Sophía es una niña que nació siendo un niño, actualmente tiene seis años y ha hecho historia en México debido a que es la primera menor en cambiar el nombre y género en su acta de nacimiento sin la necesidad de pasar por un juzgado que acredite su identidad trans.
Actualmente Sophía vive su realidad como trans, después de unos años complicados. Ella estudia en la escuela como niña, juega a las muñecas y se disfraza. Cuenta con el apoyo de su familia, entidades civiles y el Registro Civil de la Ciudad de México.
La historia de Sophía
Cuando la mamá de Sophía escuchó por primera vez que la pequeña hacía una referencia a su género fue en un hospital. Ella tenía año y medio y tuvo un percance con el que se emocionó cuando le cambiaron los pantalones por una bata.
«Me dijo -Mami, me pusieron vestido», dijo la madre de Sophía.
Es así que la menor mostró una clara preferencia por ser y actuar como una niña. Los problemas de Sophía comenzaron en su etapa de preescolar, ya que discutía a menudo y además contó que haría una fiesta y se disfrazaría de Frozen. Para muchos niños fue sinónimo de burla.
La conducta de la infancia de Sophía era de melancolía, tristeza, abandono, depresión y aislamiento ya que «no se sentía perteneciente al mundo de los niños ni de las niñas» de acuerdo con David Barios, ex presidente de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología.
Las maestras no aprobaron el comportamiento y crearon un «plan de choque». La niña tenía que pasar tiempo con su padre, hacer cosas de «hombres», como jugar al balón, entre otras cosas.
Cuando el pequeño tenía cinco años, se sinceró con la madre, quien también tiene un pequeño de 4 años y dijo «Yo no quiero ser niño, quiero ser niña».
Sin saber cómo reaccionar, su madre comenzó a buscar en internet y descubrió una palabra desconocida: «Trans».
Inmediatamente contactó con el colectivo Ser Gay, de defensa de los derechos LGBTI y en la primera asesoría se le comentó: «Usted no tiene dos hijos, sino una hija y un hijo».
Manuel Gutiérrez, vicecoordinador de la asociación recuerda que en las primeras visitas a este lugar había miedo y llantos en familia, pero sorprendentemente acudían los padres, hermanos, la abuela y la tía y el apoyo hacia la niña era incondicional.
De acuerdo con Sin Embargo, Sophía comenzó a vivir como una niña pero solo en casa. Esto pese a un dictamen favorable de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
En el tercer año de preescolar, se acordó cambiarla de colegio.
En ese nuevo curso fue para sus compañeros y sus maestras, solo Sophía.
Ser trans en México
A pesar de los avances en la cultura y la igualdad de derechos por la ley, todavía las personas trans viven castigadas por la violencia.
Entre 2014 y 2015 fueron asesinadas 202 personas LGBT, de estos 108 eran trans.
Sophía siempre recibió el apoyo de la organización Litigio Estratégico en Derechos Sexuales y Reproductivos (Ledeser) y Ser Gay, Sophía inició sus trámites para cambiar de género y nombre en su acta de nacimiento, a través del Registro Civil de la Ciudad de México, donde ello no está legislado ni prohibido.
Antes, este tipo de trámites era engorroso y hasta traumático debido a que los interesados debían pasar ante un juez, un médico y un psicólogo para que ellos dieran dictamen para acreditar su nueva identidad.
El caso de Sophía fue diferente, ya que no se requirió dictamen médico, únicamente una opinión especializada y el apoyo del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred).
Ahora Sophía es Sophía. Ya comenzó la primaria y su madre dice que está «muy cambiada, hay una parte de ella que no la dejaba ser como era». La menor ahora hace historia en México.
Qué alegría que haya artículos donde celebran la vivencia de transitar el género. Les dejo un comentario con aprecio y respeto: si ustedes dicen que alguien «nació siendo niño y ahora es niña» se fomenta esta idea errónea de «cambio» cuando en realidad se trata de dejar de cambiar lo que se ES. Como decía una niña trans en Estados Unidos cuando le preguntaron qué era lo mejor de ser niña y contestó «Lo mejor de ser niña es dejar de fingir que soy un niño».
No nacemos siendo niños o niñas, uno se va construyendo e identificándose con aquello a lo que se sabe, se siente pertenecer, posteriormente tiene la capacidad de nombrarse y al final de pedir ser nombrado por los demás.
En ese sentido artículos como este podrían hacer una gran diferencia dejando de usar los sitios comunes para explicar lo que es transitar el género, un niño no cambió a ser niña, a alguien que se sabía niña lo vestían y lo trataban como niño, afortunadamente tuvo las herramientas para decir «esta soy yo». Yo convivo con niñes trans, y cuando escuchan eso de «nació siendo niño» se quedan como: «yo jamás fui niño» y es que es así, Sophía jamás fue niño.
Me despido con una reflexión: ¿Qué es realmente ser hombre o mujer? yo pienso que es un trabajo de todos los días, y tal cual como el trabajo, es algo que debe disfrutarse por nuestro bien y por el de los demás.