En medio de la preocupación por la pérdida de abejas melíferas, una especie de abeja domesticada y criada en colmenas por su capacidad de producir miel y polinizar cultivos agrícolas, las abejas nativas, vitales para polinizar plantas, también están disminuyendo debido a pesticidas y otras presiones ambientales.
Sin embargo, a medida que crece la conciencia sobre la pérdida de las abejas nativas, algunas empresas están aprovechando la situación para realizar bee-washing, socavando los esfuerzos reales de las empresas en la protección de esta especie vital, de acuerdo con The Conversation.
¿Qué es bee-washing?
En resumen, el bee-washing es lo que los especialistas llaman a las acciones de algunas empresas que, aprovechando la preocupación pública por la pérdida de abejas nativas, promocionan sus productos como amigables con las abejas u hacen otras afirmaciones similares.
Esta estrategia de marketing utiliza la situación crítica que enfrentan las abejas para engañar a los consumidores y hacer que elijan adquirir sus productos, a pesar de que gran parte de esta información carece de precisión.
Abordar el problema del bee-washing
El bee-washing es un término acuñado por investigadores de la Universidad de York en 2015, que describe el uso de abejas por parte de los minoristas para engañar a los consumidores, y es una forma de greenwashing para persuadir al público a pensar que un producto es ecológico cuando en realidad no lo es.
Es importante reconocer que el problema del bee-washing es real y que su práctica por parte de las empresas es cuestionable, ya que se aprovecha del desconocimiento de los consumidores. Charlotte de Keyzer, candidata a doctorado en la Universidad de Toronto, creó un sitio web, bee-washing.com, para llamar la atención sobre las prácticas de marketing relacionadas con las abejas y documentar ejemplos de cómo las abejas se caracterizan erróneamente con fines de lucro.
El bee-washing tiende a inflar la importancia de las abejas melíferas, pero la desaparición de las abejas nativas también es motivo de gran preocupación para los científicos. Las abejas nativas son polinizadores valiosos y pueden servir como un amortiguador para los cultivos agrícolas frente a las pérdidas de abejas melíferas.
Ejemplos de practicas «amigables con las abejas»
En 2017, General Mills, una empresa de alimentos, lanzó una campaña publicitaria con el objetivo de «salvar a las abejas». Esta campaña utilizó a Buzz, la mascota de General Mills, una abeja melífera, para promover la plantación de flores silvestres y distribuir paquetes gratuitos de semillas de flores silvestres a hogares de todo el país.
Si bien es cierto que las praderas de flores silvestres nativas están disminuyendo a nivel mundial, la estrategia de General Mills presentó algunas deficiencias. Las semillas de flores silvestres que se distribuyeron no estaban adaptadas a las diferentes regiones y contenían especies no nativas que podrían convertirse en plantas invasoras en muchas áreas de los Estados Unidos.
Además, la campaña se centró principalmente en las abejas melíferas y no reconoció la importancia de las abejas nativas y su relación con las flores nativas.
Otro ejemplo similar está relacionado con la comercialización de «hoteles para abejas». Estos hoteles para abejas son estructuras diseñadas para proporcionar un hábitat adicional para las abejas. Sin embargo, la mayoría de las especies de abejas nativas no anidan en estructuras elevadas, sino en el suelo.
Los hoteles para abejas pueden incluso resultar perjudiciales, ya que si no se limpian adecuadamente, pueden transmitir enfermedades. Además, muchas versiones de estos hoteles no se pueden desmontar y limpiar adecuadamente, lo que puede ser contraproducente para la salud de las abejas.
Así pueden empresas y consumidores ayudar a las abejas
Ayudar a las abejas nativas a prosperar es crucial para garantizar la polinización de las plantas y preservar la biodiversidad. Aquí hay varias formas en las que empresas y consumidores pueden contribuir:
- Plantar flores nativas: Las abejas nativas han evolucionado junto con las plantas nativas, por lo que plantar flores autóctonas en tu jardín o espacio exterior puede proporcionarles una valiosa fuente de alimento. Estas plantas ofrecen néctar y polen adaptados específicamente a las necesidades de las abejas locales.
- Reducir el uso de pesticidas e insecticidas: Los productos químicos tóxicos, como los pesticidas y los insecticidas, pueden ser perjudiciales para las abejas. Tanto las empresas como los consumidores pueden optar por prácticas de jardinería orgánica y buscar alternativas naturales para controlar las plagas, lo que ayudará a proteger a las abejas y otros polinizadores.
- Crear hábitats para abejas nativas: Dejar tallos de plantas y desechos secos en tu jardín puede servir como refugio y hábitat para las abejas nativas. Estos materiales les brindan lugares para anidar y descansar, contribuyendo a su supervivencia y reproducción.
- Restaurar o preservar el hábitat natural: Muchas especies de abejas nativas dependen de hábitats específicos, como praderas, bosques o áreas silvestres. Participar en proyectos de restauración de hábitats o apoyar la conservación de áreas naturales puede asegurar la disponibilidad de lugares adecuados para las abejas.
- Apoyar la agricultura orgánica: Al elegir productos orgánicos al comprar alimentos, estás respaldando prácticas agrícolas que evitan el uso de pesticidas dañinos para las abejas y el medio ambiente en general. La agricultura orgánica se enfoca en métodos de cultivo sostenibles y amigables con los polinizadores.
Finalmente, es importante como consumidor asegurarte de investigar qué especies de abejas están siendo beneficiadas por estos productos y verificar su autenticidad. Mientras tanto, las empresas tienen la oportunidad y la responsabilidad de contribuir a la protección y conservación de las abejas nativas, evitando caer en prácticas engañosas conocidas como bee-washing. Es una oportunidad para que las empresas demuestren su compromiso con la conservación y promuevan un cambio positivo en la sociedad en general.