Presentan Manual de Voluntariado

Por Emilio Guerra Díaz

Este miércoles fue presentada la obra: “Voluntariado en Organizaciones sin fines de lucro. Manual para una Gestión Eficaz”, de Lorena Cortés Vázquez y de quién escribe estas líneas, Emilio Guerra Díaz. La Universidad YMCA fue anfitriona de este evento.

La presentación del Manual contó con la presencia de Mercedes Aragonés y Ruipérez, Presidenta del Consejo Directivo del Centro Mexicano para la Filantropía y su Presidente Ejecutivo, Jorge Villalobos G.; Juan Carlos Uriarte Amann, Presidente del Consejo de Administración y de la Fundación ADO; el Mtro, Juan Baqué González, Rector de la Universidad YMCA y los autores.

Para dar inicio, Jorge Villalobos compartió con el auditorio algunas reflexiones sobre la importancia del voluntariado. Señaló que en México como en otros países existen personas a las que les mueven diversos estímulos para colaborar y ayudar para mejorar las condiciones de vida de otros. Miles de ciudadanos se suman a una causa mirando por el bien público pero lo hacen con mayor frecuencia de manera individual.

El manual que se presenta, dijo, está orientado a apoyar a las personas que dentro de organizaciones sociales desean estructurar sus programas de voluntariado para encausar en forma ordenada esa generosidad. Jorge agradeció públicamente la colaboración de 25 organizaciones que participaron brindando información, compartiendo sus experiencias en manejo del recurso voluntario o bien de instituciones que requieren un gran número de ellos para realizar su acción social y desde luego agradeció a la Fundación ADO el auspicio para publicar la primera edición del manual y a la Universidad YMCA por ser anfitriona.

A continuación, Lorena Cortés, Directora de Investigación del Cemefi, presentó algunos datos sobre la situación del voluntariado en México. Como ejemplo manifestó que la recién terminada Encuesta Nacional de Solidaridad y Acción Voluntaria de 2012, arroja datos como este: el año pasado participaron en voluntariado poco más de un millón 200 mil personas, pero solo el 17% lo hace en una organización formalmente constituida. Ese dato representa que el 1% de los mexicanos realizan servicio voluntario. Lorena Cortés expresó algunos rasgos metodológicos sobre cómo se elaboró el Manual, como fue la revisión de otros manuales, revisión de experiencias, entrevistas y encuestas con organizaciones que se localizan en distintos estados de la república.

Posteriormente Emilio Guerra Díaz presentó el contenido del Manual. Al repasar el índice explicó el contenido de las distintas secciones y expresó que a su juicio uno de los grandes aportes consiste en las recomendaciones que se hacen para constituir un sistema de reconocimiento y retención de voluntarios y explicó que a menudo los grupos voluntarios no tienen desarrollado a plenitud este recurso, que constituye en sí una retribución para los coordinadores de voluntariados ya que despertarán su ingenio para agradecer el aporte de sus prestadores de servicio voluntario. En el manual se incluyen también consideraciones sobre aspectos éticos y legales.

Juan Carlos Uriarte del Grupo ADO, compartió los objetivos que persigue su Fundación y compartió la experiencia del Voluntariado Corporativo. Indicó que el suyo es un voluntariado especial ya que primero tiene como objeto ayudar a los empleados de la empresa a su propia superación. El programa tiene 3 ejes: Salud, Educación y Vivienda. Respecto al tema educativo señaló que este año el voluntariado tiene como objetivo lograr que el 100% de sus empleados, en la zona geográfica donde ya opera el programa, tengan estudios de primaria y secundaria terminados. Por otra parte, expresó que su compañía reconoce la importancia de la participación voluntaria por lo que impulsa este tipo de programas.

Juan Baqué González, Rector de la Universidad YMCA expresó que leer el manual para comentarlo esa noche “me comprometió un poco más”. Subrayó la importancia de que todo programa de voluntariado tiene que estar apoyado en la planeación estratégica. Los tiempos de involucrar a personas que llegan a una organización y uno simplemente les dice “pásele” deben concluir, porque todo programa debe estructurar primero los perfiles de las actividades que se requieren hacer para involucrar voluntarios. Se deben establecer metas y objetivos, cuidar los posibles conflictos de interés y sobre todo, expresó el Rector, dar mayor peso a las recompensas que obtienen los voluntarios como se expresa en el manual.

