Existe el mito de que si queremos llevar una dieta saludable es preferible evitar las grasas. La realidad es que no todas las grasas son malas y estas se encuentran en una gran variedad de alimentos. Para mantener el correcto funcionamiento del cuerpo es necesario incluirlas en la alimentación de una manera balanceada ¿pero cómo saber cuáles son buenas y cuáles son malas?
La grasa tiene muchos beneficios, ayuda a nuestro cuerpo a producir hormonas, aísla y protege los órganos internos, proporciona energía y especialmente en los niños ayuda a mejorar la función cerebral. Además mantiene el cabello y la piel sana y alivia los síntomas del síndrome premenstrual y la menopausia.
Al entender la diferencia que hay entre grasas buenas y malas e identificar los alimentos que las contienen podremos tomar decisiones informadas y llevar una dieta equilibrada y saludable.
Grasas buenas
Existen dos tipos de grasas buenas que ayudan principalmente a cuidar el corazón: las poliinsaturadas, que son fuente de vitamina E, ayudan en la coordinación motora y a los síntomas del síndorme premenstrual; y las monoinsaturadas, que reducen el riesgo de cáncer y son asociadas a la longevidad. Ambas contribuyen a bajar los niveles de colesterol malo.
Grasas poliinsaturadas
- Pescado azul como el salmón, sardinas, arenque, bonito, atún. Además son ricos en omega 3.
- Algunos aceites vegetales como el de girasol, soja y cártamo.
- Semillas de calabaza, almendras, anacardos y de sésamo.
- Las margarinas de semillas naturales.
Grasas monoinsaturadas
- Aceites como el de oliva, de angola, de sésamo y nabina.
- Algunos frutos secos como las nueces de Brasil y nueces de macadamia.
- Aguacate.
- Carne magra.
Grasas malas
Consumir grasas malas en exceso puede aumentar los niveles de colesterol malo y aumentar el riesgo de enfermedades al corazón, cáncer y obesidad. Estas grasas saturadas se encuentran en grandes cantidades en los siguientes alimentos:
- Mantequilla.
- Carnes grasas y embutidos.
- Queso.
- Leche entera y derivados.
- Chocolates.
Lo principal a la hora de alimentarnos es hacer una correcta selección de las grasas que necesitamos y balancear con los otros grupos nutricionales. A continuación tres consejos para reducir el consumo de grasas malas y mejorar los hábitos alimenticios, siempre pensando en combirnarlo con un estilo de vida saludable.
- Sustituye la mantequilla por margarina de semillas naturales, que son ricos en poliinsaturadas.
- Cuando hagas las compras elige los productos con contenido más bajo en grasas saturadas, lo ideal es menos de tres gramos por ración.
- Elige quesos frescos en lugar de curados y sustituye las salchichas, embutidos y carnes grasas por pescado o ave sin piel.
Fuente:
salud.practicopedia.lainformacion.com
bienestar.salud180.com