Lo ‘curvy’ está de moda: cada vez más firmas apuestan por las modelos que se salen del canon para sus campañas, maniquís como Iskra Lawrence o Ashley Graham son ya casi superestrellas y firmas de todo tipo no dudan en abrir sus departamentos de ‘tallas grandes’.
Sin embargo, algunos expertos alertan sobre el efecto negativo que este movimiento puede llegar a generar: de acuerdo con un estudio aparecido este año en el Journal of Public Policy & Marketing, utilizar cuerpos ‘plus size’ en las campañas de publicidad también puede tener efectos adversos: según esta investigación, la publicidad que representa tallas grandes como la norma genera que el consumidor escoja opciones alimentarias menos sanas y tenga menos motivación a la hora de llevar un estilo de vida saludable.
Para Marina Rulló, directora de Centro de Estética Rame y jurado de concursos de belleza ‘curvy’, «estamos provocando en las mujeres con curvas lo mismo que sucedió en su día con las modelos propensas a la anorexia». Para la experta, no hay que confundir este movimiento con aquellas personas que no cuidan su alimentación y llevan una vida sedentaria: «Se tendría que entender como ‘curvy’ aquel cuerpo que tiene un exceso de peso, pero que cuida la alimentación de manera sana y que, a la vez, lleva a cabo ejercicio y tratamientos estéticos», asegura.
Nos preocupan las modelos demasiado delgadas, pero también aquellas de tallas más ‘democráticas’ que no cuidan su salud. ¿Como podemos salir de este atolladero? Para Lily Lin, profesora de la Universidad de California State y autora del estudio sobre publicidad ‘plus size’, la solución es tan sencilla como dejar de poner tanto énfasis en esta cuestión: «Puede que no sea buena idea emitir juicios de valor sobre cualquier tipo de cuerpo (por ejemplo, decir cuál es ‘bueno’, cuál ‘normal’, cuál es ‘aceptable’ o ‘inaceptable’…) Es una mala idea por parte de los publicistas el poner el foco de la comunicación en este tema». En resumen: debemos aceptar que la diversidad ha llegado para quedarse, pero ésta siempre ha de ir acompañada de un trasfondo saludable.
Fuente: Elle