Costillas, aros de cebolla y pie. Pollo frito y arroz. Carne, ocho huevos fritos y seis rebanadas de pan tostado con mermelada. Carne, papas al horno y pan tostado. Pollo frito, papas fritas, helado de chocolate, una Coca-Cola y té. ¿Se te antoja alguna de estas cenas? Tal vez cambies de opinión cuando sepas que Cameron Willingham, Ruben Cantu, Claude Jones, Leo Jones y David Spence, respectivamente, las pidieron como su última comida antes de enfrentar la pena de muerte. Todos ellos fueron considerados inocentes años después de morir, gracias a nuevas evidencias.
Estas y otras cenas se hicieron famosas gracias a una serie de fotografías de James Raynolds. Este año, Amnistía Internacional Puerto Rico las retomó para generar una campaña de guerrilla en contra de la pena de muerte.
Esta condena no se ha dado en Puerto Rico desde el siglo pasado, pero este año de nuevo se consideró una opción en un caso polémico. Para evitarla, Amnistía Internacional colocó fotografías de la última cena de estos cinco condenados a muerte como manteles en varios comedores del país para generar conciencia sobre los errores que se pueden cometer y que cobran la vida de personas inocentes. De acuerdo con AL, al menos 10 de los últimos mil ejecutados en Estados Unidos fueron considerados inocentes después de su muerte.
En sólo dos semanas, la organización logró su meta de firmas en contra de la pena de muerte, además de que la campaña generó 6.6 millones de impresiones en diversas redes sociales y 3.5 millones de impresiones no pagadas en medios tradicionales. El 23 de mayo, el jurado negó la condena capital para el caso en cuestión y en abril un periódico reveló los resultados de una encuesta que demostraba un 57% de oposición a la pena de muerte.
