Tres poderosos multimillonarios mexicanos, que se culpan mutuamente de «monopolistas» y «duopolistas», presentaron quejas los unos contra los otros, lo que intensifica la batalla por el mercado de telecomunicaciones de México.
En primer lugar, una coalición de 25 empresas telefónicas, de cable y televisión presentó una queja contra Teléfonos de México SAB, conocida como Telmex, y Telcel, las mayores empresas de telefonía de línea fija y de telefonía móvil del país. Ambas empresas están controladas por Carlos Slim, magnate de las telecomunicaciones y el hombre más rico del mundo. La denuncia, presentada ante la Comisión Federal de Competencia, es un intento de obligar a las empresas de Slim a bajar las tarifas de conexión a sus redes de telefonía.
La denuncia estuvo encabezada por los principales magnates de las compañías de medios del país -Emilio Azcárraga, quien controla Grupo Televisa SAB, la principal cadena de televisión del país, y Ricardo Salinas Pliego, el propietario principal de TV Azteca SAB y la empresa de telefonía móvil Grupo Iusacell. A su vez, Slim culpó a las empresas de televisión por el uso de prácticas monopolísticas, entre otras cosas.
En juego está el futuro del mercado de telecomunicaciones y radiodifusión de México, que mueve US$35.000 millones al año, a medida que las empresas se esfuerzan por consolidar los servicios de televisión, telefonía e Internet de banda ancha. Aunque las empresas mexicanas rara vez se entrometen en los mercados de otros, los controles regulatorios del país no han podido seguir el ritmo de la convergencia tecnológica, lo que ha llevado a las empresas de televisión y telecomunicaciones a invadir sus respectivos terrenos.
A Televisa y TV Azteca les preocupa que si Slim entra en el mercado de la televisión, tenga una ventaja injusta debido a que Telmex controla 80% de las líneas de telefonía fija del país y Telcel posee 70% del mercado de telefonía celular. Los competidores de Slim también dicen que no tienen ninguna posibilidad de desafiarlo en el mercado telefónico a causa de las altas tarifas que sus empresas les cobran por conectarse a sus redes.
El miércoles, el grupo que se quejó de Slim compró anuncios de página completa en periódicos mexicanos citando datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico que muestran que las tarifas de telefonía de México son las segundas más altas entre los 34 países que conforman la organización.
Slim, quien niega que sus precios sean altos, contraatacó con avisos criticando a las dos cadenas de televisión.
La noche del martes, en lo que los analistas dijeron que fue una medida defensiva, Slim dijo que Telmex se dividiría en dos, creando una empresa llamada Telmex Social para atender a 46% de México, donde los inversionistas no tienen ningún incentivo económico para desarrollar servicios de telefonía y donde Telmex a menudo ha tenido pérdidas.
UBS Investment Research señaló que la medida podría «servir al argumento del grupo de Slim» de que las tarifas de conexión no son demasiado altas en las zonas rurales y que sus competidores no están invirtiendo lo suficiente en infraestructura.
Fuente: Reforma, Negocios, p. 7.
Columnista: José de Córdoba.
Publicada: 10 de marzo de 2011.