Antonio Tamayo Neyra
Dentro de la discusión que se ha venido realizando desde inicios del presente año, acerca de cuándo y cómo deben de empezar a retirarse los apoyos gubernamentales para que no vuelva a caer el sistema financiero en virtud de la incipiente recuperación que se viene registrando, poco se habla acerca del apoyo que necesita la población que fue víctima de la enorme crisis de los pasados dos años.
Como contraparte, por todos lados se habla de la enorme cantidad de gente que redujo su nivel de riqueza, de la cantidad de desempleo que se presenta y nada más; afortunadamente en la reciente reunión de Davos, el directivo principal del Fondo Monetario Internacional hizo notar la importancia de la gente, y en una de las últimas reuniones de dicho evento del Forum cuando se hizo un trabajo grupal para establecer un mecanismo de recuperación, se corrigió el término de consumidores por el de personas, gente, para considerarlos como tales y no solamente como alguien que tiene un determinado poder adquisitivo.
Y así, aunque parezca obvio, durante la crisis y ahora en la inicial recuperación se mencionan la situación de las grandes instituciones financieras y bancarias, de los grandes conglomerados industriales, de la eventual crisis fiscal que puede llegar a presentarse en los próximos meses; pero poca atención se le pone a las grandes poblaciones que están resintiendo el desempleo y los incrementos en los precios, afectando con ello severamente su nivel y calidad de vida.
Ya desde hace al menos dos años, Bernardo Kliksberg y Amartya Sen en su libro llamado “Primero la gente”, mencionan las enormes carencias que existen y primordialmente en América Latina, la región más desigual del planeta, y esto fue antes de que se presentara esta gran crisis, por lo que ahora es todavía más urgente atender a las grandes poblaciones en los aspectos de salud, educación y empleo.
En las grandes crisis de al menos el siglo pasado, quienes primero sufren sus efectos son las personas, y desafortunadamente son las últimas quienes se recuperan.
En este sentido podemos anotar a favor lo dicho por Obama en su discurso al congreso en los últimos días del pasado enero, que tiene como prioridad básica recuperar el empleo en este 2010, pero ahora falta que tanta disposición tendrán los congresistas y el sector productivo para actuar en concordancia con dicho objetivo del presidente.
Y así vemos que en todo el mundo se habla de poco de lo que se podrá hacer para detener el enorme desempleo ya existente; y en el caso de México sucede algo similar, pocas acciones concretas se ven para detener la falta de empleo existente.
En resumen es claro que es necesario darle por lo menos la misma prioridad de atención a la gente, como se está haciendo para evitar la caída de las empresas financieras o manufactureras. Hay que recordar aunque suene obvio, que dichas empresas existen gracias a la gente, que no son entes aislados que se muevan con su propia dinámica; y si quieren vender y hacer negocios, se necesita de gente con educación, salud y poder de compra.
Seguiremos platicando …
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Antonio Rey Tamayo Neyra
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, y actualmente estudiando la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña. Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. En los pasados 19 años hasta la fecha, colaborando en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de haber escritor para otros medios durante este mismo tiempo. Adicionalmente se ha dedicado también a la consultoría y capacitación en relacionales laborales desde hace 18 años, trabajando para diferentes empresas en todo México. De siete años a la fecha, involucrado en el tema de Responsabilidad Social, realizando varios proyectos editoriales, y estudiado un diplomado al respecto coordinado por el Tecnológico de Monterrey, Cemex y el Banco Mundial, y un curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña.