Preservar los oficios artesanales y las tradiciones de las comunidades son iniciativas de las que oímos constantemente, pero casi nunca con un enfoque de responsabilidad social (RS). ¿Por qué es importante incluir la conservación del patrimonio cultural en una estrategia de RS? ¿Cómo debería implementarse una iniciativa de este tipo para generar valor compartido?
Cultura, el cuarto pilar de la sostenibilidad
Cuando el concepto de desarrollo sostenible fue definido en la segunda mitad de los años 80, se consideró que tenía tres pilares: el crecimiento económico, la inclusión social y el equilibrio ambiental.
No obstante, instituciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible solicitaron que el patrimonio cultural se incluyera como el cuarto pilar de la sustentabilidad, puesto que la cultura “moldea lo que entendemos por desarrollo y determina la forma de actuar de las personas en el mundo”.
Con el fin de consolidar a la cultura como cuarto pilar de la sustentabilidad, el Bureau Ejecutivo de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) redactó un Documento de Orientación Política, el cual fue aprobado el 17 de noviembre del 2010 en el marco del 3er Congreso Mundial de CGLU que se dio durante la Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales realizada en la Ciudad de México.
En este documento, la CGLU hizo un llamado a las ciudades, gobiernos locales y regionales a nivel global, así como a las Naciones Unidas, las agencias de desarrollo y la comunidad internacional para alcanzar una gran variedad de metas:
- Integrar la dimensión de la cultura en políticas de desarrollo.
- Crear una política cultural de alto impacto.
- Incluir la dimensión cultural en todas las políticas públicas.
- Promover la idea de la cultura como cuarto pilar ante la comunidad internacional, particularmente en el diseño de las políticas locales, regionales e internacionales.
- Establecer objetivos y acciones concretas relacionadas con la cultura en áreas como educación, economía, ciencia, comunicación, medio ambiente, cohesión social y cooperación internacional.
- Integrar explícitamente la cultura en los programas de desarrollo sostenible.
La creatividad, el conocimiento, la diversidad, la belleza son presupuestos imprescindibles para el diálogo por la paz y el progreso, pues están intrínsecamente relacionados con el desarrollo humano y la libertad. –CGLU
La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) igualmente mencionan lo significativo que es preservar los oficios artesanales, las tradiciones y el patrimonio cultural y natural, e involucran directamente a las empresas en la consecución de estos propósitos.
Aunque existen varios ejemplos de programas de RS a favor de la cultura, una de las organizaciones empresariales que más iniciativas emprende es Fundación Jose Cuervo, como la Escuela de Música de Tequila y el Centro Cultural Juan Beckmann.
Recientemente, Fundación Jose Cuervo llevó a cabo un taller llamado “Arte en duela” para reconocer el trabajo de más de 400 familias dedicadas a la elaboración de barricas tequileras, incentivar la creatividad y generar conciencia para preservar los oficios artesanales de Tequila, Jalisco.
Preservar los oficios artesanales: taller “Arte en duela”
Los días 5 y 6 de julio se creó un espacio donde los jóvenes de la región fueron convocados a participar en “Arte en duela”, un taller dirigido por seis artistas tapatíos en el que se crearon obras colaborativas empleando diversas técnicas pictóricas sobre barricas de añejamiento que concluyeron su ciclo de vida.
Las barricas son utensilios emblemáticos en Tequila, ya que alude a la principal actividad económica de la población, a su patrimonio histórico y, además, su fabricación es una de las fuentes de empleo más fructíferas.
La cultura es el cuarto pilar de la sostenibilidad ya que fomenta la paz, la prosperidad, el desarrollo social y el crecimiento económico.
Aproximadamente 400 familias han elaborado por generaciones barricas que sirven para el añejamiento del tequila. Algunos talleres familiares también manufacturan barriquitas que ofrecen a los turistas, un elemento que destaca la relevancia que tiene este utensilio en el patrimonio cultural de la localidad.
El proceso de elaboración de las barricas es extenso, con mucho cuidado al detalle y demanda un amplio conocimiento de maderas y técnicas de secado, ensamblaje, domado, tostado, control de calidad y sellado del producto final.
Contribuir a preservar los oficios artesanales de estas familias y rendirles homenaje fueron los dos objetivos de Fundación Jose Cuervo al organizar “Arte en duela”, el cual tuvo lugar en la Plaza Principal de Tequila.
En total, 17 jóvenes acudieron al taller y, bajo la orientación de los artistas invitados, intervinieron en las barricas, plasmando su estilo personal en cada una de ellas.
Durante el evento, la directora de Fundación Jose Cuervo, Sonia Espinola de la Llave, impartió una charla sobre la historia de las barricas, el arte y la destreza que implica su elaboración, y señaló lo fundamental que es preservar los oficios artesanales para la sostenibilidad.
Asimismo, en los dos días que duró el taller, se realizó una muestra y venta al público de barricas tradicionales para que las personas conocieran de cerca los materiales que se ocupan en su manufactura, composición y estructura. Por su parte, los artesanos pudieron dar una mayor visibilidad de su trabajo, algo que en el futuro los apoya para crecer su economía.
El sábado 7 de julio, las barricas intervenidas por los chicos fueron mostradas en una pequeña exposición; la agrupación musical Tekistraits dio un concierto sorpresa a los asistentes, cerrando oficialmente la actividad.
Gracias a esta iniciativa, Fundación Jose Cuervo logró que los habitantes de Tequila, especialmente los jóvenes, tuvieran un acercamiento a su propio patrimonio y comprendieran lo vital que es protegerlo para crecer como sociedad, fortaleciendo el rol de la cultura como cuarto pilar del desarrollo sostenible.
