Presenta el químico Guerra el libro Vida verde

“No se trata de un tratado de química ambiental o de ecología de poblaciones, sino de un texto de consulta rápida para que el estudiante, ama de casa, empresario, político, maestro, investigador, campesino, oficinista o activista puedan encontrar respuestas a las preguntas más frecuentes en torno al medio ambiente”, así define Luis Manuel Guerra su más reciente publicación Vida verde. El químico Guerra responde (Diana, 2010).

Pensó en escribir un libro desde el punto de vista del experto que explica cosas, pero “eso ya está hecho”; él quería expresar ideas en un lenguaje que todos entendieran, dar respuestas a preguntas que a veces se consideran obvias sobre el tema, y que la gente no las sabe.

“¿Se acabará el agua? No, el agua no se va al espacio, lo que se acaba es la disponibilidad para uso humano”, comenta el autor, al ejemplificar algunas de las cuestiones que sobre el tema parecen no estar del todo claras – incluso por los gobernantes -, como es el hecho de que las pilas redondas ya no contienen mercurio y no contaminan.

En el libro, Guerra aborda cinco temas principales – agua, calentamiento global, reciclaje, bosques y contaminación-, de los que buscó responder 146 preguntas representativas que permitieran, además de aclarar dudas, generar conciencia y hacer las paces con la naturaleza.

“Creo que hay una creciente pero muy incipiente concientización y sensibilización ecológica, pero espero que tengamos resultados, sobre todo de parte de los jóvenes que parecen ser los que están comenzando a darse cuenta de las cosas”, señala el experto.

“Siento que está empezándose a conjuntar una constelación que en un momento dado dará el vuelco y generará una masa crítica de mexicanos que empujen a los demás a ser más amables con el ambiente, cambiando hábitos y costumbres”, abunda Guerra.

Reto

-En el libro habla de gobiernos de países que poco se están comprometiendo en el tema, específicamente para trabajar contra el cambio climático. ¿México está haciendo lo suficiente?

-Lo suficiente no, porque implica una coordinación más precisa y exitosa entre diferentes actores, el gobierno federal y algunos de los estatales que sí están a la altura de los que es este gran reto.

Hay algunos actores dentro de la vida política que toman decisiones no por ganar votos o tener éxito momentáneo, sino por la responsabilidad planetaria.

En general reconoce que México es el único –de los seis países emergentes- que ha cumplido con dar sus reportes de emisiones y con publicar una estrategia nacional de cambio climático.

“Lo malo es que una cosa es que el presidente dé un discurso, publique una estrategia, y la otra que realmente se están dando las cosas como deben ser, sobre todo en los grandes generadores de gas de efecto invernadero, como son Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, donde las cosas no están avanzando al ritmo que deberían”, sostiene al detallar que la primera debe eficientar sus refinerías y, la segunda, repensar sus esquemas de estímulo para las empresas que generen su propia electricidad.

Otro de los planteamientos del libro es la gran pérdida de bosques y selvas en el país, donde el autor advierte que de no hacer compromisos mayores a los que se están dando vamos a quedarnos sin selvas tropicales en 20 años.

De acuerdo con Guerra, lo que busca transmitir en sus lectores es que cada uno puede hacer algo para mejorar la problemática ambiental.

“La suma que lo que cada uno de nosotros haga es lo que hará verdaderamente el cambio, no las declaraciones o lo que hacen las empresas – que es bueno que lo hagan-, pero el cambio se da cuando el individuo decide: yo voy a ser ecológico”, afirma.

Fuente: El Financiero – sociedad, p. 24
Autor: Rosalía Servín Magaña
Publicada: 10 de agosto 2010