En un inicio, las redes sociales se presentaron como las herramientas más amigables para crear engagement con los diferentes grupos de interés de las marcas, y con la evolución de estas plataformas, las empresas fueron integrando elementos que les ayudaran en estas tareas.
Con la llegada de los famosos YouTubers, que pronto evolucionarían a influencers, las empresas encontraron una pieza clave para comunicar sus esfuerzos y productos de una manera más sencilla pero sobre todo, vieron una oportunidad para acercarse todavía más a sus consumidores y stakeholders, convirtiendo el Influencer Marketing, en su nueva estrategia favorita.
Por eso, no es nada extraño encontrarnos con publicaciones donde figuras como Yuya, se vean involucradas en estrategias de marketing para lo mismo promocionar un shampoo que una causa social. La pregunta es ¿están realmente comprometidos con ellas?
Los influencers y su impacto en la RSE
Algunas marcas han encontrado en el influencer, el aliado perfecto para comunicar sus propósitos y esfuerzos en materia de RSE. Con estas celebridades las empresas y organizaciones tienen más oportunidades de ganar más seguidores que aplaudan y prefieran a las compañías comprometidas con la responsabilidad social. Después de todo, la RSE y los influencers son tópicos bien acogidos por los millennials.
Las compañías saben que este tipo de celebridades de internet pueden tener un mayor impacto sobre las diferentes comunidades en comparación a métodos tradicionales como los comerciales, los banners o los anuncios impresos. Sobra decir que para los influencers esto es bastante lucrativo.
Tan solo Beyoncé gana entre $156,00 y $260,000 dólares por publicación, pero también ha duplicado el impacto que tenían las diferentes marcas y organizaciones con las que participa.
https://www.instagram.com/p/BFzHqD0vw3G/?hl=es&taken-by=beyonce
Sin embargo, y con la facilidad que hay hoy para convertirse en influencer hoy en día, las marcas podrían ser estafadas por muchas supuestas “celebridades”.
¿Pueden los influencers estar robando a las marcas?
Muchas marcas dedican largo tiempo a monitorear diferentes cuentas de Instagram, midiendo su valor por el número de seguidores, “me gusta” y las interacciones, evaluando si la marca podría obtener beneficios en caso de trabajar con esa cuenta.
De acuerdo con una investigación realizada por la agencia de Marketing Mediakix, cualquier persona puede falsificar una cuenta y obtener contratos rentables con las marcas. Para demostrarlo la agencia creó dos usuarios falsos: uno pertenecía a una supuesta modelo que compartía publicaciones sobre estilo de vida, y la otra era de una supuesta fotógrafa que publicaba fotos sobre sus viajes.
Para la primera cuenta (calibeachgirl310), la agencia contrato a una modelo para generar todo el contenido del canal a través de una sola sesión de fotos que fue posteando de a poco, logrando alcanzar más de 4.000 seguidores durante los primeros días.
Los responsables de dicho experimento compartieron que si querían lograr llamar la atención de las marcas, necesitaban crear más interacción y obtener más seguidores; por ello decidieron comprarlos. Mediakix pagó entre 4 y 9 dólares por cada 1.000 seguidores y alrededor de 12 centavos por comentario.
Una vez que las cuentas llegaron a más de 15.000 seguidores, las marcas comenzaron a cerrar tratos con cuentas. Una de estas empresas era de trajes de baño y le ofreció a “Calibeachgirl310”, compensación monetaria, producto libre o ambos por publicar su línea de trajes. Todo este trato se cerró sin que la marca comprobara realmente la autenticidad de la persona detrás de la cuenta. A la marca le bastaba ver los números.
Ahora, si calculamos el valor de cada posteo en Instagram con la herramienta que creó el equipo de Influencer Marketing Hub, esto es lo que vale aproximadamente una mención de calibeachgirl310:
No está nada mal… un promedio de 200 dólares por posteo, de una cuenta completamente fantasma. Retomamos la pregunta ¿pueden entonces muchos influencers estar robando a las marcas? Probablemente sí. La agencia Mediakix señala que muchas marcas están invirtiendo en este tipo de influencers para compartir sus campañas de marketing e iniciativas relacionadas con la RSE, sin percatarse que el usuario es falso.
Influencer marketing, ¿un riesgo?
La popularidad que ha tenido este tipo de estrategia y la cantidad de herramientas que pavimentan el camino sobre cómo ser influencer ha crecido en los últimos años. Aquellos usuarios que tienen más de 10.000 seguidores pueden conseguir de una forma relativamente sencilla, patrocinios de diferentes marcas.
Los influencers de todos los tamaños saben que miles de marcas están apostando por este tipo de marketing y están dispuestas a pagar grandes cantidades con tal de que una celebridad de Instagram o red social promocione en una foto su producto o causa.
Mediakix comenta que los influencers están convirtiendo las causas de las marcas en algo artificial y sin sentido, sin contar el hecho de que pueden estar siendo estafadas pero su desesperación de lograr engagement con más personas.
Al igual que el fraude publicitario que afecta a los anuncios, los Instagrammers con seguidores completos o parcialmente falsos presentan una forma única de fraude publicitario que se está volviendo más y más común.