Finalmente, Juan Baqué señaló que el programa de voluntariado debe estar fundamentado en principios de equidad, evaluar los resultados y las transformaciones generadas en la comunidad y someter las acciones voluntarias a revisión mediante prácticas de transparencia y rendición de cuentas. Compartió con el auditorio que la Universidad YMCA está dando impulso a la actividad voluntaria de toda su comunidad a través del Día del Voluntario YMCA que lo celebran el 21 de septiembre, donde organizan distintas jornadas de beneficio apoyados en su Programa de Desarrollo Comunitario que dirige Tony Bernal y su equipo. Con los alumnos se apoya el aprendizaje en base a proyectos comunitarios para hacer positivas “complicidades” en beneficio de otros.

Para concluir Mercedes Aragonés y Ruipérez comentó que leyó recientemente un interesante artículo sobre asociacionismo de Jacqueline Rivas de Butcher, del Centro de Estudios de la Sociedad Civil (ITESM), que le motivó a apreciar aún más el valor del voluntariado. Ha sido parte de la misión del Cemefi, ayudar a atraer y retener a voluntarios y que cada día se hace más necesario que las instituciones cumplan también las expectativas de sus voluntarios y de la comunidad. Exhortó al auditorio a ver al voluntariado como una inversión que beneficia a todos. Convocó que las personas que conozcan y usen el manual retroalimenten al Cemefi sobre áreas de oportunidad para enriquecerlo.

Estuvieron presentes en el evento distintas organizaciones y personas como miembros de la Alianza Mexicana de Voluntariado, Susana Barnetche, Pia Testelli, Atenodoro Ruiz, Columba García; Alma Rosa Alba de la JAP DF; Martha Limas del CEPAV Guanajuato; Fernando Santibañez y Manfred Celis del Imjuventud; Carlos Madrid, de la Fundación Maseca; Alicia Valdovinos Septién (Premio Nacional al Voluntario), Maricarmen Gutiérrez Ávila, Nora Apango Tinoco de Fundación Banorte; Gabriela Carbajal de la Fundación León XIII; Francisco Rincón Gallardo de la Fundación ADO; Cristina Picazo del Voluntariado Nacional de la Secretaría de Salud; Jimena Chackelevicius de Huella Sustentable; Sergio Manuel Rivera del Museo Mide; Violetta Farias de Voluntarios México; Sandra Herrera del Premio UVM; Luis Martinez Avalos de Voluntariado Banamex; Verónica Patraca de Greenpeace; Eloy Rodríguez Alfonsín de Revista Ganar-Ganar; Laura Marisela Rosales López de Fundación Telefónica y José Roberto Zárraga de Filantrofilia, entre otros.

Manual de Voluntariado: una obra colectiva

“Los Hombres, cuando reciben un mal
lo escriben sobre mármol;
más si se trata de un bien,
lo hacen en el polvo”.
Tomás Moro

Debido a que mi participación en el manual estuvo acotada a señalar el contenido, hubiese sido muy difícil dedicar un tiempo para expresar los siguientes agradecimientos.

Respecto a mi experiencia como co autor de esta obra, deseo expresar que este manual fue producto de más de 10 años de trabajo impartiendo talleres de Gestión del Recurso Voluntario para la Fundación Merced, para el propio Centro Mexicano para la Filantropía y para otras instituciones más, razón por la cual, considero necesario compartir con los lectores de Ciudadanía en Construcción esta reflexión, como un acto de gratitud que quede escrito en el mármol cibernético que nos ofrece Expok.

Estimo que un manual es una obra colectiva porque hay muchos interlocutores, actores y protagonistas de grupos voluntarios que con su voz, participación, experiencias, inquietudes, ideas y sobre todo, preguntas; contribuyeron directa, indirectamente o de manera involuntaria a formar la obra.

En primer lugar dedico este esfuerzo editorial a Dios y a mis hijos, Emilio y Pablo; deseando que su generosidad se transforme en acción social voluntaria a lo largo de su vida. A mi gran maestra en voluntariado, mi madre, Paulina Díaz Arellano (qepd) quien fue una mujer ejemplar y única en su generación al ser una de las primeras abogadas del país. A Cynthia mi compañera, pilar de mi familia, porque ni ella ni mis hijos nunca me han escatimado su cariño o han expresado algún reproche pese a dedicar tiempo a otros, originalmente para ellos, y permitirme realizar tareas voluntarias con varias organizaciones con las que hoy me unen lazos de amistad y fraternidad.

