Seis programas federales enfocados a la salud de niños y niñas en el país son ineficientes, opacos en la distribución de recursos, con subejercicio y carecen de indicadores para conseguir el objetivo de superar la pobreza, concluye la organización internacional Save the Children en el estudio “Salud infantil en México. Análisis exploratorio de la política pública y presupuestal 2000-2015”.
El informe presentado este martes 5 de mayo, detectó que el presupuesto para IMSS-Prospera, Prospera (antes Oportunidades), Programa de Apoyo Alimentario, Unidades Médicas Móviles, Seguro Médico Siglo XXI y Salud Materna y Perinatal, no rebasa 3% del gasto programable, pese a que son las estrategias más relevantes para la salud infantil de las niñas y los niños más marginados.
El informe concluye que a pesar de que han existido programas millonarios dirigidos a los más marginados durante los últimos 15 años, los niveles de pobreza no han disminuido de manera significativa y los retos en materia de salud siguen siendo los mismos: la desigualdad, el acceso y la calidad. “Algo parece no estar funcionando en términos de eliminar las causas estructurales de la pobreza y la marginación”.
En relación a la transparencia en la ejecución de los miles de millones de pesos etiquetados para los programas, se destaca que ninguno presenta información desagregada de cuánto se invierte en intervenciones y acciones específicas “con lo cual resulta difícil conocer el destino de los recursos y saber si éstos se asignan a las intervenciones más efectivas para la salud”.
Además, pese a que la mayoría de los programas cuentan con reglas de operación y por lo tanto con evaluaciones de desempeño por parte de el Consejo Nacional de Evaluación de la Política en Desarrollo Social, sólo Prospera cuenta con evaluaciones de impacto. “Esto hace difícil conocer la medida en la cual cada uno de estos programas contribuye de manera puntual a mejorar la salud y la alimentación de las niñas y los niños”.
Con estas seis estrategias impulsadas por el gobierno federal, solo proporcionan el primer nivel de atención en salud para las poblaciones más marginadas, lo que “no permite resolver emergencias y depende de la eficiencia en la referencia a servicios de salud de segundo y tercer nivel de atención”, advierte el estudio.
¿Son eficientes los programas de salud?
Prospera, antes Oportunidades, opera en todo el país, especialmente en los estados del centro y sur del país. Hasta el año 2013, se atendió a cerca de 6 millones de familias de 105 mil 588 localidades marginadas del país. En los últimos 14 años se duplicó el presupuesto al pasar de 24 mil millones de pesos en el 2001 a más de 40 mil millones de pesos en 2015.
Save the Children resalta que este programa, que sobrevivió a los dos sexenios panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, y ha sido renombrado por el presidente Enrique Peña Nieto, “ha logrado incrementar de manera sustancial a su padrón”, pero “no queda del todo claro la medida en la cual las personas que reciben estos apoyos salen de la pobreza”.
Aunque el programa cubre necesidades básicas, “en un contexto nacional en donde el crecimiento económico no es sostenido, suficiente ni equitativo no queda claro que las capacidades que se adquieren a través del programa se traduzcan en un aumento en su nivel socioeconómico y de oportunidades”. Más aún, la pobreza no se ha superado, pues 46 millones de mexicanos viven en esa condición.
La recomendación de la organización es que el programa “ajuste su visión de largo plazo y haga cambios basados en las evidencias de evaluaciones internas, externas y de impacto”.
Save the Children también analiza una partida presupuestal millonaria destinada específicamente a la salud. Se trata del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) a través del cual se entregan recursos a las entidades federativas.
En el desglose se observa que en tres de las entidades en donde existe mayor carencia en servicios de salud, el gasto federalizado no llega a rebasar los 3 mil millones de pesos. Michoacán, por ejemplo, es la entidad que menos recursos recibirá para el ejercicio fiscal del 2015.
El Estado de México es la entidad que más recursos recibe en el agregado llegando a casi 9 mil millones de pesos. Otras entidades con rezagos importantes como Oaxaca y Chiapas, en cambio, reciben una proporción que no supera los 5 mil millones de pesos.
La distribución de los recursos se realiza con base en una fórmula, que toma en cuenta la población total, el índice de marginación y el índice estandarizado de mortalidad, entre otras cosas. Sin embargo, la organización internacional cuestiona: ¿por qué de todas formas lo que le llega de este fondo a las entidades con mayores rezagos es una proporción baja en comparación con otras entidades?
El Programa de Ayuda Alimentario (PAL) enfocado a la población más rezagada del país, ha recibido aproximadamente 5 mil millones de pesos al año en el componente alimentario, mientras que el programa Prospera recibió 40 mil millones de pesos; pero lo poco que tiene, no lo ejerce. En 2010, cuando tuvo un presupuesto de 6 mil 58 millones de pesos, “no se ejerce arriba de 4 mil 200 millones de pesos”.
El único programa dirigido a niñas y niños menores de cinco años es el Seguro Médico Siglo XXI, iniciado en 2007 con el nombre de Seguro Médico para una Nueva Generación. En recibió 3 mil 387 millones de pesos, el mayor presupuesto desde que se creó. En todos los años de operación, existe una tendencia al subejercicio.
El IMSS-Prospera no cuenta con evaluaciones de impacto recientes que ayuden a dilucidar su efectividad. De acuerdo a la evaluación de desempeño del CONEVAL, la proporción de partos atendidos institucionalmente aumentó en 13% y 96% de las mujeres embarazadas afiliadas a IMSS-Prospera fueron derivadas a parteras calificadas.
Aunque se notan aumentos constantes en los recursos destinados al programa, los indicadores de gestión miden productividad y no calidad en los servicios o el incremento en las capacidades de la población en materia de salud.
En el programa de Salud Materna y Perinatal se destaca que los montos destinados son bastante elevados pero no son eficientemente designados. En 2002, 64% del gasto total devengado se destinó a servicios personales (salarios), 28% a materiales y suministros, 6% a servicios generales (agua, luz, etc.) y el 2% a gasto de capital (inversión en obra pública).
Además, también es opaco, pues con la información pública disponible no se puede conocer cuánto se asigna y se gasta en torno a las intervenciones, “una de las demandas permanentes es que se transparenten los recursos del programa”.
Las Unidades Médicas Móviles es el programa que recibe la proporción más reducida del presupuesto con solo 0.08% de la suma total. Del 2007 al 2012 el programa muestra una tendencia errática, de ahí que en 2012 y 2013 se atendiera a menos personas de las que se había planteado. Adicionalmente, en todos los años el presupuesto para UMM muestra subejercicio; tan solo en 2008, un año después de su inserción, el programa subejerció casi la mitad de los recursos asignados.
Fuente: Animal Político