La guerra en Ucrania amenaza con perturbar aún más las cadenas de suministro, las cuales ya están al límite. Puede que Ucrania y Rusia solo representen una pequeña proporción de las importaciones de los principales países fabricantes, como Alemania y Estados Unidos, pero son proveedores esenciales de materias primas y energía para muchas zonas cruciales.
Algunos de los productos afectados por la guerra
De acuerdo con The Conversation, aunque las consecuencias económicas del conflicto bélico —que amenaza las vidas y los medios de subsistencia de muchos ucranianos— siempre serán secundarias con respecto a la crisis humanitaria que se avecina, estos serán algunos de los productos afectados por la guerra:
1. Energía
Muchas naciones europeas dependen en gran medida de la energía rusa, en particular del gas —a través de varios gasoductos vitales— incluso dicha dependencia pudo haber influido en las posturas frente a la crisis.
Se ha sugerido que esta situación es la razón por la que Europa se ha mostrado reacia a retirar a Rusia del sistema internacional de pagos SWIFT, por ejemplo. Sin embargo, cabe señalar que Alemania ha pausado indefinidamente el nuevo gasoducto báltico Nord Stream 2.
Si bien una suspensión completa de los flujos de gas ruso es poco probable por el momento, incluso las pequeñas interrupciones tendrán un impacto significativo. Las reservas mundiales de este combustible son escasas debido a la pandemia y los precios de la energía ya están aumentando considerablemente, lo que repercute en los consumidores y la industria.
Dado que el gas es un insumo esencial para muchas cadenas de suministro, las interrupciones tendrían amplias consecuencias económicas: cuando los precios del gas subieron por primera vez en otoño de 2021, las plantas de fertilizantes del Reino Unido cerraron porque el alto costo hizo insostenible la producción.
Lo anterior provocó una escasez de dióxido de carbono, que es esencial para todo, desde los procedimientos médicos hasta la conservación de los alimentos. Es probable que estas consecuencias se magnifiquen con el incremento de los precios del petróleo y del gas.
2. Alimentos
Los precios mundiales de los alimentos ya aumentaron considerablemente durante 2021 debido a todo tipo de factores, desde el aumento de los costos de la energía hasta el cambio climático. Sería posible que los productores de consumibles sean sometidos a una mayor presión a medida que el valor de los insumos aumenta.
Rusia y Ucrania representan conjuntamente más de una cuarta parte de las exportaciones mundiales de trigo. El segundo país por sí solo brinda casi la mitad de las exportaciones de aceite de girasol. Ambas son materias primas, utilizadas en muchos productos alimentarios. Si la cosecha y el procesamiento se ven obstaculizados, o si se bloquean las exportaciones, los importadores tendrán dificultades para reemplazar los suministros.
Algunos países dependen especialmente del grano procedente de Rusia y Ucrania. Turquía y Egipto necesitan de ellos para casi el 70% de sus importaciones del cereal. La nación europea es también el principal proveedor de maíz de China.
La siembra en otras partes del mundo podría ayudar a reducir el impacto de las interrupciones del suministro de alimentos, empero, Rusia es igual uno de los principales abastecedores de ingredientes para los fertilizantes, por lo que las sanciones comerciales podrían dañar a la producción en otros lugares. Mientras tanto, se pueden esperar desviaciones en los flujos comerciales: China ya ha dicho que comenzará a importar trigo ruso.
3. Transporte
Dado que el transporte mundial ya se ha visto gravemente afectado tras la pandemia, una guerra podría crear más problemas. Los modos de transporte que probablemente se vean perjudicados son el marítimo y el ferroviario.
Desde 2011, se han establecido enlaces regulares para el intercambio de mercancías entre China y Europa. Recientemente, el tren número 50,000 realizó este viaje. Aunque el ferrocarril solo transporta una pequeña proporción del total de la carga entre Asia y Europa, ha desempeñado un papel vital durante las recientes interrupciones y está creciendo constantemente.