Expreso mi gratitud al Centro Mexicano para la Filantropía, a Jorge Villalobos G. por invitarme a participar en este proyecto que canaliza una de mis grandes pasiones personales y profesionales como es impulsar y fomentar el voluntariado. Cuando fui su colaborador en el Centro tuve la oportunidad de aprender de toda su gente. Agradezco a todo su equipo de profesionales y además quienes destacan por su calidad humana y compromiso con la promoción de la filantropía en México.

A la Fundación Merced y colaboradores, como Carlos Pulido y Patricia Galindo, ya que a través de los cursos del Diplomado Dirección y Gerencia para Organizaciones Sin fines de lucro, que he impartido más de media centena de cursos sobre voluntariado en los últimos 10 años y que son en gran parte base de la información que da vida a ese manual. Los colegas y talleristas me han dado grandes lecciones en voluntariado que he podido integrar a mi vida profesional como ejemplos y estímulos para seguir en este camino.

Desde luego también expreso mi agradecimiento a la Fundación ADO y su Consejo Directivo, no sólo por auspiciar este proyecto, sino por permitirme colaborar con ellos en una experiencia profesional extraordinaria como constituir dicha asociación y colaborar en la creación de su programa de voluntariado corporativo. Es grato verla hoy caminar robusta y a paso firme con unos consejeros identificados y comprometidos con el servicio, como ha sido la mística que marca a esa empresa.

A Lorena Cortés Vázquez le expreso mi reconocimiento a su talento y profesionalismo, ha sido un placer trabajar con ella. La reiterada lección es reconocer el trabajo en equipo que da frutos como este manual. Gracias José Ramón Garrido por apoyar la consolidación de la obra y a Nico Violante Vera por el trabajo de diseño.

No puedo dejar de agradecer el cariño y apoyo brindados por Martha Guerra Díaz y Daniel Muñiz Rizo, quienes en todo momento me alientan y apoyan para superar adversidades y ser tan generosos en cariño para mis hijos, lo mimo que Maru y Don Pepe, quienes también han apoyado a la familia Guerra Peña para que uno pueda realizar servicio voluntario.

A Alejandro Martínez Reyes por su consejo y guía siempre agudo, tenaz y profesional en un tema que nos hermana, nos hace cómplices y que disfrutamos por igual.

Como hemos señalado la aventura de dar vida al manual es síntesis de la colaboración de muchas personas que brindaron su talento en el pasado. Quizá el manual se empezó a redactar con la tinta solidaria de Beatriz Noriega González, Nora Apango Tinoco, Ausencio Miranda Moreno, Susana Scherer Ibarra y Mónica Livier Gómez, quienes formamos un gran equipo que dio vida al portal haces falta en 2002 y contamos con el apoyo de Mauricio Guerrero Martínez, Raúl Escobedo Vázquez y Benjamín Hernández Benítez para consolidar aquel proyecto junto con los amigos de la española Fundación Chandra.

A Maru Ramírez España, Samira Modad y Clorinda Romo con quienes compartimos grandes experiencias tanto en la primera edición del Premio Nacional al Voluntario en 2001, como también para el lanzamiento y promoción de Haces falta. Gracias a Ana Zarnecki y Martha Avelino (qepd), de la Cruz Roja Mexicana quienes hoy simbolizan, junto con Pilar Servitje, los cimientos del voluntariado de tan noble institución. Todas estas ejemplares mujeres influyeron con sus historias de vida en este manual.

Agradezco la colaboración de todas las instituciones que colaboraron durante el proceso de redacción del manual y que nos apoyaron con valiosa información sobre sus experiencias de voluntariado y cuyos nombres aparecen en una sección especial dentro del texto.

Finalmente, en voluntariado tengo que agradecer a las dos escuelas que me formaron: la Asociación de Scouts de México, en particular al Grupo 33 “Quetzalcóatl” y a Amnistía Internacional, Sección Mexicana; donde todo empezó…

Muchas gracias.

Emilio Guerra Díaz

Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.