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Primer Close Up a la RS

Por: Gerardo Betancourt

Llegue a Expok tras la paradoja de haber recibido una oferta por algo que felizmente hubiera empezado a hacer gratis, y es que yo soy ese tipo de personas, soy de los que pueden trabajar gratis a cambio de satisfacción, y soy una persona sumamente insatisfecha, así que he trabajado gratis muchas veces.

Me pidieron que narrara mi experiencia en la primera semana de trabajar en una consultoría en responsabilidad social corporativa, pero para hacerlo, primero tengo que decir 3 cosas sobre mí:

1.- Soy una de esas personas que busca satisfacción a cualquier precio, y lo que más insatisfecho me ha mantenido es el contexto de mediocridad en el que está sumido mi adorado México. Ya es discurso corriente el de que los intereses de unos pocos definen el rumbo de la economía de un país que tiene en su pirámide una base tan amplia, un cuerpo tan esbelto y una punta tan lejana.

2.- He tenido el privilegio de nacer en la llamada Generación “Y” y de crecer en la casi extinta clase media en la única ciudad realmente importante de este país, y en algún punto de mi camino, encontré la preocupación por la sociedad y el medio ambiente. Hubo una temporada en la que me encaminaba a la punta de la pirámide y después me dejé caer. No es que prefiera vivir rumbo a la base, sería ingrato con mi madre; es que no me gusta la miopía de los que llegan lejos y se olvidan de las personas y otras cosas importantes y centralizan sus esfuerzos en amasar capital sin importarles de dónde venga o a quién lastimen. En México las cosas son mucho así.

3.- Capté el término “Desarrollo Sustentable” tras encontrarlo en una lectura de la escuela y en una conferencia TED, y buscando en qué forma podría hacer algo con eso siendo comunicólogo y publirrelacionista, encontré la Responsabilidad Social Corporativa. Y heme aquí, involucrándome en el negocio de la conciencia global, la filantropía y el desarrollo.

Es correcto, soy un idealista. Edgar López y Luis Marám se encargarían más tarde de ponerme los pies en la tierra, pero mientras tanto, es mi primer día y de lo que me doy cuenta es de que estoy en una organización con un pasado extraño y un futuro complicado, tan complicado como tratar de establecer principios de sustentabilidad en las empresas y tan complicado como la definición en sí de los mismos principios.

Hacia la mitad de la semana, capturo formatos para empresas que el próximo año serán reconocidas como Socialmente Responsables, navego por sus páginas de internet, reviso sus power points, pienso y me preguntó ¿Qué objeto tiene procurar Responsabilidad Social en un mundo basado en el capitalismo? ¿No la esencia del darwinismo es “Al final los débiles perecen ante la grandeza de los fuertes”? ¿No habíamos dicho ya que el socialismo no funcionó, que gracias por participar?…

Más tarde, el jefe me muestra el ambiente, me habla del negocio, me cuenta sus preocupaciones y me deja entrever el futuro de la empresa, después me instruye en metodología de análisis de stakeholders.

La tecnología es tan sencilla, y al mismo tiempo tiene tanto sentido, que en ese momento caigo en cuenta de que el mismo modelo, en el futuro, será adoptado por las diversas disciplinas sociales y de negocios para evaluar su impacto y planear estrategias de desarrollo. Es inminente, es casi un hecho. A mi lado está el equipo editorial concentrando todas las noticias del día en la Síntesis y afuera, Coyoacán es una atmósfera tranquila y apacible donde solo una empresa de este tipo podría sobrevivir. Falta el aire corporativo, falta el estrés, las trampas.

Y nada, todo bien. Hasta este momento, la responsabilidad social parece una opción viable para las personas que como yo, se resisten a entrar en el sistema de la voraz mercadotecnia en los grandes corporativos, pero tampoco están dispuestos a pasar la vida pidiendo fondos y esperando donativos.

Pienso que en el futuro el término RSE no existirá como hoy. Por un lado, los que se hayan profesionalizado encontrarán su área de aplicación en departamentos de comunicación, relaciones públicas, recursos humanos y desarrollo organizacional aplicando su visión a las distintas áreas dentro de las empresas, las mesas directivas en los corporativos incorporarán poco a poco temas de conciencia social, vinculación comunitaria, cuidado al medio ambiente y moderación en sus intervenciones económicas, y los integrantes de la sociedad civil buscaremos esta conciencia en las marcas que usemos, porque nosotros mismos seremos más consientes, estaremos más limpios y lo que menos queremos será ensuciarnos con marcas contaminadas o abusivas. Al menos así es como veo las cosas hoy.

En breve, la RS no es la panacea, no es un contrato de paz mundial y ecología, y en definitiva no es la solución a los problemas de pobreza, desigualdad, hambruna, guerra, odio y discriminación. La RS es para quien quiera tomarla, es una idea fundamental, un estilo de vida, un rasgo determinante en la personalidad y sobre todo una forma de actuar. Ser responsable significa responder por algo o por alguien, ser responsable por la sociedad es atender los problemas relacionados al impacto en el mundo y de el uso que se hace de los recursos. La RS es un pequeño paso en el larguísimo camino hacia la paz y la reconciliación con el ambiente, no es tan diferente de otros esfuerzos que han crecido y han desaparecido y hoy son parte de nuestra cultura, es eso, un paso en el camino, un capítulo en el libro, existe hoy en los conceptos para que mañana sea parte de nuestra visión del mundo.

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