Por: Emilio Guerra Díaz
Para: Carlos Madrid Varela, líder ejemplar dentro del mundo fundacional
Conforme se desarrollan los parámetros de Responsabilidad Social Corporativa dentro de una empresa surge la pregunta si es más conveniente encausar la inversión social que le vincule con la comunidad mediante una fundación o un programa especial.
La respuesta no es sencilla ni tampoco tiene una sola connotación. La decisión de crear una fundación depende de muchas circunstancias. Analicemos hoy una sola. Piense en primer lugar la dimensión económica de la empresa, es decir, su magnitud como negocio y la presencia que tiene en el mercado.
Se ha comprobado que algunas empresas incursionan en fundar su propia fundación por la falta de otras instituciones similares por parte de sus competidores, “quien llega primero, se posiciona primero”. De ahí que una ventaja competitiva resulta la oportunidad de recordación del público sobre su marca.
El mejor ejemplo que viene a la mente es lo que sucedió entre las grandes televisoras. Recordará el lector que hace ya varios años, Televisa bajo el liderazgo de Emilio Azcárraga Milmo, había constituido dos grandes acciones promotoras de arte y cultura.
Primera. Los televidentes de los ochentas gozamos de la modificación de contenidos del canal 9 y la revista cultural que se trasmitía sábados y domingos, Video Cosmos por citar uno. Jacobo Zabludovsky tenía a su cargo el programa Contrapunto que si mal no recuerdo, utilizaba en su promocional un fragmento de Come Sail Away de la súper banda de rock progresivo Styx y resultaba una mesa de diálogo y polémica entre conocedores y expertos de los temas que abordaba.
También había dentro de esa programación, contenidos de difusión científica como Cosmos de Karl Sagan que a muchos adentró en el interés por el conocimiento de otras disciplinas. Cuántos de nosotros nos maravilló el calendario del universo donde el científico norteamericano señalaba que la vida en el planeta tal cual la conocemos hoy, se había constituido en las últimas horas del día 31 de diciembre. ¿Lo recuerda? Don Jaime Almeida tenía su propia sección musical y ese espacio abrió las puertas a MTV, muy seguido por los adolescentes para ver los videos de los grupos favoritos ya que como no eran populares los sistemas de grabación, se tenían que “pescar” para volverlos a ver. Recuerdo el espacio de Ricardo Rocha que seguía su revista Para Gente Grande, con una exquisitez de las entrevistas y que del canal 2 fue mudado al 9.
Segunda. Para reforzar todo este acervo del conocimiento y de la divulgación científica, Don Emilio instituyó la Fundación Cultural Televisa, que auspiciaba la trasmisión de dichos contenidos y adicionalmente contaba con un presupuesto para apoyar festivales, encuentros, seminarios, conciertos, etc. Aquella fundación rubricaba las acciones culturales de la empresa en forma discreta y de bajo perfil, pero se tenía un gran referente como una de las partes más serias y valiosas de la producción televisiva de Chapultepec.
Recuerde el lector que Jacques Gelman y el propio Emilio Azcárraga Milmo encomendaron a Don Manuel Álvarez Bravo a formar una colección fotográfica, misma que creció, se hizo basta y rica en las selecciones del fotógrafo mexicano. El volumen fue tal que Roberto L. Littman se dio a la tarea de catalogar y resguardar la colección.
La visión de Don Emilio le llevó a fundar también lo que fue el Centro Cultural Arte Contemporáneo (1986-1998), un espacio que no obstante al tiempo tan corto de su existencia ofreció exposiciones memorables. Si bien recuerdo, el último de los eventos que se realizó en este recinto reunió los tres Azules de Joan Miró, cuadros que son propiedad de 3 distintas personas o museos y que llevaban varias décadas de no exhibirse conjuntamente.
A la muerte de Don Emilio Azcárraga Milmo, su heredero Emilio Azcárraga Jean y la nueva administración decidieron cerrar tanto la Fundación Cultural Televisa como el Centro Cultural Arte Contemporáneo. En el tiempo de la extinción de la Fundación Cultural Televisa se registraba la venta y privatización de Imevisión a favor de un nuevo grupo y la transición a la creación de Televisión Azteca.
La nueva televisora del Ajusco nació acompañada de acciones sociales, la primera de ellas daba salida a la inquietud de apoyar la educación y se institucionalizó el primer Plantel Azteca, de instrucción secundaria. La televisora del sur de la ciudad repetidamente hacía mención de los propósitos y objetivos que pretendía alcanzar, y al cabo de algunos años, se mostraron los resultados. La recordación en el televidente sobre acciones sociales entre ambas televisoras se inclinó a identificar que Azteca realizaba acciones educativas, mientras que Televisa no. O por lo menos no tenía tanta exposición. Como consecuencia de las acciones del Grupo Salinas se crearon programas como el de Jorge Garralda “A quien corresponda” y posteriormente se fundó la Fundación Azteca que vino a acentuar el posicionamiento de la televisora del Ajusco.
Como consecuencia de este fenómeno de posicionamiento y recordación, entre una de otras tantas razones, Televisa reaccionó y fundó su propia y nueva institución bajo la responsabilidad de Claudio X. González Guajardo, quien provenía del sector público.
De esta manera el lector puede advertir si existen o no ventajas competitivas entre empresas del mismo rubro. Otro caso interesante es el que se está dando en el transporte de pasajeros, pues hace 6 años el Grupo ADO decidió crear su fundación y ahora otras grupos están por constituir la propia.
En futuras colaboraciones profundizaremos en el tema. Mientras tanto invitamos al lector a dejar en esta página su comentario y animamos a que quien tenga preguntas concretas puede dirigirse al autor de este espacio en [email protected]
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.