Norteamericanos, latinos, hombres, mujeres y niños; de un modo u otro todos han sido testigos de los comentarios violentos y discriminatorios del candidato a la presidencia estadounidense Donald Trump y de cómo su rival, Hilary Clinton, ha comenzado ya a romper el techo de cristal de una manera histórica en una contienda política que por momentos se ha convertido en una discusión sobre avances y retrocesos en materia de inclusión e incluso una guerra de género.
My Woman Card just arrived. Thank you, @HillaryClinton! #womancard pic.twitter.com/OYxSgGKsjs
— Christine Champagne (@itsthechampagne) 13 de junio de 2016
Trump ha criticado ya en varias ocasiones a Clinton por «jugar la carta de ser mujer», asegurando que de no ser por su género no podría ganar jamás la simpatía del electorado. En respuesta la campaña de la candidata lanzó la Official Woman Card y la puso a la venta en su sitio como una estrategia para recaudar fondos, pero un grupo de publicistas parece haber decidido que estos comentarios merecían una respuesta más fuerte y llena de creatividad, por lo que encabezados por Maddy Kramer, directora de VML Kansas desarrollaron un proyecto realmente inspirador.
Un total de 52 ilustraciones de mujeres poderosas de todos los ámbitos profesionales protagonizando cartas de juego, forman la colección del proyecto Woman Card, que no sólo busca dar respuesta a los comentarios sexistas del candidato presidencial y promover el empoderamiento de la mujer, sino también recaudar donaciones a favor de esta causa.
Esta colección no constituye una baraja común, ya que en lugar de existir cartas con con los valores tradicionales, cada una de estas mujeres representa una reina, mientras que el comodín es representado por la imagen de Donald Trump, cuya personificación es considerada una broma; al menos así es como lo cuenta la responsable de todo este lío en entrevista con Adweek.
Para dar vida a esta campaña, Kramer creó un documento en Google con una lista de mujeres notables e invitó a otros a participar en ella. Basta decir que la convocatoria fue todo un éxito, pues tras acercarse a antiguos amigos y compañeros de clase el grupo de diseñadores dispuestos a apoyar repentinamente llegó a veintiocho profesionales de Nueva York, España, Londres y hasta Argentina.
«Mucha gente se acercó para decir –¡Hey, puedo hacer uno!–», cuenta Kramer, y agrega que la lista de mujeres comenzó a expandirse también muy pronto, ya que deseaban incluir a representantes de todo el mundo y de diferentes industrias.
Así fue que nombres como Frida Kahlo, Malala Yousafzai, Michelle Obama y Beyonce fueron sumándose a la lista y convirtiéndose en reinas de las cartas.
La impulsora de este proyecto también ha destacado que no se trata de una iniciativa política, ya que cada uno de los participantes tiene su propio punto de vista y muchos de ellos ni siquiera viven en Estados Unidos, por lo que se trata más bien de una forma de apoyar la equidad de género.
De acuerdo con la página de la iniciativa, el proyecto tiene como objetivo sacar algo positivo de lo negativo para romper con los estereotipos de género y todo el dinero recolectado por será donado al Fondo de Naciones Unidas para la Igualdad de Género.