“Espero que en regiones como América Latina sean capaces de actuar por su cuenta, en vez de imitar lo que se hace en EE.UU., donde creo que los modelos de enseñanza de ética están demasiado simplificados”, afirmó a MBA & Educación Ejecutiva James E. Hoopes.
James E. Hoopes tiene una mirada bastante crítica sobre la formación ética que dan las escuelas de negocios de Estados Unidos. De hecho, en conversación con MBA & Educación Ejecutiva el académico del Babson College, en Boston, fue enfático al afirmar que “espero que en regiones como América Latina sean capaces de actuar por su cuenta, en vez de imitar lo que se hace en Estados Unidos, donde me parece que los modelos de enseñanza de ética están demasiado simplificados y, de hecho, enseñan menos ética que mojigatería y, sin querer, enseñan inmoralidad”.
Luego de participar en el Babson Month, organizado por la Universidad del Desarrollo (UDD), en Chile, el profesor se refirió a las duras críticas recibidas por las B-Schools en la potencia del norte, a las cuales se les ha adjudicado una cuota de la responsabilidad en el origen de las turbulencias económicas iniciadas en 2008 y que aún afectan al mundo desarrollado. Esto, porque esas instituciones dieron una precaria educación valórica a los ejecutivos que, a la postre, idearon los sofisticados y cuestionados instrumentos financieros que derivaron en la crisis subprime, en su contagio global, en los llamados activos tóxicos y en las multimillonarias pérdidas generadas en todo el orbe.
Para el docente la crítica hacia las escuelas de negocios estadounidenses es “totalmente justificada”. Argumentó que “se habla demasiado de formar y de expresar ‘valores’. Gran parte de esto alimenta la mojigatería al convencer a la gente de que es fácil saber qué es lo adecuado. En cambio, los estudiantes necesitan aprender que la moral es un objetivo difícil, que requiere de un esfuerzo constante y de un examen de consciencia, junto con evitar la idea de que es fácil saber qué es lo correcto. Las personas se enfrentan a un peligro moral cuando dicen saber lo que es correcto, en vez de buscar continuamente lo que es correcto”.
A su juicio, las business school deberían enseñar precaución moral, así como los riesgos inherentes que en este sentido presenta el mundo empresarial y el poder administrativo. Sin embargo, advirtió que “esto no es popular. La gente cree que la ética es un asunto sencillo. (Debido a esto) La educación ética en las escuelas de negocios, en definitiva, es primitiva”.
Hay iniciativas diferentes en las distintas escuelas de negocios, por lo que sería un error meterlas a todas en el mismo saco. Dicho esto, vemos demasiados programas estándar, sacados del clóset, sin mencionar a los consultores, bien intencionados pero con una pobre formación, que venden procesos rutinarios que supuestamente ayudan a profesores sin formación ética y que, a su vez, instruyen a otros en este tema.
Hoopes complementó: “Lo que se necesita es más enseñanza de la complejidad del mundo moral real y de los riesgos morales, para tener un poco más de humildad y menos mojigatería, que es el verdadero peligro. Si nos fijamos en los casos más conocidos (de fraudes) como Enron, encontraremos extraordinarios niveles de mojigatería, con jefes que creen que son ‘líderes morales’. Es por eso que el mejor libro acerca de Enron se llama ‘Conspiración de los locos». Es difícil de creer para muchas personas, pero varios estafadores están seguros de que ‘saben qué es lo correcto’”.
Recientemente, la Association to Advance Collegiate School of Business (AACSB, organización que concede acreditaciones a business school y programas MBA alrededor del mundo) modificó sus normas de evaluación, centrándose en tres elementos: la promoción de la innovación, el impacto de las escuelas de negocios en sus grupos de interés y la forma de promover una mayor participación entre los actores y grupos corporativos. En cuanto a esa línea de acción, el académico del Babson College aseveró que “son buenos cambios”.
No obstante, al ser consultado respecto a si se debió aprovechar la oportunidad para mejorar la validación de estas instituciones examinando materias éticas, manifestó que “tengo sentimientos encontrados sobre esta cuestión”. Al detallar, sostuvo que “si tuviéramos la capacidad de hacer un verdadero y buen trabajo de considerar aspectos éticos, por cierto deberíamos hacerlo. Sin embargo, cuestiono la capacidad de muchas escuelas de negocios que integran la AACSB de hacer un trabajo serio de incluir aspectos éticos. Creo que los cambios importantes tendrán que venir desde abajo hacia arriba, de los profesores que son serios en lo ético y que puedan desafiar toda la enseñanza de la falsa ética que está ahí fuera.
En otro tema, en la actualidad se observa una tendencia hacia la oferta basada en el emprendimiento y la innovación por parte de las business school. ¿Estima que este fenómeno se va a profundizar en el corto plazo?
La formación en el espíritu empresarial y la innovación debe intensificarse. La revolución de la información facilita la descentralización y permite cambios más rápidos que nunca. Eso crea un nuevo mundo de oportunidades para el cual las personas deben estar preparadas. Aquellos que esperan que las viejas instituciones centralizadas los sostengan y apoyen están en riesgo de obsolescencia. Las universidades en general, y no sólo las escuelas de negocios, deben educar a los jóvenes para vivir en un mundo de cambios. En este sentido, me impresionó aprender durante mi reciente visita a la Universidad del Desarrollo, en Chile, que en toda la institución tiene los cursos de Emprendimiento y Liderazgo.
Fuente: América Economía