Por Edgar López
El reciente anuncio del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) ha captado la atención con su audaz plan para impulsar el desarrollo económico y social de México. Sin embargo, al profundizar en dos puntos clave de su propuesta, surgen preocupaciones que requieren reflexión.
El reciente anuncio del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) sobre su ambicioso plan para impulsar el desarrollo económico y social de México ha generado gran expectativa. Sin embargo, al analizar detenidamente dos de sus puntos clave, nos encontramos con planteamientos que merecen una reflexión más profunda: el punto 9, referente al desarrollo sustentable y la generación de energía limpia, y el punto 10, que aborda las carreras digitales y la participación de las mujeres. Estos aspectos no solo merecen una revisión en términos de redacción y sintaxis, sino también en su significado y en la implicación que conllevan.
En primer lugar, el punto 9 sobre desarrollo sustentable y energía limpia muestra una visión limitada y simplista del concepto de sustentabilidad. Si bien es cierto que la generación de energía limpia es un componente fundamental de un enfoque sustentable, este punto deja de lado otros aspectos igualmente importantes, como la protección del medio ambiente, la equidad social y la viabilidad económica a largo plazo. El desarrollo sustentable no se reduce únicamente a la adopción de tecnologías limpias, sino que implica un cambio profundo en la forma en que concebimos el desarrollo y su relación con el entorno natural y social.
Además, al asociar el desarrollo sustentable exclusivamente con la generación de energía limpia, se corre el riesgo de ignorar otros aspectos cruciales, como la gestión sostenible de los recursos naturales, la reducción de la huella ecológica de las actividades industriales y el fomento de prácticas comerciales responsables. En este sentido, es necesario que el CCE amplíe su perspectiva y considere un enfoque más integral del desarrollo sustentable en sus propuestas, que abarque aspectos ambientales, sociales y económicos de manera equilibrada y coherente.
Por otro lado, el punto 10, que hace referencia a las carreras digitales y la participación de las mujeres, plantea una conexión poco clara y limitada entre ambos aspectos. Si bien es importante promover la participación de las mujeres en el ámbito laboral, especialmente en sectores como el tecnológico, este punto parece reducir la participación de las mujeres únicamente a las carreras digitales, ignorando otras áreas de oportunidad y contribución.
La participación de las mujeres en la economía y la sociedad no debería limitarse a un campo específico, sino que debe fomentarse en todos los sectores y niveles. En lugar de asociar la participación de las mujeres exclusivamente con las carreras digitales, el CCE debería promover políticas y programas que fomenten la igualdad de oportunidades y la inclusión de las mujeres en todos los ámbitos, desde la educación hasta el mercado laboral y el liderazgo empresarial.
En conclusión, los puntos 9 y 10 de la propuesta del CCE evidencian una visión limitada y parcial del desarrollo sustentable y la participación de las mujeres en la economía. Es necesario que el CCE amplíe su perspectiva y considere un enfoque más integral y equilibrado de estos aspectos, que reconozca la complejidad y la interconexión de los desafíos que enfrenta México en materia de desarrollo económico y social. Solo así podremos avanzar hacia un futuro más sostenible e inclusivo para todos.
Aspectos positivos:
- Inclusión de temas relevantes: Aunque de manera limitada, el hecho de que el CCE haya integrado los temas de desarrollo sustentable y participación de las mujeres en sus propuestas demuestra un reconocimiento de la importancia de estos aspectos en la agenda empresarial y social.
- Generación de debate: La presentación de estos puntos puede abrir un espacio para el debate y la reflexión sobre la necesidad de abordar de manera más integral los desafíos relacionados con la sustentabilidad y la equidad de género en el ámbito empresarial.
- Potencial para ampliar la agenda: Aunque los puntos 9 y 10 son solo el inicio, su inclusión en las propuestas del CCE podría ser el primer paso hacia una agenda más amplia y diversificada que aborde otros aspectos relevantes para el desarrollo económico y social del país.
- Reconocimiento de la importancia de la RSC: Al incluir el desarrollo sustentable en sus propuestas, el CCE reconoce implícitamente la responsabilidad que tienen las empresas en contribuir al cuidado del medio ambiente y la sociedad.
- Posibilidad de influencia positiva: Si el CCE logra impulsar medidas concretas en relación con los puntos 9 y 10, podría tener un impacto positivo en la forma en que las empresas abordan estos temas, promoviendo prácticas más sostenibles y equitativas.
Aspectos negativos:
- Visión limitada: La manera en que el CCE aborda los temas de desarrollo sustentable y participación de las mujeres refleja una visión limitada y simplista de estos aspectos, lo cual podría conducir a propuestas insuficientes para abordar los desafíos reales que enfrenta el país en estas áreas.
- Falta de profundidad: La falta de detalle y profundidad en la inclusión de estos temas en las propuestas del CCE sugiere una aproximación superficial que podría no traducirse en acciones concretas y efectivas para promover el desarrollo sustentable y la equidad de género en el ámbito empresarial.
- Riesgo de greenwashing y pinkwashing: Existe el riesgo de que la inclusión de estos puntos en las propuestas del CCE sea percibida como una estrategia de greenwashing y pinkwashing, es decir, como un intento de mejorar la imagen pública de las empresas sin un compromiso real con la sustentabilidad y la equidad de género.
- Posible falta de compromiso real: Si el CCE no respalda sus propuestas con acciones concretas y medidas efectivas, corre el riesgo de que su inclusión en el plan se perciba como mera retórica sin un compromiso genuino por parte de los empresarios.
- Desvío de atención de otros problemas importantes: Al centrarse en temas como el desarrollo sustentable y la participación de las mujeres, el CCE podría desviar la atención de otros problemas igualmente importantes, como la desigualdad económica, la pobreza y la corrupción.
Conclusión:
Es fundamental que el presidente del CCE, Francisco Cervantes, no caiga en la tentación de utilizar estos conceptos y aspectos únicamente como herramientas de relaciones públicas o para adornar propuestas de negocio. En lugar de ello, debe demostrar un compromiso real y genuino con la promoción del desarrollo sustentable, la equidad de género y la responsabilidad empresarial. Solo así podrá contribuir de manera significativa a la construcción de un futuro más justo, próspero y sostenible para México y su sociedad.
R con R, por Edgar López
Edgar López Pimentel, es actualmente Director en Expok, ejerciendo su liderazgo día a día con pasión por la responsabilidad social y el desarrollo sustentable. Su labor ha contribuido significativamente al posicionamiento de empresas líderes en materia de responsabilidad social.
Su formación académica, enriquecida por programas de Alta Dirección de Empresas en el IPADE e IE Business School, así como una maestría en Responsabilidad Social Empresarial en la Universidad Anáhuac Norte, respaldan su liderazgo.
Edgar López es un activo participante en diversos comités dedicados a promover la responsabilidad social en México.
