Los programas de transferencias de dinero condicionadas están ganando varios pulsos a la pobreza estructural. En Managua, una madre aprende a purificar el agua en una clase comunal y varias embarazadas de las milpas oaxaqueñas, en el sur de México, se alimentan con papilla fortificada para evitar la desnutrición del útero.
En Colombia, numerosas niñas de los extramuros están eliminando sus caries gracias a las visitas regulares al odontólogo. Si los niños pobres ganan calidad de vida es porque una nueva generación de programas sociales está librando un combate victorioso contra algunas de las peores rémoras de la pobreza.
Basados en transferencias de dinero condicionadas (TDC), han sido reconocidas como herramientas innovadoras que tanto modernizan las prácticas estatales de apoyo social como contribuyen a reducir la indigencia. Surgidos en AL, estos programas, como Oportunidades México y Bolsa Familia de Brasil, se han convertido en referencias internacionales.
Fuente: El Universal