Puede que se dé por sentado pero, hasta ahora, ninguna otra generación de niños había tenido que vivir la experiencia de ver toda su infancia documentada intensa y públicamente de esta manera.
En Reino Unido, el número promedio de fotos que los padres difunden de sus hijos en las redes sociales asciende a 1.498. Y esa cifra refleja tan sólo lo que ocurre hasta su quinto cumpleaños, según una encuesta de Nominet, la empresa británica de registro de nombres de dominio.
Tal vez haya una tendencia global de padres orgullosos en el mundo. Pero ¿qué ocurre con esos niños, sin posibilidad de elección en el asunto?
Cuando tenía 11 años me gustaba la atención. Ahora es raro porque miras atrás y piensas: cualquiera puede ver esas fotos, Dana Hurley, 20 años
Muchos de esos niños están alcanzando ahora la edad adulta. Y no siempre les alegra la perspectiva de que sus primeros años de vida queden preservados en el universo digital.
«Cuando tenía 12 o 13 años comencé a darme cuenta de que había cosas [en Facebook] que me parecían un poco embarazosas», dice Lucy, una adolescente de 16 años de Newcastle, Reino Unido, cuyo padre publicó fotos de ella en la red social desde que tenía 7 años.
«Le pedí que las eliminara y no tuvo problema en hacerlo, pero no entendió bien por qué», cuenta Lucy.
«Si me hubiera preguntado (en esa época) si quería que todas esas fotos estuvieran ahí y que todos pudieran verlas, probablemente le habría dicho que no».
«Desetiquetando» el pasado
Incluso aquellos niños que estaban encantados ante la idea de que sus fotos estuvieran en las redes sociales, ahora ya no se sienten tan convencidos.
Dana Hurley, una joven de Londres de 20 años, dice que a los 11 le gustaba que sus padres publicaran fotos de ella en Facebook.
«En esa época era emocionante, me gustaba la atención. Ahora es raro porque miras atrás y piensas: cualquiera puede verlas», explica.
Dana se ha desetiquetado de la mayoría de sus fotos de infancia en internet, lo cual significa que no aparecen en su perfil. Pero esas fotografías siguen estando en la red.
Tal vez los padres no se estén dando cuenta, pero al publicar las fotos y videos de sus hijos en internet están creando una identidad de sus niños que no siempre es bien recibida, dice el psicólogo Arthuts Cassidy, especializado en redes sociales.
«Una de las mayores polémicas gira en torno a si los padres tienen el derecho a asumir el control sobre la identidad de sus hijos», explica Cassidy.
«Piensan que, como es su hijo, les pertenece su identidad. Pero los niños creen que pueden cambiar y controlar esa identidad digital», asegura el experto.
Cambiando perspectivas
Lucy es un buen ejemplo de ello. Dice que le pidió a su padre que le desetiquetara de todo aquello que «no representa necesariamente quien es ahora».
«Nunca fue un gran problema o algo malo; tan sólo son cosas que prefiero que la gente no vea».
«Había fotos que mi padre publicó de cuando yo tenía 11 y 12 años. Y por aquel entonces yo era callada e introvertida, no tenía muchos amigos».
«Y eso no es lo que soy ahora y no es algo que quiero recordar cada vez que me conecto a Facebook. No son los mejores recuerdos, que es lo que normalmente uno quiere publicar sobre sí mismo en las redes sociales».
Pero Francesca Vivaldi, una muchacha de 21 años del sur de Londres, dice que haber crecido en el mundo digital tiene su lado positivo.
Por ejemplo, estar en contacto con familia de otras partes del mundo y crear un registro fácil de acceder de recuerdos felices.
En su perfil de Facebook tiene fotos desde que tenía 13 años.
«Tengo familia en todo el mundo», explica. «Es una buena manera de documentar las cosas. Uno puede verlo como algo increíble; tengo todos esos archivos que puedo consultar y que componen una bonita cronología».
«Pero todo depende de cómo lo vea uno. Algunas personas pueden sentirse abochornadas».
Pero, en este caso, son los padres quienes están en el punto de mira.
«Los padres son muy cautelosos a la hora de contárselo a sus hijos, pero tienen que pensar en lo que están publicando en internet», dice Justine Roberts, fundadora y directora ejecutiva del sitio web para padres Mumsnet.
«La idea de que uno, en realidad, está publicando contenido sobre otra persona no es muy discutida en Mumsnet«, dice Roberts.
«Creo que es porque los padres creen que no van a publicar imágenes demasiado reveladoras o complicadas de sus hijos. Pero el caso es que están publicando esas fotos».
Registro digital
Roberts dice que los padres no tienen «instinto natural» sobre lo que debería ser el nivel adecuado de las fotos en redes sociales.
«No nos hacemos a la idea de lo que es ser ese adolescente y que estén todas esas imágenes tuyas en internet», sostiene.
«No nos despertamos por la mañana y pensamos: ‘Me gustaría que mi madre no hubiera colgado esas fotos de cuando era un bebé'».
Para algunos padres, la opción más segura es evitar las redes sociales por completo.
Kasia Kurowska, de Newcastle, espera su primera hija para marzo y ya ha acordado con su pareja, Lee, que no publicarán nada hasta que la niña tenga la edad suficiente para poder tomar sus propias decisiones sobre las redes sociales.
«La idea de que estás documentando toda su vida antes de que tenga la oportunidad de decidir si quiere que esté ahí no nos parece adecuada ni a mí ni a mi pareja», dice Kasia.
Pero le preocupan dos cosas sobre su plan.
En primer lugar, la dificultad para llevarlo a cabo. «En las fiestas, o cuando su tía venga de visita y quiera tomar una foto, vamos a tener que ser como policías-paparazzi, diciéndole a la gente que no publiquen las fotos en Facebook. Pensarán que es una estupidez».
Por otra parte, puede que la niña se sienta mal por no tener presencia digital, especialmente si todos sus amigos la tienen.
«Me preocupa que se queje por no tener sus fotos publicadas en las redes sociales», confiesa.
«Pero tendré un registro digital de ella. Simplemente, no lo compartiré en una plataforma donde pueda verlo todo el mundo».
Fuente: BBCMundo