Las nuevas tecnologías han hecho posible modalidades como el home office y el trabajo remoto, que son muy útiles para propiciar el equilibrio entre la vida y el trabajo, pero que también pueden convertirse en una pesadilla cuando acabamos conectados a la oficina todo el día.
Casi todos hemos pasado por situaciones como recibir un correo electrónico urgente a las 11 de la noche, una llamada en domingo, a la mitad de una comida familiar, e incluso ir en busca de conexión a internet en un día de vacaciones. Sin duda, estos escenarios no ayudan a llevar una vida equilibrada.
Tomando en cuenta que todo esto ha aumentado los niveles de estrés en la población, en Francia se propuso una ley que le dará a los colaboradores el llamado «derecho a desconectarse«. Según reporta BBC News, esta legislación, propuesta por el Partido Socialista del presidente Francois Hollande, obligará a las empresas con más de 50 empleados a generar un «estatuto de buena voluntad» en el que se delimiten horarios en los que el personal no debe recibir ni enviar correos.
Entre quienes se oponen a la ley están empresas que tienen un alcance global y deben competir y negociar con colegas en otros lugares del mundo, lo que lleva a mantener comunicación en horarios poco convencionales.
Tiphanie Schmitt, gerente de ventas, le dijo a BBC News que la idea no le parece mala, pero se resiste a la interferencia gubernamental: «Yo vendo. Me gusta vender. Eso significa que uso el correo eléctrico en altas horas de la noche y el fin de semana. No quiero que la empresa me impida ver mi bandeja de entrada solo por una ley».
Por otro lado, expertos entrevistados por el medio recordaron que este tipo de medidas pueden prevenir el temido síndrome de burnout y el estrés laboral. Más allá de esto, el tener tiempo para la familia, los amigos y otros intereses estimula la creatividad, lo que a su vez beneficia a la empresa.
Es posible que la intervención gubernamental no sea la mejor forma de atacar este problema, pero no cabe duda de que en el futuro próximo las empresas tendrán que pensar en soluciones que no afecten la productividad pero permitan a sus colaboradores tener una vida más allá de su oficina virtual.