Los trenes están siendo desviados fuera de Ucrania, y los expertos son optimistas de que las suspensiones se mantendrán al mínimo. Sin embargo, países como Lituania verían su tránsito ferroviario gravemente perturbado por las sanciones contra Rusia.
En tanto, los armadores empezaron a evitar las rutas marítimas del Mar Negro, y los proveedores de seguros exigieron la notificación de cualquier trayecto de este tipo. Si bien el transporte marítimo de contenedores en esa región es un mercado relativamente de nicho, existe una de las mayores terminales de contenedores: la de Odesa.
Si las fuerzas rusas la cortan, los efectos sobre las importaciones y exportaciones ucranianas podrían ser considerables, con repercusiones humanitarias potencialmente drásticas.
Asimismo, el aumento de los precios del petróleo debido a la guerra es una preocupación para el transporte marítimo en general. Las tarifas de los fletes ya son extremadamente altas y podrían subir aún más.
Del igual forma, se tiene la preocupación de que los ciberataques se dirijan a las cadenas de suministro mundiales. Dado que el comercio depende en gran medida del intercambio de información en línea, esto podría tener consecuencias de gran alcance si las líneas marítimas o la infraestructura son atacadas. El efecto dominó de un ciberataque puede ser enorme.
4. Metales
Rusia y Ucrania lideran la producción mundial de metales como el níquel, el cobre y el hierro y participan en gran medida en la exportación y fabricación de otras materias primas esenciales como el neón, el paladio y el platino.
El temor de sanciones a Rusia ha incrementado el precio de estos metales. En el caso del paladio, por ejemplo, el precio actual de cotización es de casi 2,700 dólares la onza, con una subida de más del 80% desde mediados de diciembre.
Dicho material se utiliza para todo, desde los sistemas de escape de los automóviles y los teléfonos móviles hasta los empastes dentales. Además se ha disparado el valor del níquel y el cobre, que se emplean en la fabricación y la construcción respectivamente.
Las industrias aeroespaciales de Estados Unidos, Europa y Gran Bretaña requieren del titanio de Rusia. Boeing y Airbus ya se han puesto en contacto con proveedores alternativos.
Sin embargo, la cuota de mercado y la base de productos del principal proveedor ruso, VSMPO-AVISMA, hacen imposible una diversificación total, ya que algunos productores aeroespaciales han firmado contratos de suministro a largo plazo hasta 2028.
Para estos recursos se pueden esperar interrupciones y escasez, lo que amenaza con provocar un aumento de los precios de muchos productos y servicios.
5. Microchips
La falta de microchips fue un problema importante a lo largo de 2021. Algunos analistas habían pronosticado que esta circunstancia se reduciría en 2022, pero los últimos acontecimientos podrían frenar el optimismo.
Como parte de las penalizaciones a Rusia, Estados Unidos ha amenazado con cortar el abasto de microchips a la primera nación. Pero, esto no tiene mucho sentido cuando Rusia y Ucrania son exportadores clave de neón, paladio y platino, fundamentales para la producción de los aparatos.
Alrededor del 90% del neón, que se ocupa para la litografía de los chips, procede de Rusia, y el 60% lo purifica una empresa de Odesa. Las fuentes alternativas requerirán inversiones a largo plazo antes de poder satisfacer el mercado mundial.
Los fabricantes tienen actualmente un exceso de existencias de dos a cuatro semanas adicionales, pero cualquier interrupción prolongada del suministro, causada por la acción militar en Ucrania, afectará gravemente a los semiconductores y a los artículos que dependen de ellos, incluidos los automóviles.
De esta manera, el conflicto que se desarrolla en Europa del este podría dañar no solo a quienes están padeciéndolo en carne propia, si no a todos los que requieran de estos importantes suministros, por lo que la negociación sigue siendo primordial.