciones están destinadas también a reproducir filantropía.
Sin embargo, en algunas empresas algunos directivos y ejecutivos sobre ese propósito confunden el financiamiento de su institución con estimular esa generosidad. Pongo un ejemplo. Hace ya 4 años, fui invitado a una empresa (cuyo nombre omito por obvias razones de respeto) para considerar la posibilidad de asesorar el desarrollo institucional de su novel fundación.
La persona que había sido asignada como director tenía experiencia en responsabilidad social corporativa pero jamás había trabajado directamente con una asociación donante. Por esa razón me buscó y solicitó mi apoyo pues estaba presionado por la Dirección General para que consiguiera recursos para donar.
Luego de varias sesiones para preparar el encuentro con la directiva sobre cómo trabajan las fundaciones empresariales celebramos la reunión y antes de cualquier acuerdo, me dijeron “qué bueno que está aquí para que le diga a la dirección de la fundación cómo debe de procurar fondos del público en general”.
Entonces comenté que en el caso de las fundaciones empresariales dos compromisos presupuestales le son inherentes: 1) Crear y destinar un presupuesto de inversión social y 2) pagar la nómina para la operación de la fundación. Recibí como respuesta: “¡No!, nosotros ya cumplimos al abrir la fundación, ahora traigan los recursos para que los donemos a nombre de la empresa”.
Cuestioné entonces: si realmente esperaban reunir recursos del público en general para financiar su fundación, y la misma persona me dijo: “¡Si!, ¡Claro!, y que de ahí consiga su salario. Mi último cuestionamiento fue: “¿Usted piensa realmente que el público en general dará donativos a una fundación empresarial para que sea ésta la que reciba un reconocimiento como inversor con recursos de particulares?, y ahondé: entonces ¿Estaría usted dispuesto a dar donativos a una fundación de alguna televisora para sus programas? La respuesta fue: “De ninguna manera, ellas si tienen recursos que donar”. El desenlace lo adivina el lector: Hoy esa fundación empresarial está en suspensión de actividades y nuestro amigo colabora en otra empresa.
Pero entonces ¿Cómo podrían las fundaciones empresariales reproducir filantropía y estimular la generosidad de los mexicanos? La estrategia podría fundamentarse en por lo menos algunas acciones como las que se sugieren a continuación:
1) Difundir los logros y las transformaciones alcanzadas a través de los proyectos realizados por la fundación, tanto al interior de la empresa como también en sus grupos de interés, 2) Asociar nuevas empresas, aquellas que no han incursionado todavía en la inversión social, mostrando los beneficios que aquella ha obtenido. Para ello la empresa cuenta con su cadena de valor como socios naturales, 3) Fungir como medio para que otros donen, no para la fundación sino que inviertan recursos con la fundación, como socios. El ejemplo siempre educa, ya que una empresa que invierte recursos alienta a otros a hacer lo propio, pero su presencia en los proyectos susceptibles de financiamiento garantiza también que habrá acompañamiento en los recursos a invertir dando mayor confianza al nuevo inversionista; y, 4) Reconocer los éxitos del trabajo asociado entre distintos actores: las fundaciones, las organizaciones civiles, las escuelas y universidades, iglesias y en algunos casos, los gobiernos.
Para potencial el reconcomiendo a la acción filantrópica, una fundación empresarial puede promover la creación de Premios y Reconocimientos, tanto al mejor proyecto (el cual puede ser reproducido en otras comunidades), al bienhechor (el donante individual o corporativo que es más generoso), como al voluntario o voluntariado cuya vocación de servicio sobresalió y transformó la vida de otras personas.
Reconocer comunica; el comunicar estimula y se provoca así mayor participación de otras personas. Cuando esas acciones se hacen de manera sistemática y regular, con las fortalezas, ventajas y recursos que ofrece una fundación los resultados son sorprendentes. En Sonora las fundaciones Esposos Rodríguez y la Fundación Healy por ejemplo, están impulsando un premio público a la filantropía estatal.
Desde el Consejo Directivo:
A propósito de reconocimientos, la veracruzana Salma Hayek fue objeto de uno por parte del gobierno de Nicolás Sarkozy al distinguirla como “Caballero de la Legión de Honor” que creara Napoleón Bonaparte. Debido a la falta de visión sobre la trayectoria filantrópica de Hayek, algunos sectores galos criticaron y señalaron que carecía de méritos salvo el que su esposo sea amigo del mandatario francés. Quienes conocen bien a la actriz mexicana sabrán que como pocas ella viene realizando una profunda y universal labor a favor de los demás y ella es “candil de la calle…” y también de su casa, lo que no hacen otras famosas que sólo se ocupan de ser filántropas en país ajeno. Hace 3 años por ejemplo, como embajadora de buena voluntad de UNICEF, realizó un viaje de trabajo a varios países de África. En uno de ellos, ante tanta pobreza y necesidad de alimentos, dio vida al personaje Rose Sharon Joad de la hermosa y profunda novela “Las uvas de la ira”, escrita por John Steinbeck (Premios Pulitzer en 1940 y Nobel de Literatura en 1962). Hayek como Rose Sharon Joad dio muestras de un acto humanitario singular que el lector conocerá si disfruta de esa obra maestra del escritor norteamericano. Hayek hace un intenso pero discreto trabajo lo que la coloca como una mujer ejemplar a la que hay que imitar.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.
Me resulta interesante tu artículo, solo me gustaría hacerte una pregunta, ¿Qué opinas sobre las empresas que realizan campañas de redondeo y no empatan recursos, es más, le quitan un porcentaje a lo que se junta?
Recibe un cordial saludo y Feliz año para todos
Sergio
Vamos a publicar un artículo especial sobre este tema. Gracias Sergio por tu interés.
Sergio hemos publicado ya el artículo sobre Redondeos donde contestamos tus inquietudes, te mando un abrazo y gracias por leer Expok
Eso pasa, Javier, pqroue quien publicita el recurso no es quien lo esta trabajando, quien lo ensena o lo sufre, que tambien, sino quien lo gestiona. Mira los blogs de los bibliotecarios de los centros y veras que desmenuzan mucho mas la noticia, aunque aun es insuficiente como tu bien dices. Esta es una asignatura pendiente que tenemos que trabajar mas.