El presidente del Banco Nacional de Suiza, Philipp Hildebrand, renunció el lunes y negó las acusaciones en su contra en un escándalo que involucra operaciones cambiarias que realizaron él y su esposa el año pasado. Nuevos indicios, sin embargo, sugieren que podría haber tenido conocimiento de la transacción antes de que se ejecutara.
Hildebrand dimitió pocos días después de declarar que no daría un paso al costado tras las revelaciones de que tanto él como su esposa realizaron operaciones cambiarias el año pasado alrededor del momento en el que el organismo intervenía con suma frecuencia en los mercados de divisas para controlar el ascenso del franco suizo. La renuncia puso un abrupto punto final a la gestión de dos años de un presidente de banco central que generó tanto controversia como elogios.
Hildebrand afirmó en una conferencia de prensa que renunciaba en parte porque le resultaba imposible comprobar que su esposa, Kashya, actuó por cuenta propia al realizar una transacción monetaria en agosto pasado, justo antes de que el banco central tomara medidas para debilitar la moneda suiza.
Una serie de correos electrónicos divulgados por Hildebrand a última hora del lunes parecieron cuestionar su afirmación de que no sabía nada de la transacción.
En un e-mail del 16 de agosto, el asesor de la familia en Bank Sarasin & Cie. planteó interrogantes sobre si Hildebrand había dado su consentimiento para la operación del 15 de agosto ejecutada por Kashya Hildebrand.
Hildebrand reconoció que su credibilidad había sido puesta en duda. «Los banqueros centrales deben ser absolutamente creíbles», afirmó. «La renuncia me llena de tristeza».
Aunque no se prevé que la renuncia de Hildebrand cambie ninguna de las políticas que lo caracterizaron -como la puesta en marcha de algunas de las regulaciones más severas del mundo o el debilitamiento del franco suizo- Suiza está perdiendo una figura que disfrutó de relaciones estrechas con las principales autoridades monetarias de Europa y EE.UU.
La esposa de Hildebrand vendió francos para comprar US$504.000 el 15 de agosto, en los momentos en que la divisa estadounidense alcanzaba un nivel mínimo récord frente al franco y dos días antes de que el Banco Nacional de Suiza inyectara liquidez al mercado en un intento por debilitar la moneda suiza.
El 6 de septiembre, el banco central indicó que no permitiría que el euro cayera por debajo de los 1,20 francos suizos, considerada una intervención muy audaz que buscaba debilitar la moneda suiza. El dólar se apreció 17% para comienzos de octubre.
El banco central no informó la ganancia de la señora de Hildebrand, pero su marido, quien aseguró que ella no estaba al corriente de los debates al interior de la entidad, donó 75.000 francos suizos a una obra de caridad para compensar la ganancia.
Kashya Hildebrand difundió un comunicado en el que pidió disculpas «sin reservas al pueblo suizo, al Banco Nacional de Suiza y, en especial, a mi esposo por mi error de juicio en relación a la transacción… Le fallé a mi marido».
Kashya Hildebrand trabajó para el fondo de cobertura de Nueva York Moore Capital Management entre 1994 y 1999, en el que ocupó varios puestos. Desde 2001 ha estado a cargo de una galería de arte en Zurich.
Hildebrand asegura que sólo se enteró de la operación cambiaria un día después y alertó de inmediato al equipo de abogados del banco central. Agregó que puesto que los correos electrónicos no contenían una prueba inequívoca, decidió dimitir para proteger la integridad del Banco Nacional de Suiza.
Hildebrand divulgó el lunes una serie de e-mails entre su mujer y el asesor financiero de la familia en Bank Sarasin. En un correo electrónico que Kashya Hildebrand le envió el 15 de agosto a Felix Scheuber, el asesor financiero, escribió que «nos gustaría aumentar la exposición en dólares a 50%». Scheuber vendió 400.000 francos suizos y compró dólares.
Un día después, Philipp Hildebrand respondió un e-mail a su esposa y a Scheuber. «Me sorprende la referencia a una transacción en dólares en su correo electrónico. Ayer nunca tratamos ninguna compra de dólares. Tomando en cuenta la respuesta de Kashya… presumo que ella dio la orden», manifestó. Agregó que en el futuro tenía que saber y aprobar las transacciones.
La posición de Hildebrand se debilitó, sin embargo, cuando en otro e-mail el asesor financiero responde, el 16 de agosto, que «también recuerdo que usted mencionó en la conversación de ayer que Kashya quería aumentar la exposición en dólares y que usted no tenía inconveniente».
Hildebrand reconoció que esta comunicación «hace más difícil demostrar que esta transacción se hizo sin mi conocimiento».
Fuente: Reforma.com
Por: Deborah Ball y Goran Mijuk.
Publicada: 10 de enero de 2011.