Uno de los más importantes desafíos que enfrentan las marcas en la actualidad es la rapidez de los cambios culturales que los obligan a transformarse para mantenerse al día cubriendo las necesidades del mercado y hablando en su mismo idioma. En los últimos años la inclusión ha llegado a formar parte fundamental de ello, principalmente en lo que se refiere a la equidad de género y el respeto a la comunidad LGBT, por lo que diversas marcas han optado por comunicar su compromiso de forma particular integrándolo en la comunicación de sus productos.
Este es el caso de la marca de cerveza artesanal escocesa BrewDog, quien recientemente lanzó al mercado su edición «No Label», una bebida dirigida a la comunidad LGBT, cuyo lanzamiento coincide con la apertura de la nueva sede de la compañía en Londres y resultó verdaderamente polémico entre los consumidores.
.@brewdog trans people have to work so hard already to have our identities respected–to slap our identity onto your product is insulting
— -king kortney-✊ (@fakerapper) noviembre 4, 2015
Lo que comenzó como un esfuerzo por apoyar a la comunidad LGBT, fue considerado por un gran número de consumidores como una burla para la comunidad transgénero y la constante lucha por sus derechos, pero ¿qué hace de este producto un esfuerzo legítimo?
Lejos de constituir un caso más en el que las marcas integran el arcoíris al branding de cualquier producto, se trata de un legitimo esfuerzo de la marca por aprovechar las características de la bebida para vincularla con su compromiso a favor de la comunidad LGBT.
La cerveza Kölsch 4,6º se fabrica, tal como manda la tradición, a partir de levaduras de fermentación alta, pero se almacena en condiciones de baja temperatura para darle las características de una lager, por lo que desafía las definiciones clásicas de ambas categorías.
Además, se trata de una bebida procedente de una gran variedad de granos, entre los que se encuentran lúpulos Jester, mismos que atraviesan por un proceso de cambio de sexo antes de la cosecha.
Los granos de esta cerveza atraviesan por un proceso de cambio de sexo antes de la cosecha
El fundador y CEO de la marca, James Watt dijo a Business Insider que la cerveza no era un truco de marketing, sino un intento genuino de apoyar a la comunidad LGBT, ya que se trata de un producto creado en colaboración con la organización londinense Queerest of the Queer, dedicada nada menos que a brindar ayuda a jóvenes transgénero.
Watt destacó también que la marca tiene una larga historia de ediciones especiales dedicadas a apoyar grupos minoritarios, entre las que destacan Hello My Name is Vladimir, lanzada el año pasado para protestar contra las leyes anti-homosexuales en Rusia y cuyas ganancias fueron donadas en un 50% a organizaciones benéficas. Y tú ¿cómo brindarías por la diversidad?