A la fecha, y a pesar de que la pandemia de COVID-19 inició hace más de un año, muchas personas tienen la teoría de que esta no existe y que es solo un invento del Gobierno y de otros líderes para controlar a la sociedad.
Sumado a este pensamiento, se encuentran miles de artículos con información errónea sobre cómo lidiar con la enfermedad que parecen extenderse casi tan rápido como el virus. Incluso los consejos falsos ya han dejado a varias víctimas con secuelas de salud o peor aún: las ha llevado a la muerte.
Todas estas notas son peligrosas en cualquier contexto, y sobre todo si llegan a lugares particularmente frágiles que enfrentan disturbios, violencia y una gobernanza débil, ya que se utilizan como armas contra los grupos vulnerables.
Ante esto, algunas organizaciones decidieron poner sus esfuerzos en desarrollar herramientas que les permitan monitorear estos artículos y crear un protocolo para proteger a la población. Una de ellas se impulsó en Nigeria. Te contamos más.
¿Puede la tecnología contrarrestar la desinformación sobre COVID-19?
A medida que el impacto de las noticias y contenidos falsos se fueron haciendo evidentes y poniendo en riesgo a las comunidades vulnerables, la organización Mercy Corps desarrolló Gaskiya, un programa que busca comprender cómo se propagan estos rumores.
Durante la creación de esta iniciativa se encontró que en Nigeria, donde los civiles son afectados por el conflicto que existe entre el ejército y los grupos armados, el 96% de los oyentes de una estación de radio habían escuchado mensajes de COVID-19 en la estación, pero un 45% todavía no creía que el virus fuera real o mortal.
Estos datos resaltaron que los rumores como que el virus no puede sobrevivir en climas cálidos abundan, e incluso se cree que es una prueba de dios.
Así que en agosto, Mercy Corps lanzó este programa traducido como «verdad» en el idioma hausa, cuyo objetivo es analizar cómo fluyen e influyen los rumores y la información errónea a través de las comunidades en Nigeria y con ello probar medidas para prevenir su propagación.
¿Cómo funciona el programa de Mercy Corps?
De acuerdo con Mercy Corps, existe demasiada desinformación por lo que ofrecer contenido verídico no sería suficiente para combatir toda esta situación.
Necesitábamos comprender mejor el panorama de los rumores, de dónde venían, quién los estaba difundiendo, antes de que pudiéramos encontrar la mejor manera de contrarrestarlos.
Mercy Corps.
Así que iniciaron con realizar una encuesta en los hogares de nueve comunidades para entender qué escuchaban y qué sabían exactamente sobre la COVID-19, y de donde obtenían la información.
Posterior a esta encuesta, diseñaron un rastreador de rumores orientado al usuario que permite a los ciudadanos informar lo que escuchan en sus comunidades a través de mensajes de texto SMS y llamadas.
Y para impulsar un buen funcionamiento, reclutaron 178 “campeones de la verdad”, que representan a cada una de las nueve comunidades diferentes, y los capacitaron sobre cómo identificar la verdad relacionada con la COVID-19, cómo saber cuáles son rumores y cómo usar la herramienta en sí.
Una plataforma amigable
La iniciativa se basa en una plataforma construida por teléfonos y SMS, ya que los smartphones y las aplicaciones no son utilizadas en estas regiones. Cuando alguien llama a la herramienta para informar un rumor, le preguntamos cuál es el rumor, dónde lo escuchó y de quién.
Nuestros socios de Translators without Borders crearon un tablero para realizar un análisis cualitativo de los rumores, analizando las tendencias en lo que se está difundiendo y desde dónde.
Mercy Corps.
Mientras tanto, después de cada informe, Truth Champion recibe una llamada telefónica con información sobre cómo refutar ese rumor en particular. Además, después de esta retroalimentación, se recopilan los datos y se realiza un análisis a cada comunidad en un esfuerzo por encontrar soluciones.
En cada ubicación, se realizan reuniones con los campeones de la verdad y con otros líderes de la comunidad para discutir lo que han observado y con ello comprender mejor por qué ciertos rumores resuenan en cada ubicación.
¿Cuáles han sido los resultados hasta ahora?
Durante las primeras semanas desde el lanzamiento de Gaskiya, se ha visto una amplia gama de rumores, incluido que el virus no existe en absoluto. Algunos sugieren una variedad de remedios caseros que prometen una cura. Otras personas escucharon de los líderes religiosos que el virus podría combatirse con mayor fe.
Estos son los tipos de rumores y desinformación sobre COVID-19 que hemos visto, con diferentes detalles, en todo el mundo. La clave es descubrir cómo ganar confianza y combatir la desinformación en cada contexto local.
Mercy Corps.
Con todos estos datos recopilados, la organización encontró que la solución para combatir este tipo de desinformación se encuentra dentro de las comunidades y de quienes experimentan los desafíos de primera mano.
Si bien Gaskiya depende de la tecnología para operar, realmente se trata de escuchar a la gente. La tecnología no resuelve por completo el problema pero traza el camino para encontrar soluciones centradas en cada comunidad.
De hecho, durante los últimos años, se ha visto un énfasis en la comunidad humanitaria en torno a la creencia de que el acceso a la información es un derecho humano.
Iniciativas para la información
Existen proyectos como Signpost (una colaboración de Mercy Corps con el Comité Internacional de Rescate), Internews y NetHope que se basan en la idea de que para muchas personas vulnerables, el acceso a la información a menudo puede ser un problema de vida o muerte.
Con la rápida difusión de información errónea sobre la pandemia, se ha puesto en relieve que las personas no solo necesitan acceder a la información, sino también a recursos para interpretar, analizar y responder a ella.
Así que mientras el mundo mira hacia el lanzamiento mundial exitoso de las vacunas contra COVID-19, la participación de la comunidad y el fomento de la confianza serán fundamentales para enfrentar la crisis derivada.
De hecho, la desinformación sobre la vacuna ya está circulando en los países donde Mercy Corps opera, así que uno de los mayores obstáculos será convencer a las personas de que se puede confiar en las vacunas y en quienes las suministran.
Ganar esta confianza y abordar la información errónea que crea dudas sobre las vacunas requerirá una financiación significativa y un esfuerzo hercúleo y coordinado de los gobiernos, los expertos en salud pública y los grupos humanitarios.
Mercy Corps,
Para lograr combatir todo esto, realmente se necesitará acercarse a las personas y a sus comunidades. La tecnología de este tipo de plataformas debe adaptarse a las necesidades de cada región, y se tiene que tener en cuenta la realidad del ecosistema digital local.