México y Río de Janeiro entre las 10 ciudades con mayor estrés hídrico del mundo
En la medida en que más personas se mudan a zonas urbanas, las ciudades alrededor del mundo viven un mayor estrés hídrico y buscan fuentes adicionales de agua para asegurar su continuo crecimiento.
La primera base de datos global de recursos urbanos y estrés hídricos, publicada hoy por el Global Environmental Change, publicación científica mundial, estima que las ciudades mueven 504 mil millones de litros de agua a distancias de alrededor de 27,000 kilómetros cada día. De principio a fin, los canales y tuberías se extenderían a lo largo de casi la mitad del diámetro de la tierra.
A pesar de que las ciudades grandes ocupan el uno por ciento de la superficie terrestre, las cuencas de agua que las alimentan cubren el 41 por ciento de esa superficie. Por lo tanto, la calidad bruta del agua en las grandes ciudades depende del uso de suelo de esta área mucho más amplia.
Un equipo de investigadores de nueve instituciones, encabezada por Rob McDonald, científico líder de The Nature Conervancy (TNC), realizaron encuestas y mapas de las fuentes de agua de más de 500 ciudades en el mundo, ofreciendo la primera vista global sobre la infraestructura del agua que sirve a las ciudades más grandes del planeta.
El estudio indica que las ciudades con mayor estrés hídrico son: Tokio, Nueva Delhi, Ciudad de México, Shanghái, Beijing, Calcuta, Karachi, Los Ángeles, Río de Janeiro y Moscú.
La Ciudad de México, en particular, es la tercera con mayor estrés y la que más depende de aguas subterráneas en el mundo. Debido a que la tasa de extracción de los acuíferos es superior a la de recarga, sus niveles han caído de manera importante en los últimos años.
Se utilizaron modelos por computadora para estimar el uso del agua con base en la población y tipos de industria de cada ciudad y así definir a las ciudades con estrés hídrico como aquellas que usan al menos 40 por ciento de su agua disponible. Estimaciones previas de estrés se basaban únicamente en la(s) cuenca(s) donde se ubicaba cada ciudad, pero muchas de estas ciudades toman cantidades de agua considerables de cuencas que están más allá de sus fronteras. De hecho, las 20 mayores transferencias entre cuencas en 2010 alcanzaron 42 mil litros de agua por día, suficiente para llenar 16,800 albercas olímpicas.
Hay buenas noticias. Muchas ciudades no sufren un estrés hídrico tan grande como el que se consideraba anteriormente. Según estimaciones previas 40 por ciento de las ciudades estaban bajo esta categoría. Este análisis arroja una cifra que equivale a 25 por ciento.
“América Latina cuenta con numerosas fuentes de agua, pero su distribución en muchos casos no es equitativa. Este estudio refuerza que todos los actores —incluyendo a las empresas, los gobiernos y la sociedad civil— deben comprometerse a conservar las fuentes de agua, así como a promover una mayor inversión para asegurarla en el futuro”, dijo Hugo Contreras Zepeda, director de la unidad regional de seguridad hídrica de TNC.
El estudio también destaca la fuerte relación entre los recursos financieros y los hídricos. Es posible que una ciudad pueda mitigar su estrés hídrico —ya sea bombeando agua de distancias cada vez mayores o invirtiendo en tecnologías como la desalinización— pero varias de las ciudades con mayor tasa de crecimiento poblacional también sufren presiones económicas que les hacen difícil proveer agua suficiente y de calidad a sus residentes. Para lograrlo requieren destinar mayores recursos financieros, que en muchas ocasiones no tienen.
“Al igual que las plantas con raíces muy profundas, las ciudades pueden extenderse grandes distancias para alcanzar el agua que necesitan”, indicó McDonald. “Sin embargo, las ciudades más pobres se encuentran en una verdadera carrera por construir infraestructura hídrica que les permita estar a la par de lo que les demandan sus poblaciones crecientes”.
Otros datos revelados por el estudio, son:
• Alrededor del 22 por ciento de la actividad económica global (aproximadamente $4.8 billones de dólares) se genera en ciudades con estrés hídrico. Esta inseguridad hídrica enfatiza la importancia de administrar los recursos hídricos de forma sostenible no sólo para la viabilidad específica de las ciudades, sino para el de la economía global.
• El 78 por ciento del agua que requieren las grandes zonas urbanas proviene de fuentes superficiales. Esto implica 504 mil millones de litros al día. El 20 por ciento restante se obtiene de fuentes subterráneas y el 2 por ciento restante de la desalinización.
• La calidad y cantidad del agua de las fuentes superficiales dependen del uso de suelo en las partes altas de las cuencas. De éstas dependen 1,210 millones de personas que habitan en grandes ciudades.
“La pregunta sobre de dónde viene el agua de las ciudades y si tienen suficiente para las necesidades de sus residentes, sumado al crecimiento económico, tienen fuertes implicaciones de política pública y seguridad, las cuales se exacerban ante el crecimiento de la población urbana y potencialmente del cambio climático”, dijo McDonald. “Profundizar en el conocimiento de la infraestructura hídrica urbana permitirá estimar con precisión cuánta gente vive estrés hídrico y encontrar soluciones para atender su demanda cada vez mayor”.
Comunicado de Prensa